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el periodico de saltillo
Septiembre 2014, edición #307


Solomon y Jacobo

Arcelia Ayup Silveti.

Un amigo tiene en la sala de su casa la fotografía del mismo parque en diferentes épocas del año. Es increíble pensar que se trata de una misma perspectiva, hasta que observas con atención. La misma sensación tuve al visitar recientemente al Museo Solomon R. Guggenheim, en Nueva York. En esta ocasión percibí un concepto arquitectónico mucho más interesante, al igual que la obra expuesta de arte moderno.

El propio edificio es una obra de arte moderna. Posee un techo irregular y curvo y encima de éste, en un extremo una construcción que me recuerda la casa de la antigua serie animada Los Supersónicos, cubierta por un cincho cuadrado. Al lado, otra edificación circular de menor a mayor tamaño. No en vano, uno de los más celebrados y a la vez más polémicos edificios de la arquitectura moderna.

Entré pensando en la última vez que lo visité. La exposición temporal que aprecié en aquella ocasión no me agradó. Se trataba de una pared llena de fotografías de diferentes partes del cuerpo humano, enmarcadas y atadas a estambres rojos. Por supuesto no era lo único,
había mucha obra “de los grandes”, pero salí pensando que cómo ese conjunto de fotografías podía ser arte.

Me provocó emoción tener frente a mi obra de Marc Chagall, Pablo Picasso, Édouard Manet y del egocéntrico Vincent van Gogh.

Después de visitar los cinco pisos en espiral con sus respectivas salas, mi esposo y yo nos tomamos un respiro y un capuchino en la propia cafetería del Guggenheim. Teníamos vista al Central Park.

Vimos acercarse un hombre muy delgado, pero con una gran presencia: Jacobo Zabludovsky. Con gran sencillez empezó a tomar los desechables de su mesa y mi marido le ayudó a llevarlos a la basura.

Le dije a mi esposo que me encantaría una foto con Jacobo, pero que seguro estaría harto de eso.

Antes de irnos, mientras tirábamos nuestros vasos, se acercaron un par de mexicanos a felicitarlo y le pidieron retratarse con él. Era mi oportunidad. Aceptó con gusto posar a mi lado. Qué suerte coincidir con esta gran figura de los medios, entre un millón de visitantes anuales al museo.

biznagaas@hotmail.com

 
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