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el periodico de saltillo
Enero 2017
Edición No. 335


Planear nuestro camino

Profesor Evaristo Velasco Álvarez.

 

¿Qué hay que sea más importante, más imperioso, más necesario, que estar en paz y calma con nosotros mismos, conscientes de que la vida tiene miles de caminos pero que nosotros vamos por el camino correcto? Necesitamos estar perfectamente en paz con nosotros mismos y hacer lo que de verdad nos haga falta hacer, aunque a quienes nos rodeen parezca que estamos haciendo lo incorrecto.

Lo que llamamos “JUSTO” en ocasiones parece que no es lo correcto; parece que si actuamos con justicia, si logramos que cada quien tenga lo que le corresponde, si nuestra influencia permite que justamente alguien logre lo que en justicia es suyo, tal pareciera que no es lo correcto. O viceversa, en ocasiones pretendemos hacer lo que nuestra concepción de las cosas considera que es lo correcto y resulta que no está conforme a la justicia.

Por ello, es necesario que nosotros estemos seguros de que estamos en el camino correcto, conforme a nuestras necesidades, para llegar a donde queremos llegar. Que nuestro cuerpo físico y nuestro yo interno o cuerpo espiritual estén en total armonía, así como nuestro ser social lo esté también.

Y ahí es donde debemos incidir fuertemente para ubicarnos donde debemos estar: en el lugar correcto, con las personas que nos faciliten el camino y con el plan perfectamente trazado para que no dejemos nada a la deriva. Por ejemplo, si quiero ser médico, debo rodearme de personas que buscan el mismo objetivo y que me auxiliarán o facilitarán el camino, antes de ser personas que me impidan avanzar, pero ya sea una u otra situación, lo primero es tener un “PLAN DE VIAJE” detallado en donde se vean las diferentes etapas y donde se prevean las posibles dificultades que se presenten.

Emilio Montaraz menciona que debemos tener un plan de vida, que no debemos dejar todo a la deriva y menos permitir que alguien más guíe nuestros pasos sin que lo hayamos diseñado conforme a nuestras aspiraciones. De otra suerte seríamos como las vacas de un establo que obedecen y siguen a la vaca que va antes de ellos, que a su vez sigue a otra y a otra y a otra, porque la de adelante lleva un cencerro. Que no sabemos a dónde vamos, pero lleva un cencerro y nos dejamos guiar sin pensarlo.

También nos dice que: “cuando alguien no sabe a dónde va… ya llegó”. Esto es que si no tenemos un destino claro, no sabremos hacia dónde ni cuándo empezar nuestro caminar por la vida. Entonces, un destino claro y un plan detallado que nos indique los avances y lo que nos falta por avanzar, es no estar perdido, sino que ni siquiera sabemos en dónde estamos y mucho menos sabemos a dónde queremos llegar. De ahí que es muy importante, mejor dicho es fundamental, es lo más prioritario PLANEAR NUESTRO CAMINO.

Claro que hay los que prefieren ser como corchos en el océano, que no tienen dirección y que van donde las olas los quieran llevar. Que tal vez sirvan de barco improvisado para algunos gusanos que como rémoras irán sobre ellos. Pero ¡Eso no es vivir! Vivir es tener el control de las riendas de tu vida en las manos y ordenarle cabalgar, o trotar, o caminar hacia dónde nosotros decidamos y con la fuerza que nosotros planeamos.

México necesita hombres y mujeres comprometidos con el progreso y el avance nacional hacia la felicidad; pero si no sabemos conocer o aclarar nuestro destino, viviremos en un mundo perdido y sin remedio. Por ello debemos pensar muy bien: a) Qué queremos; b) Cuándo lo queremos; c) Dónde lo queremos; y d) Para qué lo queremos. Decidamos bien lo que complete y conteste estas naturales interrogantes para ¡Que viva México!

velasco_alvarez@yahoo.com


 
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