La partidocracia tiene de rehén a México
Fidencio Treviño Maldonado.
Tal como si fuera una empresa privada, la cúpula de los partidos políticos toman y usan su poder para que sus allegados, familiares o compromisos sigan ostentándolo. Señores feudales, caciques, amos de horca, azotes y cuchillo, virreyes y hasta dictadores se han convertido los líderes de los partidos políticos mantenidos por el pueblo en este país, similar al aburguesado reinado del francés Luis XV1, allá por los años 1789.
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El discurso retórico y axiomático que campea en sus jefes es utilizado para mantener el poder y ser ellos los que dictan las reglas y quienes las aplican a su modo, esto con efectos devastadores, irreversibles y más peligroso que un cáncer. En este país repleto de fantoches y monifatos, tan lleno de demagogia y una perversa manipulación a sus agremiados en cada partido político por parte de estos simuladores que rebasan el cinismo, y se convierten en consumados sinvergüenzas y delincuentes por el manejo que se le da a los dineros recibidos de una institución de mentiras llamada INE.
Si se quiere buscar culpables de esta hegemónica partidocracia, cuyo poder ejercen descaradamente y con todo su esplendor los dirigentes políticos en cada partido, podemos principiar por nosotros los ciudadanos, inocentes palomitas que nos dejamos manipular y manejar por la píldora dorada de la palabra, las promesas trasmutadas en mentiras, creer en los rostros con sonrisas congeladas de estos tartufos y, muchas de la veces seguirlos hasta la ignominia, también son culpables estos partidos políticos que hacen y deshacen a su libre albedrío lo que la cúpula, es decir, lo que dos o máximo tres personas deciden quién será, quién es y quien deberá estar en éste u aquel cargo; nadie más.
Los Municipios, Estados y las instituciones de nuestra república se llenaron de mediocres albañiles, es decir son malos para parchar y pésimos para tapar los hoyos, huecos y escarapeladas que con sus robos hay que echarle una encaladita a las ruinas que dejan los que se van o cambian de puesto.
A una dama muy antigua y pura, llamada Democracia estos tipos abusivos, además de violarla repetidas veces, sus valores, rasgos y preceptos se los pasan por donde Chila se pasa el peine. Hace épocas existían en la república algunos partidos que se podían considerar de oposición al poder o a la hegemonía, les llamaban de izquierda, es decir aves raras en el paraíso que con el tintineo del metal áureo, el materialismo y con el poder conferido se extinguieron, para quedar estos políticos transmutados o convertidos en simples canallas, sinvergüenzas y rasados con el corte y moldeo todos con la misma tijera de la vanidad.
Ahora este poder no sólo se ostenta sino obliga, oprime y sofoca a quien les está otorgando con su voto o sufragio ese puesto, es decir las masas, el pueblo que pasa a ser el único hereditario de sus calumnias y perversidades que la oligarquía le da. Total que en este país futbolero, novelero, religioso e indolente, los dogmas y paradigmas de nuestra Clase Política o Casta Divina son tomados por los medios de comunicación y difundidos como inocentes juegos para entretener a los súbditos, analfabetos y manipulables, es decir toda una comedia en esta fábrica de perversidades en que la cúpula de los partidos y la oligarquía nos tienen sometidos.
Veamos, un ejemplo, hace un siglo el pueblo ruso combatió a la monarquía con la llamada Revolución Rusa en octubre de 1917, a la fecha vemos el resultado en ese país, en México en 1910 se combate la permanencia de una hegemonía tirana y paradójicamente se instala y hasta echa raíces con más poder la hegemonía, la tiranía, la permanencia de la partidocracia en sociedad con la oligarquía.
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