Que vivan los mexicanos
Profesor Evaristo Velasco Álvarez
Los mexicanos somos trabajadores, echados pa’ delante, entrones, valientes, muy cumplidores, enamorados, alegres, cooperativos y muy felices. Porque en contra de lo que nos han querido meter en la cabeza los medios y la publicidad, los mexicanos somos respondones en el sentido de que no nos quedamos callados ante las adversidades ni ante las injusticias.
Muestra palpable de esto la tenemos con la participación de todo el país en la ayuda que nuestros hermanos dañados por los pasados sismos de los estados afectados, estuvo presente en todo su apogeo. Hombres, mujeres y niños de todos los niveles y de todas las culturas posibles que existimos en México, en un acto total de solidaridad nos volcamos no sólo en lamentaciones, sino en verdadera ayuda.
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Pero eso no es nuevo; es fácil reconocer el trabajo y la voluntad de los mexicanos que todos los días salen de su casa a buscar la forma de mantener a su familia, de superarse en la vida, de demostrarnos a nosotros mismos que somos una sociedad unida en la esperanza y en el amor a nuestra patria.
Pongo por ejemplo a los que son choferes de algún autobús urbano, que se pasan por lo menos ocho horas sentados al volante y cobrando y atentos a dirigir el autobús con la propiedad y atingencia necesarias, soportado el calor, aguantándose en ocasiones las ganas de alguna necesidad, porque quieren alcanzar su meta diaria.
Los mismos que con respeto y con cuidado, nos brindan servicio que nosotros necesitamos. Y a ellos, por culpa de algún mal servidor que tal vez esté de “malas”, tachamos por igual a todos y los menospreciamos y ofendemos. O a esos trabajadores del servicio de limpia y recolección de basura, que para servirnos viven en contacto con la suciedad y la mugre, les decimos mugrosos y malolientes, cuando lo que deberíamos hacer es agradecer que hacen su trabajo para nuestra seguridad y beneficio.
Lo mismo podemos decir lo mismo de los empleados que nos atienden en las oficinas de gobierno, y digo esto, porque la mayoría está desempeñando su labor como servidor público, con la mejor y mayor eficiencia; no así algunos de los que se sienten “JEFES”, y creen que pueden y deben maltratar al usuario, sin reconocer que son nuestros empleados.
Pero de los que no puedo decir cosas buenas es de los diputados y regidores que posicionados en el cargo que les otorgó la ciudadanía, se atreven a autorizar leyes o concesiones que dañan a la sociedad; a esa sociedad que juraron defender y beneficiar, y que fueron casa por casa a solicitar el voto ciudadano. “Malditos aquellos que con sus acciones mienten lo que sus bocas dijeron” (Benito Juárez).
En fin, que los mexicanos debemos apoyarnos unos a otros y estar atentos de las necesidades que se nos vayan presentando, porque es la única forma de demostrarnos a nosotros mismos que somos una sociedad de lujo y de primera categoría. Que debemos creen en nosotros; así haremos ¡Que viva México!
velasco_alvarez@yahoo.com |