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el periodico de saltillo

Abril 2018

Edición No. 350


trumpEl sortilegio de un bocón presagia una larga noche sexenal de aquelarre

Adolfo Olmedo Muñoz.

Todo mundo sabe que en México se construye ya un aeropuerto que estará al más alto nivel dentro de los estándares internacionales; todo mundo sabe que hay ya algunas centenas de contratos, de construcción, operación y servicios; todo mundo sabe que se han percibido ya miles de empleos directos y cientos de miles de indirectos; todo mundo sabe que técnicamente no es prudente operar con dos aeropuertos cercanos y que el militar de Santa Lucía es inviable; todo mundo sabe que hay previstas inversiones de miles de millones de dólares; todo mundo sabe que, con riesgos y todo, la economía en México avanza en el mercado mundial; todo mundo sabe que la “reforma energética” es irreversible; que a la Reforma Educativa le quedan algunos puntos finos por depurar.

Pero también todo mundo sabe que la reforma política ha sido un fracaso y que ha propiciado un anarquismo entre supuestos políticos y “luchadores sociales”, que se revuelcan impúdicamente en las más sucias cloacas de la lucha por el poder.

Lo que nadie sabe, además de sus fuentes de financiamiento para su holgado parasitismo, es, cuál es el verdadero pensamiento político de Andrés Manuel López Obrador. ¿Es liberal?; ¿conservador?; ¿nacionalista?; ¿socialista?; ¿anarquista?; ¿comunista?; ¿fascista?, o está sometido a las ideologías (¿?) de la “contracultura”; o a la lucha alternativa de nuevos movimientos sociales y “nuevas” ideologías, populismos e integrismos.

¿Tendrá idea de lo que es la democracia como ideología y de la ideología de la democracia?;¿estará alucinado con el canto de las sirenas del culteranismo que en el proceloso mar de los “mass media” le dan por su lado, desde tribunas de opinión, antaño respetables.
En su cachirulezco navío; supuesto equipo de “pensar”, ¿el timón está en manos de cualquier aventurero, incluso provenientes de la exótica “socialdemocracia”, calificada por algunos como la “tercera vía”?

¿No será su verdadero rostro un neoli- beralismo disfrazado, que busca principalmente un hegemonismo ególatra basado en el pragmatismo de un gobernante omnímodo, pero sin asidero ideológico?

Son muchos los auto nombrados “analistas” de los fenómenos políticos, económicos, sociales, culturales y otras veces hasta los esotéricos, que, a través de programas de opinión, supuestamente eclécticos y “básicamente” objetivos (SIC), que abiertamente se han decantado por rendirle pleitesía a su nuevo “mesías”, el de un socialismo utópico “renovado”, el fetiche en una “nueva” religión que admoniza y sataniza al PRI, tan solo “porque sí”, para que sea quemado en la hoguera.

Son varios los “encuestadores” que nadie sabe en qué artes de birlibirloque, presentan encuestas donde, según ellos, más de la mitad de los mexicanos tienen preferencia por AMLO para que gane las elecciones presidenciales, este año.

Y ante la ola de “valemadrismo” que se ha venido levantando, y a la salud de las pajas que se hacen o fuman los neopolitólogos de ‘cartera’… o de carrera… o como quieran alquilarlos, yo, sin necesidad de macular la palma de mis manos, también echaré mi cuarto de espadas para “predecir” el resultado de las próximas elecciones presidenciales en nuestro país.

Primer lugar; José Antonio Meade; Segundo lugar, la “margara” Zavala; tercer sitio, con un mínimo porcentaje abajo, Manuel López y a la cola el “pelón” Anaya.

Muy probablemente mis amigos o quienes me conocen dirán que me he vuelto loco; sí, un poco, pero de músicos, poetas y locos, todos tenemos un “Monje Loco” que a veces nos mal aconseja, pero en el caso del “Peje”, el “longo moco” que puebla su cavidad craneana, es impredecible y motivo ya de serias preocupaciones entre la comunidad científica.

Asunto viscoso, extraño, pegajoso, resbaloso, irritante, glutinoso, adhesivo, pero más que nada, peligroso y comprometedor para nuestro futuro como nación.

Perdón. Le pido una disculpa a mis lectores pues parece un comentario poco serio, pero en el fondo no lo es así. Recordemos que, a otro loco, a quien hasta asesores soviéticos le aconsejaron en su proceso de campaña, hoy dirige, aunque sea como chivo en cristalería, a la nación, hasta hoy, más poderosa del orbe. Me refiero a Donald Trump y su “longo moco” que como cachucha le cubre su trastornada testa.

A nadie; verdaderamente a nadie le beneficiará más el posible triunfo de AMLO, que al loquito gringo del muro en la frontera norte de nuestro país.

Y esto, empiezo a sospechar, que también López Obrador lo sabe, como sabe sus ocultas intenciones que por fin podrían llevarlo a ser “socio” de un magnate todo poderoso. ¿Usted qué cree?

 
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