AMLO y Morena: Presidente y primera fuerza política de México

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por Iván Nájera Agüero.

El candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ganó la Presidencia de México. Elecciones históricas con las que el país da un inédito giro a la izquierda con los consabidos retos y oportunidades.

Los números son demoledores, sobre todo cuando se repasa la historia de Morena. El tabasqueño desplegó una nueva fuerza política nacional en tan sólo cuatro años, una tarea titánica que culmina con una victoria de punta a punta, con el apoyo de territorios muy evasivos a su ideología, y con una incipiente red de gobernadores que serán aliados claves en la construcción de esa nueva gobernabilidad.

Quizás lo más interesante de este efecto que generó AMLO es que forzará a un tablero político atrofiado a replantear su camino. Habrá discusiones de fondo en el PRI y en el PAN, los dos grandes derrotados en esta contienda, pero también en organizaciones empresariales, sindicales y movimientos sociales.

Hay escenarios que parecen inevitables. Ricardo Anaya se enfrentará a una guerra interna frente a panistas que se sintieron destratados en la construcción de su candidatura. El PRI tendrá que definir si retoma la senda que propone la “vieja guardia” o si hay vida para una tecnocracia que construyó la matriz económica de México en las últimas tres décadas. Ni hablar del PRD, que quedó marginado a un vergonzoso papel de satélite electoral y al momento de estar escribiendo esta columna, está en peligro de perder el registro.

Todavía se están contando los votos, pero es posible que Morena consiga una eventual mayoría en el Senado y en San Lázaro. Aun así, los cambios más profundos -que requieren reformas constitucionales-necesitan de dos tercios de las cámaras, y el aval en las legislaturas estatales. López Obrador deberá transitar sus primeros años en un diálogo permanente con la oposición.

En estas mismas líneas se explicó que la nueva etapa de pragmatismo electoral de AMLO permitió un ensanchamiento ideológico de Morena, que como todo proyecto que ambiciona el poder, necesita sumar aliados desde diversos sectores del arco político. El tabasqueño -en su nuevo rol de Presidente- deberá ahora ordenar, administrar y equilibrar a esos grupos, muchos con miradas antagónicas, mientras gestiona su vinculación con gobernadores y operadores legislativos de la oposición.

México se encuentra en el momento decisivo de su historia. No hay ya una segunda oportunidad. Un importante político alemán dijo alguna vez que “solo sobre el pesimismo no crece nada”. La historia está por escribirse y la esperanza es lo último que muere: todo es posible.

Démosle el beneficio de la duda, creamos en su capacidad de revertir la crisis de derechos humanos que sumerge al país. Y no olvidemos que el desafío democrático de AMLO y Morena es un desafío colectivo de todos los 123 millones de mexicanos que conforman este gran país, y no solo de los que acudieron a las urnas.

Twitter: @IvanNajeraA 
Correo: ivan_najera15@hotmail.com