por Fidencio Treviño Maldonado.
En la victoria se tiene que ser humilde y la derrota llevarla con dignidad y orgullo.
Artigues (876 años a.C.)
Después de 76 años Matamoros, Coahuila cuenta ya con el “Cambio de dominio”, es decir, Morena -un nuevo partido político amasado con el efecto de su líder Ándres López Obrador- gana en este municipio de 123 mil habitantes. En el triunfo del Dr. Horacio Piña Avila, sobre el Lic. Juan C. Ayup G. influyeron muchas cosas, entre ellas las casualidades y soberbia, miasmas, fiascos y sofismas de algunos colaboradores en la incipiente administración priista 2017-2018.
La pésima atención que muchos de sus colaboradores y funcionarios dieron y siguen dando al pueblo, la negación hacia toda ayuda a los más necesitados y la falta de gente con planificación de verdaderas obras para beneficio en general y no de particulares, como un panteón nuevo, un rastro tipo TIF, al menos con más higiene que el actual “matadero”, drenaje fluvial, espacios deportivos, confortables y gratuitos, rendición de cuentas, sueldos de nómina entre otros factores que son ausencia y que el pueblo, los que pagan impuestos, ven, palpan y de ahí el enojo. Fue sin duda el punto negro y aparte así como también determinante el departamento de seguridad pública y su hostigamiento por parte de la mayoría de los agentes policíacos y más de las veces dirigidos para algunos sectores del pueblo y comunidades, en cientos de las veces tratando a gente decente, jóvenes trabajadores maquileros, obreros y ciudadanos comunes, cual peligrosos criminales.
Esto y más desembocó en la llamada “Rebelión de las masas” aquella que bautizó en 1894 Carlos Marx o de igual manera, George Orwell la escribió en “La Rebelión de la granja”.
Horacio Piña jr. el nuevo presidente electo de Matamoros tuvo también la inteligencia y acierto de cobijarse a un buen árbol y su sombra lo arropó, sin duda uno muy frondoso como lo es el Profesor Jesús Contreras Pacheco, líder muy avieso y labrado en los quehaceres electorales, maestro de las artes políticas y con muchos ex-alumnos que mal aprendieron de él, quien barajó y jugó las cartas a su albedrío y puso el pokar de ases en la mano de Piña, mientras los PRIistas ningunearon a decenas de grupos que quisieron tener relaciones para ir con el Institucional, pero los líderes ni siquiera voltearon a verlos y si acaso hubo dinero, pues con su boca se lo comieron, la gente que sabe o entiende un poco de política dice y pregunta: ¿Dónde estaba la gente de Memo de Real, y la de su hermano Nico, la de Sergio Félix, la de Jasso, la de Zarate, los operadores de la CNC, de la CROC, la CTM, los de Abundio Ramírez, los del Panal, los de la Alianza, la estructura, el mapacheo, la compra- venta de votos de siempre y por costumbre entre otros?
La respuesta es sencilla, les ganó la soberbia y caro pagaron los errores, el costo será como dice el refrán ranchero: “Los que en ésta bailaron en la otra se sientan”. Los ratones al fin pusieron el cascabel al gato y ahora la fiera es dominada o al menos fue burlada, el poder de las masas dio voz y sin olvidar “Que la voz del pueblo es la Voz de Dios”.
El efecto Morena del Peje se dejó sentir en donde se suponía que nunca perdía el PRI, en los ejidos del norte y también ahí noquearon a Mery Ayup y al suplente Raúl Onofre, quedando desamparados y de paso la tragedia y el derrumbe alcanzó al ex gobernador Rubén Moreira, a quien en el cataclismo y debacle del PRI no le alcanzó para una plurinominal. Pues para tragedias, tangos y desastres infaustos está ahora el PRI en Matamoros, Coahuila, y como dijo Cantinflas: “Decían que los Yanquis nunca perdían y los Dodgers les ganaron”. Esta historia mal narrada… continúa.
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