Miscelánea. Huberto Batis, el maestro

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Huberto Batis el maestro

José C. Serrano Cuevas.
ed. 355, septiembre 2018

Huberto Batis Martínez, periodista, escritor, crítico, ensayista y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), falleció el miércoles 22 de agosto en su casa de la Ciudad de México.

El también editor, nació en Guadalajara, Jalisco el 29 de diciembre de 1934. Su padre era médico y, quería que Huberto siguiera esa misma profesión. Su vocación ya estaba definida: estudiaría literatura.

Como en su natal Guadalajara no podía estudiar lo que su vocación le exigía, viajó y se instaló en la capital del país donde pudo cursar la carrera de Letras. Su llegada a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM coincidió con el arribo de muchos refugiados españoles que le dieron un nuevo cariz a la institución. Batis tuvo el privilegio de ser alumno de hombres como Luis Cernuda y José Gaos.

En su Facultad, la de Filosofía y Letras de la UNAM, se les dio refugio a escritores, a maestros de universidades españolas, a poetas y a pintores. Llegaron los filósofos más importantes que había entonces: el ya mencionado José Gaos, Eduardo Nicol, Adolfo Sánchez Vázquez. Nicol y Gaos estudiaron en Alemania con Heidegger. Sánchez Vázquez era un marxista declarado.

Huberto, en sus años de estudiante, ávido por escribir, empezó a colaborar en el suplemento México en la Cultura, que dirigía Fernando Benítez. Se mantendría cerca de él como parte del equipo de redacción del suplemento. Ahí escribían libremente Alfonso Reyes, José Gorostiza, Jorge Cuesta, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Jaime Torres Bodet.

El tiempo transcurre y, Batis va de publicación en publicación. De 1984 a 2000 se instala en Unomásuno, diario dirigido por Manuel Becerra Acosta. Ahí hereda de Fernando Benítez el suplemento Sábado en 1987; una vida dedicada al trabajo de edición encontró su cumbre.

Luciano Concheiro y Ana Sofía Rodríguez citan en su libro El intelectual mexicano. Una especie en extinción: “Bajo su dirección, el suplemento mantuvo su tono crítico que lo había caracterizado siempre, pero además, Huberto Batis le imprimió un carácter burlón, desenfadado, experimental y, sobre todo, constantemente dispuesto a acoger nuevas plumas. Nosotros mismos constatamos varias decenas de trabajos finales, atentamente leídos y corregidos por el maestro que nunca ha dejado de ser”.

La reportera Jessica Xantomila refiere que en la funeraria donde velaron el cuerpo de Batis, el escritor Gonzalo Celorio apuntó que “la palabra maestro es la que mejor describe la personalidad de Huberto. Fue siempre un maestro vehemente e impulsor de distintas generaciones. No era un maestro fácil, era enérgico, pero tuvo gran influencia sobre muchas personas…Es un hombre muy importante para el conocimiento de la literatura y docencia mexicana y un gran estímulo para muchos creadores”.

Murió a los 83 años de edad un hombre generoso y muy temperamental: Huberto Batis, el maestro.