La consulta del aeropuerto volvió a polarizar las posiciones entre los mexicanos. Algunos actores políticos están generando encono entre los sectores de la población. El destino del aeropuerto de Texcoco es todavía incierto. La clase empresarial está disgustada y manifestándose. López Obrador deberá amarrar cabos sueltos. Una población enfrentada será presa fácil de los intereses extranjeros y de políticos resentidos.No vale la pena que el país se divida.