La 4ª. Transformación en Durango. (primera parte)

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por José Augusto Sánchez Galindo.
ed. 357, noviembre 2018

 

Devoción o simulación
El conservadurismo, de izquierda o de derecha, nubla el juicio y da pie a conjeturas fantasiosas. Los extremos pueden tocarse y abrazarse. Bienvenida la pluralidad y el debate. Lo bueno es el desenmascaramiento.
Beatriz Gutiérrez Müller Twitter   4 nov.

 

Más de 200 mil duranguenses apoyamos un cambio para Durango el primero de julio. Una sigilosa mayoría de todos los estratos sociales se volcó a las urnas. La gente rebasó a los partidos, a sus dirigentes y los propios candidatos. Algunos contendientes recibieron apoyos inmerecidos; pero la consigna fue “el voto parejo”: la gente cumplió. Sucedió una sublevación ciudadana pacífica, como expresa AMLO -“sin romperse un solo vidrio”. La multitud organizada como votante arroyó a la nomenclatura priista, panista y a los partidos satélites. Cada cruz por la Coalición “Juntos Hagamos Historia” (CJHH) era un grito de libertad.  El pueblo- ciudadano uso el poder de las urnas para exigir un cambio de rumbo en el país. Su voto reprobó a los tradicionales candidatos partidistas, a los partidos mismos por el abandono en que los tenían, a los métodos electorales tradicionales, a las políticas públicas que no funcionan, a las desgastadas y desprestigiadas instituciones de gobierno, a las creencias políticas de sumisión eterna, a los mitos de la invencibilidad del PRI y a sus caciques que han hartado a los ciudadanos. Ahora nos preguntemos, si es que los ungidos están a la altura de la decisión referida; y si los electores conservarán la libertad y la decisión de evitar desviaciones del nuevo gobierno y los congresistas. La lucha de ideas, el libre paso de las mismas deben construir unidad ciudadana y de la propia Coalición Juntos Haremos Historia (CJHH); la unanimidad que idealistamente algunos buscan, son brotes de una hegemonía intolerable.  

Hace un par de años (2016) los duranguenses la hicimos también: “echamos” del gobierno al PRI de la gubernatura.  El actual gobernador JRA cautivó el voto ciudadano, ofreció muchos cambios, pero no los cumplió. Su historia priista (sus instituciones mentales internas) emergió con más fuerza de lo imaginado y terminó cogobernando con sus antiguos compañeros; en lugar de fortalecer a su nuevo partido, forjar una nueva clase política y construir una nueva ciudadanía. Pensó que gobernar era hacer obras en la Capital. En el caso de La Laguna cedió la alternancia a los grupos caciquiles tradicionales; y con ello dio la espalda a miles de votos sinceros, amenazados durante la jornada electoral por las bandas del PRI, ejemplos hay muchos. La alternancia la exigió el mandato ciudadano; pero prefirió darle la espalda. JRA perdió su bono electoral muy rápido, este 2019 seguramente quedará en debilidad plena; por no haber escuchado el clamor popular.

Este breve preámbulo es para recordarles a los dirigentes de la 4ª.T en el estado,  que tenemos que conocer y repasar la historia reciente, para  evitar retrocesos y atascamientos del nuevo proyecto. Sueñan si creen que la gente soportará los vicios del PRI. Decía Napoleón “que quién no conoce su historia está condenado a repetirla”, y los duranguenses no pueden sufrir dos decepciones al hilo en un lustro.

Morena, PT y PES: entre la pesca furtiva o la consolidación de sus nomenclaturas

Luego del proceso electoral del 2018 el PT quedó como una fuerza importante en el estado con la candidatura de Gonzalo Yáñez. Morena apenas apreció con unos miles de votos. Mientras el PES cayó al fondo de la tabla. El partido más consolidado y estructurado sin duda fue el PT. En el inter del 2016 al 2018 Morena apostó a cooptar a militantes del PRI bien posicionados electoralmente, luego del fracaso del proceso del 2016; ayudado por las preferencias de AMLO en el tablero nacional. Así se presentó una migración de priistas a Morena y PES con relativa facilidad por lo despoblado de ambos partidos, la ausencia de instituciones de base y una dirigencia cohesionada. Hoy los delegados morenistas en el estado, recibieron (usted dirá sí merecidamente) un regalo del electorado con la República en sus manos, la mayoría en el Congreso, 2 senadores y 4 diputados federales; sin duda una responsabilidad histórica. Ahora la migración postelectoral es la más preocupante. El PRI está deshaciéndose.  Mientras el PAN sigue sumido en una crisis de existencia, sin liderazgo a la vista y con una confrontación infructuosa entre el Dr. Enríquez y el Gobernador. En tanto, Morena sigue siendo un partido sin estructuras y sumido en una guerra interna que debería de avergonzarlos. Los delgados de Morena en lugar de hacer un trabajo de consolidación y organización interna coquetean con ambiciosos priistas un futuro electoral; como si hiciera falta reclutarlos. Se siguen abriendo las puertas de par en par a priistas y panistas innobles, sin importarles su historia ni el mandato ciudadano del 1 de julio. En días pasados la alcaldesa priista de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale, dijo a sus seguidores -“que si no la apoyaban se iría a Morena”. Antes, en mayo, dijo “que se iría del país si ganaba AMLO”. El jueves 25 de noviembre Enrique Novelo Solís (ENS) se sentó en la mesa del grupo rebollista, en la Colonia 13 de marzo, a degustar buenos vinos y carnes en representación de la “4ª. T” (Certero/ Milenio) y los miles de votos de gente que los reprobó en las urnas. Luego, el sábado 27 del presente en el Casino Posada del Río, el mismo Enrique, se reunió con decenas de maestros, directivos escolares, médicos y campesinos, arriados por la diputada Marina Vitela, para conocer “sus propuestas”: los nuevos militantes de la “4ª. T” exhibieron su nueva oportunidad política.  Ahí hubo pasarela de mapaches electorales y autoridades escolares priistas que reprimieron (usando el Ejército, la policía y la cárcel) y siguen reprimiendo a maestros por su oposición a la Reforma Educativa. También estuvieron presentes exfuncionarios estatales que en julio operaron contra el proyecto de AMLO. Aun falta que se les aparezcan los poderes fácticos “caritativos”.

La cuarta transformación: un proceso de destrucción /construcción

La Transformación es lo que su nombre indica. Con ella se trata de construir nuevas instituciones de gobierno, políticas públicas que empoderen a los ciudadanos y sus organizaciones, políticas públicas que distribuyan el ingreso, formación de  agentes de transformación dentro y fuera de la administración, el fomento de una cultura y legalidad transformadora, apoyar una nueva economía productiva, promover una democracia participativa que haga del pueblo-ciudadano el sujeto de la Historia; en síntesis, se busca  una reforma del estado,  la sociedad y la economía . Las trasformaciones que anteceden a la actual (la 4ª. T) fueron la Independencia, la Reforma Juarista y la Revolución mexicana, y las tres crearon un nuevo paradigma estatal y social. Las tres tenían en común mejorar la vida de la gente. Las tres fueron guerras que costaron la vida a miles de mexicanos. La “4ª. T” fue pacífica y se resolvió en las urnas. En las tres hubo cambio de elite gobernante. En las tres hubo un trabajo cultural e ideológico para evitar se reprodujera el viejo régimen estatal (colonial, la monarquía conservadora y el liberalismo porfirista) desplazado, y sus nomenclaturas fueron castigadas.  Sin embargo, el camino de estas guerras no dieron los resultados esperados, porque luego de la Independencia tuvimos imperios y dictaduras. Luego de la Revolución tuvimos la construcción de la “dictadura perfecta” y la restitución de bienes nacionales a extranjeros. Hoy el país tiene 52 millones de pobres tras 200 años de lucha por la equidad y libertad.

¿Qué vamos a transformar en la entidad? ¿Con qué instituciones y agentes hacerla? 

Por lo pronto,  hay una serie de pronunciamientos abiertos de AMLO, que podemos resumir en el combate a la corrupción y un plan de austeridad, para lo que se tiene una propuesta denominada: 50 puntos del Plan Anticorrupción y de Austeridad ( https://www.forbes.com.mx/estos-son-los-50-puntos-del-plan-anticorrupcion-y-de-austeridad-de-amlo/.) Además,  tiene la propuesta de los 25 programas prioritarios (  https://www.forbes.com.mx/estos-son-los-25-programas-prioritarios-para-el-gobierno-de-amlo/). La cascada de temas es diversa y ocupa todos los campos de la realidad mexicana. Para Durango hay cuatro proyectos que la Coalición “Juntos haremos Historia” y el delegado Enrique Novelo Solís (ENS) deben de ir sopesando en la sociedad duranguense: una, es la iniciativa de Porfirio Muños Ledo sobre la legalización del aborto, la legitimación de la mariguana  para uso lúdico,  la legalización de matrimonios entre personas del mismo sexo y  la plantación de cientos de miles de árboles madereros. Los cuatro temas no son un paseo en el parque, sabemos la postura de la conservadora sociedad duranguense, el gobierno estatal y la Iglesia.  Recordemos que todas esas iniciativas pasarán por el Congreso local en los próximos meses. Sin duda lo que ahí se vote repercutirá en los procesos locales. Ojalá la contraoferta sea lúcida.

La 4ª. T  lagunera y gomezpalatina

Sin duda Durango y sus regiones tienen su agenda particular. Me referiré a La Laguna en esta ocasión. Cuál es el reto de la “4ª. T” en esta región y en Gómez Palacio en particular. Los gomezpalatinos hemos padecido por siempre la centralización de la capital, complementada por cacicazgos, primero desde los líderes de la CTM, luego por las familias Rebollo y Herrera. Estamos hablando de 50 años de oligarquía de familias. El PRI ha estado siempre sometido a sus designios.

En estos años se ha decretado la compra de miles de hectáreas ejidales circundantes al núcleo urbano, que se han utilizado de manera desordenada y con alevosía; haciendo de ella al día de hoy una ciudad despedazada; sin armonía, con pésimos servicios y terratenientes urbanos. Los programas de vivienda han sido un desastre, miles de casas de mala calidad y servicios pésimos son el sello de los gobiernos. Los fraccionamientos son ghettos sociales abandonados a su suerte.

El área rural cambio su naturaleza ejidal a una de terratenientes. Se perdió la agricultura algodonera por una alfalfera y lechera. Hoy según estudiosos el 86% del agua regional se ocupa en regar alfalfas; pero al PIB regional esa economía sólo aporta el 6%. Tenemos un terrible acaparamiento del agua en pocas manos; incluidas las aguas grises (tres tratadoras: dos en Gómez y una en Lerdo) en poder de amigos de exalcaldes (cada familia entregó una planta tratadora); mientras otros sectores económicos y la propia población  carecen de ese recurso. Este tema es de primera importancia por los nuevos acuerdos en el Congreso sobre la prohibición de la privatización (contratismo) del agua.

Nuestro poderoso Parque Industrial Lagunero está al garete. Hoy le hace falta un plan maestro de movilidad. Un régimen de mejoramiento continuo de servicios primarios. Facilitar el apoyo de nuevas empresas y su promoción permanente. Tenemos una falta de interés por impulsar la ciudad y región, porque las familias caciquiles buscan ocupar los espacios económicos redituables: pretenden tener poder político y económico pleno. El bloqueo abierto y oculto a Altozano (un gran desarrollo inmobiliario) es una prueba.

En materia cultural, la sumisión, la obediencia y el desinterés son el sello impuesto a los grandes segmentos sociedad gomezpalatina; la que despertó el 1 de julio de un letargo de 28 años, cuando el PRD irrumpió con una fuerza importante; la que se perdió desafortunadamente cuando sus dirigentes fueron cooptados y corrompidos.

El 2019 a la vista

En la coyuntura electoral pasada la Coalición JHH (Morena, PT y PES) despuntó como una fuerza mayoritaria en la ciudad. El PRI quedó en segunda posición y el PAN en tercera fuerza. Ahora el reto será conservar esa preferencia en el 2019. En estos momentos Morena tiene a varios aspirantes; todos con ventajas y desventajas que deberán ser tomadas en cuenta a la hora de su selección. La primera deberá ser tener una plena autonomía de los cacicazgos locales y un arraigo popular. El PRI ya tiene a Leticia Herrera Ale como aspirante. El PAN está perdido en la incertidumbre de su líder máximo, el gobernador JRA.

No soy partidario de la unanimidad política ni la hegemonía arrogante. No creo que debamos aspirar a que desaparezcan el PRI, PAN y PRD; ojalá enmendaran el camino, aunque se ve complicado. Creo que se debemos atacar la enfermedad y no al enfermo.

En cambio la “4ª. T” parece seguir en campaña. Andan coqueteando con   priistas y de otros partidos para “engrosar” la lista de los 33 millones de votantes, en lugar de trabajar en una propuesta regional y estatal; de estar viendo cómo aterrizar los programas de carácter nacional. Algunos andan en el perdón de los arrepentidos en lugar de trabajar con esa enorme masa de ciudadanos que se volcaron a dar su voto. No les parecen suficientes los más de doscientos mil votos en el estado, y siguen en la pepena.

Los tentáculos caciquiles están tocando las puertas de Morena insistentemente, algunos han expresado la opción de “un gobierno de coalición con el PRI”, en lugar de plantearse una gran coalición ciudadana. Otros en secreto hacen acuerdos con ellos, pero son sacados a flote por el pueblo; como dice AMLO, “el pueblo me informa de todo”. Aquí queda muy bien esa frase que dice “si quieres que algo no se sepa; no lo hagas”.

Ahora han emergido corrientes sectarias, patrimonialistas, que aspiran a una convocatoria de puros afiliados y sin alianzas con PT y PES. Se les olvida que la militancia de Morena es una minoría respecto a los treinta y tres millones de votantes; es decir, una “mayoría morenista” no afiliada fue la que le dio el triunfo a la Coalición JHH. Las dependencias priistas afloran de inmediato; por algo dicen que el pensamiento intuitivo es más rápido que el racional.  A esas posturas la “4ª. T” les importa un comino; pero la gente sí lo sabe. Olvidan también la gran lección que acabamos de vivir en la Consulta Nacional de NAIM, en la que no hubo restricciones de afiliación.

La Coalición JHH debe de renovarse en la entidad, para no tener sobresaltos. Debe de privar la “4a. T” sobre los intereses personales o de grupo. En la selección de candidatos se deben de desterrar el “dedazo”, el “presidencialismo”, “el influyentísimo” a cambio de un proceso de competición abierto y leal a la población y principios de la “4ª. T”. Debe de plantearse un proceso de dar y no quitar las oportunidades a los aspirantes. Que se abra a la ciudadanía y no se encierre a afiliados. Ojalá y la equidad de género no imposibilite la oportunidad de contar con los mejores cuadros; sino que esta práctica se use adecuadamente; esto es una competencia y deben de ir los y las mejores.

El otro gran tema es el “chapulineo” tan hecho en el viejo régimen; y tan repudiado por la gente. Esperamos que en la Coalición Juntos Hagamos Historia esa práctica desaparezca, de lo contrario estaremos traicionado a los electores que nos dijeron millones de veces: “ya estuvo con los mismos de siempre”.   La 4ª.T somos todos.

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