Jesús M. Moreno Mejía.
ed. 358, Enero 2019
Nadie previó las consecuencias que resultarían al ser sometido a juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en una Corte Federal de Estados Unidos de América, no por los delitos de narcotráfico que le son imputados, sino porque ha salido a relucir la corrupción de funcionarios de alto rango en nuestro país.
Aunque a puerta cerrada el proceso judicial, el abogado defensor de “El Chapo”, Jeffrey Lichtman, informó a la prensa estadounidense que su cliente sí reconocía ser narcotraficante bajo las órdenes de Ismael “El Mayo” Zambada, “quien pagó sobornos a dos presidentes mexicanos, a altos oficiales militares, así como a jefes policiacos y a agentes de la DEA, para no ser capturado”.
En esa ocasión, según fuentes periodísticas del vecino país del norte, también el fiscal Adam Fels reveló una versión manejada en el juicio: el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado en 1993 por orden del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En consecuencia, al presentarse tan delicadas argumentaciones en el juicio a Guzmán Loera, aparecen hoy en el banquillo de los acusados muchos gobernantes de México.
El escándalo es mayúsculo, pues en el discurso y la retórica a favor, y en contra, de acusaciones que desde hace tiempo se formulan en contra de diversos personajes de la política mexicana, aparecen vinculados con cárteles de las drogas, y vuelven nuevamente a destacar en la opinión pública.
La defensa de “El Chapo” está abriendo de par en par un enorme zaguán de la relación del crimen organizado con funcionarios mexicanos, que deberá obligar al nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, a investigarlos para dilucidar si es verdad o no lo que está saliendo a la luz en la Corte Federal de Nueva York.
De ser ciertas las anteriores imputaciones que se manejan en EUA, a los mexicanos no les interesará saber en que terminará el juicio que se le sigue a “El Chapo”, sino dejar en claro el grado de protección ofrecido en los últimos sexenios al crimen organizado, pues además se sabe que el procesado en el vecino país del norte siempre recobraba la libertad en México, pues recordemos que estuvo a punto de ser capturado por el Ejército Mexicano en la sierra de Durango, pero finalmente se les “esfumó”, y en otras ocasiones huyó de manera increíble estando tras de las rejas en Centros de Reclusión de Alta Seguridad.
Recientemente, Jesús “El Rey” Zambada, ex líder del Cártel de Sinaloa, testigo protegido en el juicio en contra de Guzmán Loera, acusó al ex Secretario de Seguridad en el gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna, de haber recibido sobornos de más de 50 millones de dólares, a cambio de protección a esa organización criminal.
Mantas con leyendas acusatorias en contra de García Luna, fueron colocadas en puentes peatonales y en diversos lugares públicos de varias ciudades del país en 2008, señalando al Secretario de Seguridad Pública el haber encubierto a la organización criminal que llevó a cabo el atentado en contra de la población civil que festejaba en Michoacán la ceremonia del Grito de Independencia el 15 de septiembre de 2008.
Una de esas narco mantas decía literalmente: “Estamos 99 por ciento seguros de que Genaro García Luna fue el autor intelectual y material de las explosiones ocurridas en Michoacán, al cual no le importó matar gente inocente”.
En aquel entonces, periodistas mexicanos y extranjeros consignaban en sus medios informativos que la guerra contra el crimen organizado, llevada a cabo por García Luna, era enfrentada de forma desigual, pues por un lado eran acorralados y abatidos los Zetas, enemigos del Cártel de Sinaloa, y en cambio éstos últimos no eran tocados, ni tampoco sus aliados.
“Si son ciertas todas las afirmaciones que hizo Jesús Zambada en la Corte Federal de Brooklyn”, comenta el periodista Raymundo Riva Palacio, “…entonces desde hace dos décadas México es un narco-Estado”, concluye.
Según Jesús Zambada, el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, recibió dinero del Cártel del Pacífico cuando era gobernador del Estado de México, y también el Secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, Genaro García Luna.
Gobernadores, generales, comandantes de la Policía, asegura el narco-testigo Zambada, recibieron otrora dinero a manos llenas de esa organización criminal a cambio de recibir protección, y seguramente aparecerán los nombres de otros funcionarios públicos que en algún momento tuvieron relaciones con los narcotraficantes, entre ellos funcionarios de la Presidencia de la República en las administraciones de Peña Nieto, de Felipe Calderón y de Vicente Fox.
Lo anterior es sólo una muestra de cómo están siendo señalados funcionarios y gobernantes mexicanos en el juicio que se le sigue a Guzmán Loera, y todavía falta mucho por salir a la luz pública en el vecino país, pues la fila es muy larga y tortuosa.
¡Hasta la próxima!
Según Jesús Zambada, el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, recibió dinero del Cártel del Pacífico cuando era gobernador del Estado de México, y también el Secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, Genaro García Luna.
Gobernadores, generales, comandantes de la Policía, asegura el narco-testigo Zambada, recibieron otrora dinero a manos llenas de esa organización criminal a cambio de recibir protección, y seguramente aparecerán los nombres de otros funcionarios públicos que en algún momento tuvieron relaciones con los narcotraficantes, entre ellos funcionarios de la Presidencia de la República en las administraciones de Peña Nieto, de Felipe Calderón y de Vicente Fox.
Lo anterior es sólo una muestra de cómo están siendo señalados funcionarios y gobernantes mexicanos en el juicio que se le sigue a Guzmán Loera, y todavía falta mucho por salir a la luz pública en el vecino país, pues la fila es muy larga y tortuosa.
¡Hasta la próxima!