// Del Tintero // Breve elogio a la corrupción.

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por Fidencio Treviño Maldonado.
ed. 359, febrero 2019

Esperar a que miles de corruptos sean mejores o cambien, es una esperanza tirada a la basura del pensamiento, porque creer que cambien así nada más es ser un iluso mediocre, un esperanzado sumiso, pesimista y lo peor sometido por esa causa, motivo o razón llamada corrupción. La claridad es la que nos permite ver mejor la corrupción, sin embargo es esta misma claridad la que puede ocasionar ceguera y para muchos pensar que así debe de ser tal o cual cosa, es decir no notar ni sentir la corrupción porque creemos que es normal; La fuerza de la costumbre.  La corrupción es real, deja una estela de dolor, de sufrimiento, de hambre, es cruel no siente compasión ni siquiera se conduele de los más vulnerables o miserables, no derrama lágrimas porque no tiene pudor, ni sentimiento, es implacable, está protegida por una legión de corruptos por lo cual se siente segura, desde hace muchos años o tal vez siglos y al menos en México nadie aun la ha podido vencer, de ahí que siga garante y esté invicta .             

 Normalmente y en la mayoría de los casos, los grandes imperios de fortunas al menos en los políticos son labrados por la corrupción, es la forma en que esta premia y elogia a los corruptos, algunos van por etapas o categorías, primero son sinvergüenzas, después pedantes, se vuelven soberbios y por último son cínicos, caben en los 7 o más pecados capitales que nombra Dante en su Divina Comedia. La corrupción corroe y siempre van implícitas dos o más personas y no hay medida ni estándar en este negro rasgo; se es corrupto o no se es. México es uno de los primeros paraísos de la corrupción en el mundo y su efecto tiene miles de connotaciones que van desde un Estado de Derecho maltrecho, hasta un contenido hereditario, congénito, cultural, filosófico y científico, considerada la corrupción con un título de ser un símbolo nacional, inclusive se le llama «Delincuencia Organizada».   Los dichos sobre esta elogiado rasgo son miles--El que no tranza, no avanza–La corrupción somos todos–¿Cómo nos arreglamos?–Con dinero baila el perro–¿ De a como es la pedrada..? –Nadie aguanta un cañonazo de cincuenta mil pesos. –Señor no me des nada, sólo ponme en donde hay–La corrupción no es gripe, no tiene cura, ni se quita sola–La corrupción es cultural–¿Y…pos como le hacemos..?,etc. 

Muchas de estas frases fueron y aun son donadas y como perversos legados por algunos ilustres Presidentes de Nuestra nunca bien amada República, además de que la corrupción es representativa con el clásico charolazo, la investidura de quien la lleva a cabo y, sobre todo la fuerza y el poder que dan y ostentan muchos puestos de funcionarios públicos. Hacer una apología de la corrupción es llenar 100 o más tomos del grosor de un directorio telefónico de Nueva York y así se dicten leyes, se manden iniciativas para combatirlas, se cocinen buenas voluntades se ve imposible desterrarla, debido en mucho a que en su mayoría quien las ordena o quien las manda elaborar es el jefe de una organización inmersa en la corrupción. Comisiones anti corrupciones van y llegan otras y este rasgo sigue cabalgando en caballo de hacienda, desde el agente de tránsito de un crucero en cualquier pueblo, hasta los ministros y funcionarios de la más alta investidura del país, salpicando de mierda con su conducta hasta quien ante la Constitución, la Bandera y el Pueblo jura actuar con honestidad. La forma más certera de elogiar y hasta rendirle pleitesía a la corrupción es que los pequeños y grandes corruptos pasean sus vergüenzas en el mundo, es decir son cosmopolitas y algunos también en sus aldeas enaltecen a este ignominioso rasgo. Para Grandes males, remedios supremos–Y países en que la corrupción ni esta palabra existe, fue desterrada por medio de la educación, conducta y cultura y la otra forma, rápida expedita, visceral, atroz hasta salvaje si se quiere, con castigos ejemplares a los corruptos, condenas que van desde la ejecución hasta permanecer toda su vida en la cárcel a los corruptos y despojándolos de todos sus bienes, como pago al daño que causan a su nación. Así que como están las cosas en México, es probable que primero empiece a nevar en el infierno o que las gallinas produzcan leche a que con nuestras autoridades a cualquier nivel, con sus amparos, indolencia, iniciativas, Derechos Humanos entre otras cosas haga, no que desaparezca, sino al menos baje la corrupción ¡Pero, Pero ! como están las cosas hasta es probable que se le canonice y al igual que la Santa Muerte tenga su nicho..

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