por Armando Montalvo Olivo
Según profesores y alumnos del Instituto de Enseñanza Abierta (IDEA) Unidad Saltillo y su filial en Ciudad Acuña, las autoridades de la UAde C permitieron el proceso plagado de ilegalidades y corruptelas para elegir a la directora de IDEA, mediante la imposición que hizo la ex directora Laura Elena Dávila Valdés de su incondicional Luz María Gil Ramos para que ganara y le cubriera las ilegalidades que cometió durante los cinco años que estuvo al frente de este plantel educativo.
Por eso ahora, y desde antes de la imposición, los maestros y alumnos exigen investigar la oscura administración financiera registrada durante la dirección de Laura Elena Dávila, al igual que los presuntos arreglos de materias y tiempos completos hacia maestros afines que la apoyaron durante su gestión y fueron factor determinante para que Luz María Gil (hija del cronista de Ramos Arizpe, Manuel Gil Vara) llegara a la dirección.
Los cargos del equipo de trabajo de la nueva directora conformado por el secretario Académico, José Juan Terrazas Fraustro, la secretaría Adminis- trativa, Violeta Cedillo Rodríguez y de la secretaria, Eloísa Flores Sosa, fueron otorgados bajo la ilegalidad por el proceso de elección amañado. La población estudiantil y los docentes los descalifican, porque fueron cómplices de un fraude electoral que quedara impune con toda seguridad.
La ex directora, Dávila Valdés, utilizó los dineros del IDEA para asegurar el triunfo de su candidata Luz María Gil y poderle ganar a la catedrática y doctora, Ana Mercedes Guzmán, quien reunió un importante número de pruebas, que se utilizaron en el ilegal proceso de elección interno que manchó a la institución.
Incluso, algunos allegados a Ana Mercedes, aseguran que prepara un libro que escribirá próximamente sobre su primera experiencia cruda que vivió junto a un grupo de maestros que tenían la esperanza de cambiar la empantanada administración que encabezó Laura Elena Dávila.
La comunicóloga académica no sólo quedó asqueada de todo lo que pasó, y tiene una enorme desilusión de la Universidad Autónoma de Coahuila y de las autoridades universitarias, porque ninguno de ellos hizo algo por investigar -como es su obligación- la situación de IDEA ante las denuncias hechas por profesores y alumnos antes de que se realizaran las amañadas elecciones.
Laura Elena Dávila operó a sus anchas en el Instituto de Enseñanza Abierta porque en Rectoría le permitieron toda clase de marrullerías para obtener el voto de los alumnos, quienes fueron amenazados con ser reprobados en caso de que no votaran por Luz María Gil, que pasará a la historia universitaria por tapar las ilegalidades cometidas por su amiga la ex directora que consiguió imponerla en la dirección de IDEA.
La ex directora Dávila Valdés emitió una convocatoria a su conveniencia para favorecer en todo momento a su candidata Luz María Gil. Incluso, Laura Elena Dávila demostró su poderío porque dirigió el Colegio Electoral para controlar la elección y beneficiar a su sucesora, quien tiene una antigüedad de cinco años.
Proceso electoral viciado
Los maestros inconformes afirman que Laura Elena Dávila los amenazó con correrlos y de su empleo o cambiarles su horario de clases si no respaldaban a Luz María Gil, quien inmediatamente después de tomar posición como directora del plantel, empezó a corregir el desorden financiero para subsanar los malos manejos y ocultar la supuesta venta de certificados y arreglos de materias cometidos en los últimos años.
Quienes jugaron un papel importante para que la nueva directora alcanzara el triunfo electoral fueron la ex secretaria Académica, Juana María Martínez, la acuñense y ex secretaria Administrativa, Luisa Luévanos y el maestro Wilfredo Fernández Santiesteban. Este último, es señalado por profesores y funcionarios univer- sitarios, por estar involucrado en un asunto de acoso en perjuicio de un alumno del IDEA.
La comunidad académica aún tienen presente el derroche registrado durante los días que duró la campaña, en donde Luz María Gil logró convencer a los casi 400 jóvenes que acudieron a votar, de los 1300 alumnos que tiene el registro oficial del IDEA Saltillo así como los 300 estudiantes del campus de la frontera acuñense, que fueron controlados con amenazas por Luisa Luévanos.
Por si fuera poco, hasta los intendentes se quejaron de las arbitrariedades que hacia Laura Elena Dávila, porque en infinidad de ocasiones los obligó a realizar trabajos de construcción en su residencia particular ubicada en la zona centro. El que desobedecía sus órdenes lo amonestaba por la vía administrativa.
Del desorden que imperó por años en el IDEA Saltillo, resaltó la asignación de las horas clases a conveniencia con los maestros afines a Laura Elena Dávila. Fue la forma como controló a los docentes para que la apoyaran en cada maniobra sucia que realizó al interior de la institución.
Es lamentable la apatía que vive hoy en día la UAde C, y la indiferencia de las autoridades universitarias hacia las escuelas y facultades de la principal Institución educativa de Coahuila, que permite a los directores hacer y deshacer todo lo que se les ocurra al interior de los planteles.