por Fidencio Treviño Maldonado.
ed. 360,marzo 2019
De pronto el desastre llegó al país, un México lleno de recursos, república bondadosa, país labrado por gentes honestas, laboriosas y emprendedoras en todos los rublos. La ambición superó a la honestidad y lo que se parió y se formó con el bien de todos, fue sepultado por el interés, la soberbia y corrupción de unos cuantos. El título de esta colaboración al periódico es una copia del libro de Jorge Ibargüengoitia “Estas Ruinas que ves”, sobre un pueblo en donde la cultura queda sepultada por los profesores de la universidad, etc. etc. Padrísima novela. Y ya en nuestra aldea, con la realidad tangible y en la corta historia de nuestro país, queda en una pequeña reseña de cómo los gobernantes no deben de hacer las cosas, es decir podemos ver que nuestros gobernantes se llevan el trofeo más grande y brillante «El Triunfo del fracaso » y entregan en cada administración, sea esta Federal, Estatal o Municipal, un lamentable y ruinoso pueblo, un país saqueado, humillado, mancillado y hasta deshonrado por pillos y gamberros que se dicen o dijeron políticos y que otros gañanes, con sus cantos los enaltecieron, les dijeron mil mentiras sobre su desempeño y ellos una vez repetidas mil veces las convirtieron en medias verdades, sin saber que son mentiras completas, la mitomanía también cuesta y sino que le pregunten a cientos de “Comunicadores y medios” que se llevaron las cerezas del pastel con millones de pesos para tapar las pillerías de peces grandes, gordos y flacos charales.
Los gastos increíbles en Salud fueron tremendos, sin embargo, hospitales, clínicas y otros servicios de salud fueron y siguen siendo un fracaso, las ruinas y la putridez les acompañan, las reformas sólo reformó los bolsillos y cuentas bancarias de quienes las llevaron a cabo. Como caballo del libro del Apocalipsis, la corrupción pudo cabalgar a galope por los medros, campos, valles, pueblos y grandes ciudades de toda la república, y en su desbocada carrera donde sus pezuñas pisaron dejaron una estela de pobreza y miseria, ruinas que parece increíble levantarlas. Pemex, un porcentaje del sostén nacional, agoniza, es sangrado desde sus cimientos, los pillos que manejan esta empresa del pueblo con y sin el consentimiento, sólo lo que el poder les confiere labraron telarañas y oxidaron sus fierros, la espada de Damocles la blanden y mantienen a los habitantes en vilo, y los añejos problemas que atañen al pueblo con el uso costumbrista de su gente que ahora sin asombro, porque hasta eso los corruptos nos quitaron (el rasgo de asombro) y si hace apenas unos meses los habitantes no lo podían creer cuando la nueva administración descubría la ruindad en que la bola de ineptos, corruptos, tartufos y onagros dejan como legado el estado que guarda el país, parece que una vez pasado el asombro, ver los resultados de los educandos y su pobre aprendizaje ya no asombra, ver las empresas fantasmas y fraudes familiares de funcionarios y ex funcionarios tampoco es novedad, los fraudes en la venta de ferrocarriles, Altos Hornos, Bodegas Conasupo, los Ingenios cañeros, el dinero regalado a los banqueros “ROBAPROA”, los impuestos al SAT perdonados a los ricos de la familia mexicana, los líderes ricos con obreros pobres, el campo con conflictos que data desde que Maximiliano llegó al país como emperador, concesiones de aguas, acaparamientos de tierras, ventas de mercancías robadas, la justicia en manos de los injustos e injerencia de extranjeros en los asuntos financieros, sociales y protocolarios que sólo concierne al gobierno mexicano.
En fin, un país en ruinas que se ve difícil levantar, sin embargo no imposible, ya que como dijo un embajador extranjero –Es increíble que México a pesar de tener siglos de ser saqueado por propios y extraños, aun conserve vastos recursos para estar de pie, otras naciones con menos corrupción y saqueo ya estuviera en guerras internas o desaparecido.— La realidad de nuestro país no es como la cuentan los que promueven el turismo, éstos son anuncios de paga que llegan y son promocionados por los paraísos económicos, el estado que guarda nuestra nación es una casa, choza o hacienda en ruinas, con paredes descarapeladas, techos, puertas y ventanas arrumbadas, sostenidas por millones de mexicanos que desde el gallo a grillo se curten el lomo para mantener a miles de líderes y políticos de nuestra bien pagada Casta Divina que desde sus mullidos sillones dicta leyes y son los que también han cooperado para tener este país en ruinas; ¿ Por qué ..?… Motivos son muchos, sin embargo, uno es que son los mismos de siempre y que lástima que uno, en este caso López Obrador que sólo trate en este caso de dominar la selva que lo rodea.
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