por Sócrates A. Campos Lemus.
En actos de violencia en lugares de violencia como lo es ahora el estado de Morelos y su capital, como lo vemos en la capital del país que es el corazón del mismo, como lo observamos en Puebla en carreteras y municipios y ciudades y sus calles ya no son seguras sino que se llenan de miedo a todas horas, como lo comprobamos en el Estado de México donde en las colonias fifís o jodidas, lo misma da, la muerte no solamente anda de gira sino que cumple con su función y aterroriza a la población mientras policías y políticos gozan de la corrupción, como lo tenemos en el estado de Hidalgo donde los huachicoleros están ligados a importantes grupos y se matan en la Sierra, en el Valle o en la Huasteca y nadie explica cómo terminarán con la violencia, como lo sufren en Veracruz donde los maladrines de la política anterior y los actuales siguen haciendo de las suyas y roban, asesinan, secuestran y se tiran la bolita entre funcionarios como si eso fuera la respuesta a terminar con la violencia, como lo están sufriendo en Chiapas donde, además de las divisiones naturales y las agresiones a los grupos de indígenas, ahora, sufren la entrada violenta de malandrines de otros lados y en muchos casos toman hasta las casas “desocupadas” porque ellos viajan y no tienen casa y roban y trafican armas de las que traen y drogas que transportan y, algunos, deciden ocupar sitios en lugares que controlan ya las mafias o las pandillas que se protegen entre sí, lo sufren ahora en la frontera norte donde la trata de gentes y las drogas van de la mano de la violencia y solamente tenemos planes pero no acciones y, cada vez que se habla de ello, se dice que lo que sucede es que ahora sí podemos “ladrar” porque anteriormente nos quedamos callados y eso no es verdad, si revisan lo escrito por años se podrá comprobar las denuncias hasta el cansancio y, sin embargo, solamente somos testigos de muertes y de horrores y terrores como ahora lo vemos con la matanza, a plena luz del día, en Cuernavaca ,en contra de manifestantes y de ahí el terror y las distracciones que sugieren nuevos brotes de descontentos y de muertes violentas que pueden ser terribles para el país.
Así fue escalando la violencia en los años de Salinas de Gortari, primero, los secuestros y asesinatos de los agentes de la DEA que denunciaron y mostraron al mundo las mafias y las relaciones entre funcionarios de policía y agentes norteamericanos de la CIA con los políticos y grupos mexicanos, la guerra iniciaba y las confrontaciones eran de violencia y brutalidad, se disputaban el mercado y la jefatura de las organizaciones y, esto, desata la enorme matanza en México que ahora pagamos, dicen, con más de medio millón de asesinados, con más de 150 desaparecidos, con miles de viudos, huérfanos, desquiciados, desplazados, encarcelados, resentidos, con grupos delincuenciales en los estados que llegan agrupar a cientos de jóvenes y mujeres y hombres que de la maldad viven o sobre viven, después, vino la matanza en el aeropuerto de Guadalajara y se asesina, no se sabe si directamente o por accidente, al Cardenal Posadas y POSTERIORMENTE a Luis Donaldo Colosio y al Secretario del PRI y la escalada avanza hasta llegar a desquiciar la economía y llegamos al saqueo del FOBAPROA que le da el tiro de gracia al sistema político y económico de esos tiempos del desarrollo estabilizador para implantar el tiempo de la tecno burocracia y del liberalismo entreguista que nos tienen en el fondo del pozo, pero de lo que se trata, de tomar en cuenta es que todos esos sucesos aparentemente desiguales y sin sentido, llevaron a la muerte de Luis Donaldo Colosio ,y nadie podría dudar por la forma en que ahora se dio el atentado en Cuernavaca el que un solo hombre, desquiciado, preparado, armado, drogado tal vez, convencido o comprado o amenazado, prefiere matar y asesinar a sangre fría en cualquier sitio y lugar, a lo mejor como lo hizo Aburto en Tijuana y esto, por si no lo saben los expertos en el cuidado del pueblo, se puede salir de control en muchos sitios, nadie tiene seguridad ante tales actos como el que vimos en Cuernavaca, nadie podría salir ileso de un tipo de atentado así o como el que se generó e la plaza de Michoacán con el granadazo, y así, en actos públicos, todo puede suceder, en manifestaciones pacíficas o no también se pueden dar y en los actos oficiales de ceremonias con los presidentes municipales o los gobernadores o el mismo gabinete presidencial o en contra de AMLO y, todo, sería un enorme caos y la violencia desatada…
Cuando la violencia escala sin control y se dan las bases de provocaciones o de acciones meditadas para descontrolar a un país sobran motivos para los que la generan y dinero para operarla, es lógico que los grupos de las mafias ahora no tienen pretexto para hacer sus actos violentos, pero los hacen, va en su naturaleza y, se centraron, solamente en los huachicoleros, pero esos también tienen rienda y mando y dependencia y no debemos desconocer que desde el mismo PEMEX Y LOS VENDEDORES DE GASOLINA GRINGOS y los centro de distribución como las gasolineras están metidos, todos, en el gran acto de corrupción, y con dinero como dicen en mi pueblo pues baila el perro y sobran aquellos “valientes” o enviados o entrenados para ello que se avientan el tiro, total, ya lo vimos como la sangre fría del asesino de Cuernavaca termina en la tragedia y no hay ni siquiera un rastro de arrepentimiento, las drogas deforman el alma y el cuerpo y ahí hay mucha sangre que viene desde el Norte, los gringos no son ajenos, porque al final de cuentas, el fenómeno existe por el alto consumo y demanda de los norteamericanos y, sus mafias, son tan poderosas que controlan el gran dinero del negocio y sin duda mantienen el control financiero y por tanto político y para militar por la gran venta y distribución de armas, pero, ahora, los grande mafiosos gringos saben que ellos controlan a las mafias nacionales y locales en los países y, ellos, se han convertido en una pieza clave para mantener el orden o generar el desorden para poner y quitar o apoyar a los que quieren sean sus sirvientes o sus empleados en la política y así, estamos, por eso el peligro de hoy es totalmente real…