por Iván Nájera Agüero.
Lo que no se puede ocultar en México son los muertos por la violencia; tampoco el gravísimo problema de inseguridad que padecemos y sufrimos a diario; una estela de dolor, sangre y muerte se vive día tras día, hora tras hora y minuto tras minuto. El tiempo pasa y con todo y las primeras apariciones de integrantes de la Guardia Nacional, los asesinatos, secuestros, extorsiones, violaciones, feminicidios y robos no cesan.
Con casos como los de Minatitlán, Veracruz, en la que fallecieron 14 personas incluido un menor de edad o lo que pasó en el ataque de un hombre a su esposa que terminó con la vida de ambos a las puertas de Casa Jalisco, la residencia del gobernador de dicha entidad. Donde las cámaras de seguridad captaron a la mujer que está parada en la calle muy cerca de la residencia oficial del estado en busca de apoyo policial, instantes después el sujeto acelera su automóvil para atropellar a la víctima y al oficial. No conforme con esa primera agresión el individuo baja del coche y apuñala en repetidas ocasiones a la mujer en el rostro y cuello lo que le provocó la muerte casi de forma inmediata. Uno de los escoltas del fiscal de Jalisco que aguardaba afuera de la Casa Jalisco, en la ciudad de Guadalajara se percató del hecho y le disparó al agresor.
Las acciones estatales a menudo contribuyen y alimentan conflictos, sin embargo, muchos focos de violencia comenzaron y subsisten independientemente del Estado, precipitados por rivalidades entre grupos antagónicos donde estas grandes organizaciones criminales llegaron al punto del combate abiertamente entre sí; se ha generalizado el uso del armamento de grueso calibre; se ha extendido el uso de tortura y exposición de cuerpos mutilados y los perfiles de las víctimas se han diversificado en un estado abierto de violencia, por incrementos en la delincuencia común, e incluso por fenómenos que no pueden, aún, explicarse del todo.
Para Santiago Roel, director de la organización Semáforo Delictivo, la causa clara para los homicidios es el narcotráfico, que se encuentra en una situación de plenitud en la que se agitan sobre todo los estados en los que hay enfrentamientos entre carteles. “Donde domina un solo cartel, está más tranquilo. (…) También pasa que en las ciudades grandes o turísticas hay más peleas por la plaza porque se mueve más dinero”.
Mientras que la violencia en México es frecuentemente dirigida contra presuntos miembros de organizaciones delictivas, en los últimos años también se ha dirigido cada vez más en contra de funcionarios públicos, periodistas, miembros de las fuerzas de seguridad e incluso ciudadanos y poblaciones vulnerables. La amplia gama de víctimas, ya que la violencia se dirige hacia varios grupos de personas, en lugar de a uno solo, contribuye a que la violencia en México a menudo no siga un patrón particular, creando un dilema tanto para académicos como para políticos que se enfrentan a la tarea de abordarla usando enfoques tradicionales.
La polémica sobre la política de seguridad en México se aviva y se convierte en tema central cada mañana en Palacio Nacional, con una prensa deseosa de conocer la verdad sobre las cifras de víctimas y asesinatos dolosos en el país y una ardua persistencia del nuevo gobierno por demostrar que las cosas han cambiado.
Para tomar en cuenta:
Tristeza, falta de ánimo y desgano: las principales características de la enfermedad depresiva ganan terreno entre casi 30% de la población mexicana de 18 a 65 años, que sufren un padecimiento mental con carga genética que se dispara por factores como problemas económicos, deserción escolar, desempleo, dificultad para relacionarse o pérdida de la pareja, así como la violencia, ya sea familiar o del entorno social.
La atención médica para Enfermedades Neurológicas como la depresión en el país se incrementó 8.2% en comparación con el 2018, de acuerdo con cifras del boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud (SSa), ya se han dado 35 mil 976 atenciones médicas de este tipo, mientras que en el periodo anterior apenas se tenían 33 mil 221. La temporalidad que se compara va de la semana 1 a la 15 de este año y retoma datos de atención médica del IMSS, ISSSTE, Semar, Pemex, DIF, Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y la Secretaría de la Defensa Nacional.
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