por Pascacio Taboada Cortina.
Un primer compromiso es detener de manera inmediata a migrantes en la frontera sur
Vigente la amenaza de imposición de aranceles del 5 por ciento mensual y así hasta llegar a octubre con 25 por ciento
La mejor forma de llamar la atención de migrantes necesitados de empleo y ofrecerles perspectivas de bienestar, educación, salud y la oportunidad de salir de la pobreza extrema, está en el anuncio del canciller Marcelo Ebrard Casaubón, en el marco del acuerdo firmado el 9 de junio del presente año, entre los gobiernos de México y Estados Unidos.
Tres son los temas centrales planteados, pero no debidamente reflexionados, por una comisión binacional de funcionarios del Gobierno de México y de Estados Unidos. El primero, es detener “ipso facto”, la cargada de migrantes que desean a toda costa entrar a territorio estadunidense para trabajar y hacer realidad el “sueño americano”; el segundo, es la propuesta mexicana de aplicar un Plan de Desarrollo Regional de Centroamérica y el Caribe, y el tercero consiste en evaluar compromisos en los primeros 45 días, contados a partir de la firma del acuerdo.
La amenaza de imposición de aranceles iniciales a las exportaciones mexicanas hacia EU, del 5 por ciento mensual y así hasta llegar a octubre con 25 por ciento –si México no ayuda a detener la migración de centroamericanos, cubanos, haitianos y africanos—forzó a un acuerdo entre ambas naciones, en donde México se compromete a desplazar a la frontera sur del país, hasta seis mil efectivos de la recién creada Guardia Nacional.
‘Casi casi al cuarto para las doce’, acordaron obligaciones más cargadas a la parte mexicana, mientras que la parte norteamericana vigilará que se cumplan esos compromisos en un término de 45 días. De no ser así, se volverán a abrir negociaciones que podrían ser en otro sentido o más rígidas por los vecinos del norte.
Los mexicanos conscientes, no suponemos que haya más de 100 mil vacantes de trabajo para ofrecerlas a los centroamericanos. Este ofrecimiento seguramente lo hizo el Presidente Andrés Manuel López Obrador durante su campaña por la Presidencia de México el año pasado, pero para beneficio de mexicanos pobres, sin empleo ni perspectivas de una vida mejor, no para ciudadanos extranjeros.
En una entrevista televisiva, el canciller Ebrard Casaubón destacó que “muchos de los migrantes se pueden quedar en México. Les vamos a ofrecer empleo, salud y educación. Creo que es factible”, afirmó y señaló cifras:
“México tiene hoy 100 mil puestos de trabajo en muchas de las industrias [las cuales] están teniendo dificultades para conseguir gente de trabajo, en parte por los niveles salariales (¿?) y porque hay otras empresas que sí tienen mayor éxito. En el campo vamos a ampliar el Programa Sembrando Vida (que se refiere a la reforestación) y solamente en el sur de México hay 200 mil hectáreas”.
Mientras tanto, el presidente de EU, Donald Trump, continúa con la campaña en la búsqueda de su reelección en la presidencia de ese país del norte. Grita y vocifera que “trae sobre la manga” otros compromisos que no están contenidos en el susodicho acuerdo con México, “que hará públicos en el momento oportuno”. Esto pone en entredicho la probidad y la firma de sus funcionarios, y en la cuerda floja al coordinador de la Delegación Mexicana, Marcelo Ebrard.
Falta todavía que el Senado Mexicano revise y avale el documento presentado por el Canciller, sin que públicamente se sepa si es solamente para darse por enterado, o tenga que modificarlo para su seguimiento.
Por otra parte, estamos a unos días de que el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, ahora llamado T-MEC, se formalice o se dé un lapso para hacerle modificaciones que tendrían que ser bilaterales; es decir, solamente entre México y Estados Unidos, derivadas del nuevo acuerdo que, el presidente norteamericano, está empeñado en revolver para confundir, el esquema económico – tarifario con los asuntos diplomáticos.
Eduardo Orihuela Estefan, presidente de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales, advierte que la situación comercial está al borde de una grave crisis, por una falta de atención, por una falta de previsión, para enfrentar los problemas que se nos están presentando.