¿Hacia dónde vamos?

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Luis Fernando Hernández González.

La obra de Don Daniel Cosió Villegas, escrita en los 70s, “El Estilo Personal de Gobernar” nos describe con detalle las formas muy particulares de concebir la aplicación de la política; el temperamento, el carácter, las simpatías, las diferencias, la educación y las experiencias personales cómo influirán de un modo claro en toda su vida pública, y en sus políticas de gobierno, de aquellos mandatarios que ostentan el poder político de la nación.

Es por ello, que mucho se ha especulado por las diferentes acciones emprendidas del gobierno que encabeza el presidente López Obrador, y con ello en las distintas aristas que comprenden la actividad gubernamental, propiciando con sus desplantes y aplicaciones una serie de diferendos sociales, que se muestran en la opinión pública y en los medios informativos, al ser voces que están a favor y otras que expresan un rechazo en sus análisis de una realidad, que no acaba por mostrar los signos de un gobierno formal y de visión seria e institucional que busca sacar al país y a su población de las condiciones nocivas en que hoy se encuentran.

Surge el cuestionamiento sobre la visión económica que busca implementar AMLO, con apoyos a la pobreza y a la necesidad de una sociedad demandante de soportes económicos de subsistencia de parte del gobierno federal. Mas debemos apuntar que toda implementación de riqueza nacional debe de generarse en la ampliación en el producto interno bruto, que estará soportada por la promoción gubernamental, la inversión productiva, la creación de insumo-productos comerciales y el trabajo productivo de la fuerza laboral en su conjunto, difícilmente podrá haber creación y redistribución económica, sea por la vía del gasto gubernamental en obras estructurales o por la vía simple de dádivas mediante programas sociales a la población, sin la creación de riqueza que es la acumulación del trabajo de toda la sociedad mediante cuestiones fiscales y productos gravables que la misma genera.

De ahí por qué los planes y programas que el presidente Andrés Manuel López Obrador desea en su gobierno implementar carecen de planeación y proyección, que les hagan exhibir confiables en base a sustentos legales, mecanismos de operación y normas reglamentarias que brinden confiablidad, para que en su aplicación tengan los efectos deseados de atención a las necesidades que demandan los millones de mexicanos por los distintos rumbos del país que carecen de formación para el empleo y oportunidades de realización productiva y que se encuentran bajo rezagos e indicadores de pobreza extrema o marginal.

A 12 meses del triunfo electoral, tiempo suficiente para una transición administrativa del país y de la elaboración de objetivos, planes, programas y metas de gobierno, los ciudadanos medianamente informados no visualizan hacia donde marcan los vectores programáticos del actual gobierno, toda vez que las empresas y organismos tanto de la bolsa de valores como de aquellos que tienen como tarea la evaluación de las actividades gubernamentales, no perciben en sus análisis la generación de muestras de confianza en la actual administración.

A 6 meses de la formalidad en la conducción se tienen apreciaciones que no concilian el interés de la nación y el buen tino de una conducción, en donde se tiene graves problemas con la seguridad, se estimula el enfrentamiento social, la permanente descalificación de acciones y autoridades de pasadas administraciones, calificándolas de ineficientes y corruptas, exponiéndolas a una diatriba pública sin enjuiciamiento formal.
Para muchos ciudadanos el acto de aniversario de su triunfo electoral del pasado 1 de julio y a seis meses de haber asumido la presidencia de la república Andrés Manuel López Obrador, no deja lugar a dudas que bajo los signos de una política utilitaria que en nuestros días resulta innecesaria y populachera, busca celebrar su ascenso con pirotecnia, antojitos mexicanos y presentaciones artísticas, con una muchedumbre que además del clásico lonche recibieron un apoyo económico de 200 a 300 pesos por acarreado, tanto de la Ciudad de México como de entidades cercanas a esta sede que fue el zócalo de la ciudad. 100 mil personas asistieron dicen unos, menor cantidad dicen críticos y adversarios.

Por otra parte surgen condiciones de dificultad en los movimientos migratorios de centroamericanos, deseosos de transitar por el país, en búsqueda del sueño americano, situación que obliga al presidente norteamericano a formalizar medidas intimidatorias a nuestro país de carácter arancelario, haciendo recular en el paso libre ofrecido por AMLO a los migrantes que se aglomeraron en decenas de miles frente a los linderos de la frontera norte de México con los EEUU.

Otros de los efectos, es el de la inversión productiva tanto nacional como extranjera, que se refleja en los indicado- res de expansión y en aquellos de empresas calificadoras que generan contracciones y resistencias naturales de duda que refleja el comportamiento de la bolsa de valores, para sus flujos de inversión, por las características exhibidas en la conducción del gobierno mediante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que actúa con impericia y buen criterio ante los nichos de financiamiento que buscan ganancia, como dejó en muestra la cancelación del NAIM y una aplicación de recursos cuantiosa que traerían empleo e inversión.

Cualquier persona que desee tener una muestra de interés sobre el destino de la nación, seguramente incursionará en las apreciaciones que las diferentes generaciones de mexicanos, que le han aportado al país, generándose con ello la concreción de realidades, ajeno por supuesto a especulaciones que solo pueden ser determinantes mediante filias o fobias, con análisis anímicos de extrema superficialidad, que en el fondo solo son de utilidad al deterioro institucional y al relajamiento del estado de derecho que requiere con urgencia la conducción de esta nación y sus 128 millones de habitantes, de los cuales 54 están en la pobreza.

México no se está inventando ahora, México es producto del esfuerzo de todas sus generaciones, que con ahínco cada una de ellas ha contribuido a edificar los distintos peldaños de su construcción para ser una gran Nación.