Delincuencia uniformada

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José C. Serrano Cuevas.

Alfonso Durazo Montaño,
Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana

Alfonso Durazo Montaño, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en distintos foros ha mencionado que hay corrupción prácticamente en todos los cuerpos de seguridad del país y, “si no se mete orden en las policías municipales y estatales, la Guardia Nacional (GN) podría resultar insuficiente”.

En una comparecencia que Durazo Montaño tuvo en el Senado de la República, allá por el mes de abril del año en curso, anunciaba que la estrategia nacional en la materia trazaría una raya muy clara que separaría al crimen organizado de los cuerpos de seguridad, lo que habría de significar el fin de la “delincuencia uniformada”.

Obviamente, reconoció el sonorense, que esa estrategia se conforma con muchos elementos, pero ese compromiso pudiera ser la gran diferencia, pues nadie puede dudar de que “el avance del crimen organizado en todo el país ha sido posible en gran medida por la complicidad de jefes y elementos de los cuerpos de seguridad”.

Las tareas de inteligencia serán los cimientos de la eficacia de la nueva GN; la base de sustentación que marcará la diferencia con relación a los intentos de administraciones anteriores que, sin duda, fracasaron en gran medida por la corrupción y complicidades ampliamente conocidas por el descaro con que fueron cometidas. Abril, mes primaveral, cobijó decenas de piezas oratorias cargadas de optimismo.

En días recientes, Alfonso Durazo ha sido entrevistado por diferentes medios. Declara que en 50 municipios es prioritario hacer limpieza, ya que están penetrados por el crimen organizado estructuralmente, a tal grado que “no hay una distinción entre los grupos delictivos y el funcionario uniformado”.

Y no le falta razón a este hombre que nació en Bavispe, Sonora hace 65 años. Es de sobra conocido el racimo de reclamos que ciudadanos que sobreviven en entidades como Jalisco, Veracruz, Estado de México y Michoacán le hacen al Gobierno de México, un día sí y otro también.
La patrulla, el arma de cargo y el equipo de radiocomunicación son instrumentos que el Estado proporciona a los elementos que, se supone, han aprobado los exámenes de confianza, requisito ineludible para desempeñarse como agentes de seguridad. En las áreas de control de cualquier corporación policiaca es obligatorio llenar la “fatiga” que es un registro en el que se anotan datos esenciales para saber la ubicación precisa de dichos bienes.

En algunos municipios del Estado de México, específicamente en Ecatepec, los elementos de la policía pagan una cantidad determinada al “Jefe” para que les sea asignada una patrulla o, por lo menos una pistola; el radio se paga aparte. Armados caballeros salen a las calles con el firme propósito de atracar a quienes se les atraviesan en el camino.

Para algunos estudiosos, la Sociología es la ciencia social que se encarga del análisis científico de la estructura y funcionamiento de la sociedad humana; para otros, estudia los fenómenos colectivos producidos por la actividad social de los seres humanos dentro del contexto histórico-cultural en el que se encuentran inmersos. En esta ciencia se utilizan distintos métodos para el análisis e interpretación de diversas tendencias de comportamiento en el ser humano.

Cabe preguntarse, si el doctor Alfonso Durazo Montaño cuenta en su equipo de colaboradores con profesionales de la ciencia enunciada líneas arriba. En el caso de una respuesta afirmativa, podrían simplificarle la tarea tan descomunal que lleva sobre sus hombros, con la siguiente interrogante: ¿Qué tan compatibles son los intereses de quienes, en apariencia, constituyen una antípoda?