Abigail A. Correa Cisneros.
En los años 70 el presidente Andrés Manuel López Obrador fue fichado por la Dirección Federal de Seguridad, cuando la dirigía Miguel Nassar Haro. Era observado por sus “acciones comunistas” a favor de los pobres cuando estuvo al frente del Instituto Nacional Indigenista en Tabasco. Hace días AMLO dijo que es un orgullo que se le clasificara de esa manera. También el subsecretario de Educación Superior de la SEP, Luciano Concheiro, dijo que el comunismo es necesario para transformar México, en referencia a los principios de bienestar común y desarrollo entre todos los miembros de una sociedad.
Durante su participación en una mesa de debate de El Colegio Nacional por el Centenario de la fundación del Partido Comunista Mexicano, Concheiro habló de la importancia de incorporar el comunismo a la actual conversación política. Agregó que algunos de los conceptos básicos de este sistema de pensamiento son fundamentales para entender la apuesta de la llamada “Cuarta Transformación”, sobre todo en el rechazo al capitalismo rapaz.
Le llovieron las críticas, incluso el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, le llamó la atención al funcionario, y aseguró que los principios de la educación mexicana, en cuanto a universalidad y laicismo, serán invariables.
La antesala de la izquierda, el Partido Comunista Mexicano (PCM), se creó en 1919, aunque se registró hasta 1922. Hace cien años este movimiento impulsó la creación de sindicatos, la organización de campesinos, luego del triunfo de la Revolución de Octubre (rusa), fue inspiración para varias organizaciones del mundo que se querían sublevar contra regímenes autoritarios, situación que acontecía en México.
A estas ideologías no se les iba a dejar el paso libre. El gobierno de Álvaro Obregón reprimió a grupos opositores y el PCM estaba entre ellos, la estrategia fue cambiar el nombre del partido y ampliaron la base partidaria en el campo para fomentar la colectivización. La influencia de líderes campesinos comunistas como Úrsulo Galván en Veracruz, Primo Tapia en Michoacán y José Guadalupe Rodríguez en Durango, atrajo simpatías al partido en zonas rurales y se conformaron las Ligas de Comunidades Agrarias y la Liga Nacional Campesina.
Estos pensamientos ideológicos tienen variantes. Pero siempre se ha sembrado el terror en la sociedad mexicana hacia el comunismo, con todo y que el Presidente actual se sienta orgulloso de serlo. Entonces, ¿la Cuarta Transformación tiene fundamento en estos conceptos? Pues va en contra del capitalismo rapaz. Sin embargo, todavía no estamos viviendo el supuesto cambio.
El ideal Marxista llegó a nuestro país de manera distinta y se fue transformando. No era lo mismo la vida en Europa de aquellos días que en Latinoamérica. Fue Ricardo Flores Magón con su periódico Regeneración (1900-1918) que el pensamiento marxista cobró fuerza en nuestro país. El escritor y filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, escribió “… el marxismo que llega a América Latina, de finales del siglo pasado a comienzos de la década del 20, es un calco del que impone la socialdemocracia alemana en la II Internacional. De él está ausente una cuestión fundamental con la que tendrá que bregar el marxismo, teórica y prácticamente, en el continente: la lucha antiimperialista de los pueblos latinoamericanos por su autonomía y verdadera liberación nacional”.
Las circunstancias de la actualidad hacen imposible que la ideología marxista-leninista persevere, ni siquiera en los países que se rigen supuestamente por la corriente comunista, como China, Corea del Norte, Vietnam, etcétera. La Revolución rusa determinó la historia del siglo XX, el comunismo comenzó a tener auge en Europa, países como Francia e Italia consiguieron un seguimiento masivo. A partir de 1945, el modelo de la Unión Soviética se replicó en otros países con éxito. Pero visto desde fuera, cualquiera que no le quisiera entrar al capitalismo incomodaba. Más tarde una nueva ideología imperaba y el comunismo fue relegado.
En México, a finales de 1947, y en el marco de la Guerra fría, el PCM propuso la conformación de un amplio frente de masas en defensa de la paz, la democracia y la independencia nacional que diera frente a las presiones políticas y económicas de Estados Unidos, pero no tuvo eco. Paulatina- mente, el partido comunista fue distanciándose del régimen del presidente Miguel Alemán hasta la ruptura en 1950, argumentando su claudicación frente a las exigencias de EE.UU y el abandono y la traición a las postulaciones fundamentales de la “revolución burguesa”, a la que había dejado de representar.
Lo sucedido en 1968 fue un golpe contra el comunismo. En principio, los estudiantes demandaban la libertad de presos políticos, específicamente Valentín Campa y Demetrio Vallejo, ambos luchadores sociales relacionados con el Partido Comunista Mexicano. Líderes del movimiento estudiantil como Ángel Verdugo Beltrán, Marcelino Perelló, Gilberto Guevara Niebla, Pablo Gómez, Luis González de Alba, estaban catalogados como peligrosos comunistas por el Servicio de inteligencia de aquel entonces. La iglesia también ayudó bastante sembrado el miedo contra los comunistas. La sociedad estaba asustada por estos “revolto- sos”, masacrados en la Plaza de las Tres Culturas por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
En este marco estuvo también la Liga Comunista 23 de Septiembre, conformada por estudiantes universitarios del barrio de San Andrés, en Guadalajara. Fueron perseguidos, torturados y desaparecidos por imprimir y distribuir de manera clandestina el periódico Madera.
El escritor Christopher Domínguez Michael, ex miembro del PCM, resalta en un texto publicado en Letras Libres: “Debe darse crédito al PCM por las actividades de su XIX y penúltimo Congre- so de 1981, donde por primera vez en México un partido ofreció una discusión pública de sus ideas. Tras abandonar el concepto “dictadura del proletariado” por un simpático eufemismo llamado “poder obrero democrático”, el PCM refrendó su condena de la invasión soviética de Afganistán (1979), abogó por una salida pacífica y negociada al conflicto polaco, y discutió los documentos partidarios más originales en la historia de la izquierda mexicana, que incluían demandas ecológicas y feministas, defensa de los derechos políticos del clero y de los homosexuales.
El PCM lanzó la candidatura sin registro de Valentín Campa a la presidencia de la república en 1976, quien compitió en solitario con López Portillo. Los dirigentes más visibles del partido eran Arnoldo Martínez Verdugo, Pablo Gómez, Gerardo Unzueta, Eduardo Montes, Arturo Martínez Nateras y Gilberto Rincón Gallardo”. Campa fue comunista de corazón. Luchó por los derechos agrarios y obreros y por lo mismo sufrió represalias.
En los años 40 el rostro comunista lo confor- maba artistas e intelectuales como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Frida Kalho, José Revueltas.
Emiliano Zapata le escribió a su amigo Genaro Amezcua en febrero de 1918: “Mucho ganaríamos, mucho ganaría la humana justicia, si todos los pueblos de nuestra América y todas las naciones de la vieja Europa comprendiesen que la causa del México Revolucionario y la causa de Rusia son y representan la causa de la humanidad, el interés supremo de todos los pueblos oprimidos”.
El presidente AMLO dice compartir estos ideales, es cierto que apenas son 10 meses de su gobierno y los abanderados del neoliberalismo quieren responsabilizarlo del lodazal en que dejaron al país. Veremos en un futuro, por lo pronto, estos días la clase obrera y campesina siguen recriminando promesas incumplidas desde hace 100 años.
Desde el Centro
Lamentable el deceso del maestro Miguel León Portilla, historiador ejemplar y amigo de todos los indios… Con marchas y mítines se conmemoró el 51 aniversario de La Matanza de Tlatelolco… Entre demandas de que se incremente el presupuesto 2020 al campo, los productores del agro se preparan para recibir sustanciales precios de garantía por sus cosechas… Los indígenas, por su parte, esperan que los recursos en su apoyo no disminuyan más… Crece en el mundo la rebeldía contra el cambio climático, no hay que doblarse jamás en el combate por eliminar los plásticos que tanto daño hacen a la humanidad y a nuestro planeta… Un diez para los legisladores que aprobaron el nuevo etiquetado que los alimentos, industriales deben cumplir… Falleció también Francisco Jiménez Pablo, líder de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (MN), un constante luchador chiapaneco por los derechos indígenas y de los pobladores del campo mexicano. Descanse en paz el amigo.
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