Violencia de género

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José C. Serrano Cuevas.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es espléndida en la generación y difusión de estudios sobre temas de género. Por décadas ha dedicado denodados esfuerzos a dicha tarea, particularmente a lo relacionado con hechos reprobables como la violencia contra las mujeres.
La violencia contra las mujeres es una de las violaciones a los derechos humanos más presentes en el mundo. Se manifiesta en diversos ámbitos de la vida social, laboral y política, tanto en escenarios públicos como privados y se traducen en la criminalización y judicialización de las mujeres por ejercer su derecho a decidir, el feminicidio, la trata de personas y los crímenes por odio, entre otras.

Esta violencia, más que acciones individuales o al azar, está arraigada en estructuras sociales y trasciende geografía, edad, estatus socioeconómico y nivel educativo.

La violencia contra las mujeres es una forma de discriminación que impide que éstas gocen de sus derechos fundamentales. Este tipo de violencia se clasifica como violencia basada en el género, ya que está motivada por la estructura de discriminación y la cultura de subordinación y dominio patriarcal sobre las mujeres por el simple hecho de serlo.

La violencia contra las mujeres puede ser física, sexual, emocional o psicológica, económica y patrimonial. Estos tipos de violencia se interrelacionan y comparten factores de riesgo, y afectan a las mujeres durante toda su vida. Hasta aquí la parte doctrinaria, la búsqueda del deber ser.

En diarios de circulación nacional publicados el sábado 17 de agosto se pueden leer encabezados que hacen referencia a la marcha feminista en la Ciudad México que concluye en vandalismo.

El cuerpo de la noticia se refiere a una manifestación de mujeres en protesta por la “presunta” violación de una joven por cuatro policías, lo cual derivó en la destrucción parcial de la estación del Metrobús Insurgentes, pintas en la Columna del Ángel de la Independencia, la vandalización de comercios, el incendio en áreas de la sede de la policía capitalina, así como agresiones y lesiones a ciudadanos, periodistas y uniformados.

“A las 6 y media de la tarde fue convocada la protesta por colectivos de mujeres #NoMeCuidanMeViolan y #ExigirJusticiaNoEsProvocación, que inició con un recorrido en la Glorieta Insurgentes donde hicieron un mitin pidiendo, entre otras cosas, decretar la alerta de género en la Ciudad de México, enjuiciar a los culpables de delitos contra la mujer y la garantía de reparación y no repetición de hechos violentos” (Redacción/Milenio).
La respuesta de las autoridades capitalinas ante semejante barbarie fue escueta: “No se puede justificar la violencia de unas y unos cuantos, que sólo empañan la defensa de los derechos de las mujeres. La violencia no se combate con violencia”.

La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México lamentó las agresiones contra algunas personas y periodistas, por lo que solicitó a las autoridades una investigación pronta y diligente con base en el protocolo especializado en la materia.

Ante el reclamo reiterado de ciudadanos y organizaciones sociales sobre la violencia de género, el gobierno federal pretende elaborar un programa para prevenir, sancionar y erradicar la hostilidad contra las mujeres. Para ello ha puesto en marcha una consulta nacional, cuyo primer foro regional tiene lugar en Oaxaca; posteriormente habrá consultas en Colima, Sinaloa y estado de México.

En dichos foros se buscará la participación de los distintos órganos de gobierno y de la sociedad civil para generar políticas públicas efectivas en favor de todas las niñas, adolescentes y mujeres mexicanas o quienes radiquen en el país. El cierre de las consultas será el 19 de septiembre.
Con respecto a las protestas se puede decir: es bonito el encaje, pero no tan ancho.