Jorge Arturo Estrada García.
Hay que vigilar a los ministros que no pueden hacer nada sin dinero
y a aquellos que quieren hacerlo todo sólo con dinero.
Indira Gandhi.
El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar
en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Winston Churchill.
Las reglas cambiaron. El inquilino del Palacio Nacional maneja la política y los recursos públicos a su antojo. Él acapara el dinero para sus proyectos y deja secos a estados y municipios.
Algunos, serán usados para la infraestructura del país otros para consolidar una base social de más de 30 millones de votantes. Un nuevo estilo de gobernar está en proceso, gobernadores y presidentes municipales deberán adaptarse. A golpe de mañaneras se maneja a este país. Las batallas presidenciales se dan y se ganan en lo mediático, aunque se pierdan en la realidad. En la era de la posverdad así son las cosas.
De la federación no llegarán los miles de millones para hacer obras de relumbrón que dejaban amplias ganancias entre la clase política de las entidades, sus socios y sus virreyes. También, los programas asistenciales serán manejados por los morenistas y sus estructuras para competir por el voto de los pobres. Los sistemas de salud estatales dejarán de comprar medicinas falsas y escasas para desviar recursos a otros fines que dejaban a los hospitales civiles sin materiales de curación y fármacos.
AMLO hará las cosas a su modo y sus colaboradores harán lo que siempre han hecho para vivir y beneficiarse de la política, hay demasiado ex prianistas y experredistas incrustados, el país lo resentirá. Sus viejos cuadros principales son millonarios que salieron de la cultura del esfuerzo, pero del esfuerzo por enriquecerse rápidamente bajo la sombra del erario. Los resultados de la Cuarta Transformación se perciben inciertos por el momento.
Además, el entorno económico mundial está convulso, eso amenaza un estado industrial, maquilador como Coahuila. Es indispensable echar a andar la planeación a mediano y largo plazo, pensar en la siguiente generación, no solamente en la siguiente elección, como sugiere Winston Churchill. Aunque, si observamos a la clase política coahuilenses los vemos más afanados en apuntalar sus proyectos políticos personales y de grupo antes que cumplir con excelencia sus actuales encargos.
La región sureste tiembla por las decisiones en el extranjero. Las condiciones para la industria automotriz local en el nuevo tratado que sustituirá al TLC perjudicarán la viabilidad del clúster industrial que le da vida a Saltillo, Ramos Arizpe y la región. Desde 2005 que nadie se ha ocupado por desarrollar nuevos caminos y las amenazas flotan en el ambiente.
De Manolo Jiménez no puede esperarse nada más allá que boulevares, que se inundan, que les dan plusvalía a los fraccionamientos de sus amigos, socios y parientes. Luego de dos años inauguró una mini ruta urbana intermitente, pintó once cebras, compró casetas de hierro en las que el sol de la ciudad cocina policías a la ataúd y abrió unos grupos de whats app. En este período habrá graduado a 180 nuevos oficiales de policía y despedido a 150 por mañosos. Los policías locales no rebasan los 800 elementos en una ciudad que requiere 2400 según los estándares oficiales. Construyó un feo torreoncillo para Saltillo que espera inaugurar como obra magna durante su informe con espectáculo de luces y cuetes. Lo demás serán sus rutas de vinos y dinos con sus cuates, regalar boletos para los Saraperos, inaugurar lámparas en colonias y organizar competencias de rodeo. Los 100 mil baches que dijo que tapó ya volvieron a brotar luego de un par de lluvias intensas, ni su mini aplanadora, ni los materiales de sus amigos constructores fueron suficientes para que las obras perduraran, se dilapidaron millones. En estos temas hay mucha tela de donde cortar, pero lo veremos más delante.
En La Laguna, el problema del agua con arsénico, el plomo en la sangre de sus habitantes y la pérdida de competitividad en el entorno regional y mundial, la mantienen emproblemada. Su generación de empleos es baja porque quieren encasillarla en la era industrial de explotación de la mano de obra barata y su logística no es la óptima para ello. La Comarca ha demostrado en dos ocasiones que ha sido capaz de detonar dos importantes clústers productivos en su historia, pero ya no son los mismos tiempos ni los mismos recursos. El algodón hizo grandes fortunas para hacendados explotando a peones, pero le dio prosperidad al cruce de trenes que era Torreón, Posteriormente, al agotarse el mercado algodonero se organizó el clúster lechero con enorme inversión y apoyo federal en la época del Milagro Mexicano. Ambos agrupamientos agroindustriales hicieron uso intensivo del agua para dar empleos precarios y enriquecer a las élites. López Obrador anunció la construcción de un acueducto para llevar agua de la presa hasta Torreón y Gómez Palacios y criticó la cuenca lechera de los Tricio y sus socios que acabaron con los mantos de agua para hacer sus negocios. Están entrampados.
En la Región Centro, la decadente acerera Altos Hornos de México, con su presidente Alonso Ancira encarcelado por vender chatarra cara al gobierno de Peña Nieto, está en medio de una crisis que la coloca al borde de la quiebra. El mercado mundial la está matando, no es competitiva en muchos mercados y solamente la protección del gobierno federal, con aranceles, la ha mantenido a flote. En contraste, Alonso Ancira tiene una enorme fortuna personal. Los empleos para Monclova estarán en riesgo los próximos meses, a AHMSA le urgen recursos frescos para seguir operando, ya está buscando alianza con Tubacero- Ternium o de plano venderla.
En la Carbonífera, persisten los problemas para atraer y arraigar empresas, lo que deja a la minería en la peor de sus versiones: los poceros. Estos con sus empleos precarios e inseguros aparecen con frecuencia como un último recurso para llevar alimentos a las mesas de la región. Los pequeños mineros quedan en manos de coyotes y funcionarios quienes adquieren ganancias al comercializar con la Comisión Federal de Electricidad. Lo más grave es que la electricidad de Coahuila es la más contaminante de México.
En la frontera, Armando Guadiana preocupado por el gas y el petróleo y la independencia energética, como senador morenista anda promoviendo lo que antes rechazó: el fracking como método de explotación. Él plantea usar y contaminar el agua del semidesierto coahuilense para extraer combustibles fósiles para que se enriquezcan unos cuantos, anulando la viabilidad futura de la zona y para convertirla en depósito de lodos contaminados. Las enormes cerveceras de Nava explotan los mantos intensivamente.
Los partidos locales están debilitados, todavía no se reponen del fracaso en la elección del año pasado ante Morena. El PRI con Rigo Fuentes, que ya está listo para reelegirse, competirá por el voto en los sectores populares a través de programas sociales. Actualmente ya se da la lucha casa por casa con los Servidores de la Nación y su agresivo empadronamiento y reparto. Fuentes nada aporta ni en trabajo ni en estrategia. El verdadero arquitecto de las victorias en el Moreirato era Rubén Moreira, si él apoya el tricolor podría salvar algunos distritos. La tendrán difícil.
El PAN sigue fracturado, Chuy de León realiza una operación cicatriz que está resultando difícil y que avanza lentamente. Los monclovenses y norteños siguen en rebelión conocedores de sus triunfos y su potencial, sin embargo, sus figuras no tienen relevancia estatal y son débiles en La Laguna y en la Sureste.
En Saltillo la familia feliz de Isidro López, Ernesto Saro y Rosendo Villarreal fue derrotada por Carlos Murillo. Los tres exalcaldes han acumulado desprestigio por su voracidad para hacer negocios al amparo de los presupuestos públicos, y la incapacidad para gobernar bien. Las derrotas en Saltillo y Ramos Arizpe fueron vergonzosas y atribuibles a ellos. Sus candidatos fueron mal escogidos y sus campañas pésimas, ellos estaban derrotados de antemano, no pudieron con los acarreos de Manolo Jiménez y Chema Morales en un escenario en el que Morena colectaba votos en todas las casillas con candidatos “patito”.
Los laguneros están conflictuados, Marcelo Torres Cofiño boicotea y critica a Chuy de León y a Jorge Zermeño. El puesto de Zermeño es el más envidiado por el momento, el alcalde de Torreón se perfila como candidato albiazul a la diputación federal y a la gubernatura. Todos lo quieren detener.
Morena Coahuila es un movimiento sin rumbo. Es una batalla campal de todos contra todos. Guadiana se siente dueño porque aportó mucho dinero en las campañas, Reyes Flores se siente jefe porque es el superdelegado del gobierno de López obrador, reparte empleos y cada día más se siente virrey. Mientras, Miroslava y Yeverino ocupan ilegalmente el edificio del partido y no pueden comprobar los gastos del dinero de las prerrogativas que recibe.
En la actual legislatura la mayoría opositora mostró sus carencias y sus limitaciones. Y desper- dició la oportunidad de hacer historia. La voluntad de los coahuilenses que derrotaron al PRI y su hegemonía en el Congreso fue burlada por los mis-mos diputados, por sus mezquindades, sus incapacidades y por sus propios proyectos personales.
De Juan Antonio García Villa se esperaba mucho por su experiencia y destacada trayectoria; de Marcelo Torres Cofiño, se suponía un liderazgo sólido que pudiera acotar al PRI y sus maniobras legislativas de protección a los exfuncionarios del Moreirato; García Villa se dedicó a cobrar su salario sin hacer olas ni trabajar mucho, Marcelo usa la presidencia en el Congreso para apuntalar su proyecto personal y parece un priista más, combatiendo a los panistas y usando el cargo para promocionarse de manera burda y poco efectiva, le quedó grande el cargo, se ha convertido en un pasivo para los blanquiazules y su lugar en la histo- ria política del Congreso de Coahuila será negativo, como de oportunidad desperdiciada. De los More- nistas, de la Unión Democrática de Coahuila y del PRD nada positivo se esperaba, y efectivamente tres de los elementos de esos partidos se volvieron esquiroles del tricolor.
El PRI mostró su nivel de seguir la línea del Palacio Rosa, Jaime Bueno quiere ser alcalde en una jugada de dos bandas, una para realizar su proyecto y la otra impedir la llegada a esa importante plataforma a Jericó Abramo Masso, Chema Fraustro y Enrique Martínez Morales para dificultarles sus aspiraciones a la gubernatura.
Los calefactos para las próximas elecciones en Coahuila preparan sus proyectos. En todos los partidos se perfilan candidatos. Morena será el enemigo a vencer, el PRI y el PAN deberán esforzarse mucho para ganar la mayoría en el Congreso local. Se habla de Eduardo Olmos para manejar la siguiente legislatura por parte del tricolor. Marcelo Torres Cofiño se quiere reelegir y gasta en imagen a toda velocidad porque se le acaba el encanto. Hay quien asegura que traicionó a Mario Dávila con pactos en las oficinas del Palacio Rosa.
Ante este escenario tan complicado, los alcaldes deberían concentrase en poner a funcionar la seguridad, la vialidad, la movilidad y el tejido social ante la escasez de dinero para sus negocios de cemento. Difícilmente van a ponerse a trabajar, seguramente seguirán en pos de las candidaturas, tras de la siguiente elección. Los ciudadanos que se jodan.
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