El sindicalismo charro de gobierno, empresarial, universitario…

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Iván Nájera Agüero.

Carlos Romero Deschamps contiene o contenía todo el ADN de los viejos dirigentes sindicales charros.

Con la nueva ley laboral, las organizaciones sindicales tradicionales de antaño están muy preocupadas, sobre todo porque tras la reforma se requerirá del voto secreto, directo, libre y personal de los miembros de los sindicatos y de los empleados para un gran número de actividades sindicales y en todos los asuntos relativos a contratación colectiva.

Ante la inconformidad expresada por algunos sindicatos contra la reforma laboral, entre ellos la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que deben entender que “ya son otros tiempos” y no debe haber “charrismo” sindical. El mandatario fue cuestionado sobre la presentación de decenas de amparos “Existen estos amparos, en efecto, pero ya se están resol- viendo, corresponde al Poder Judicial. Es un derecho que tienen los dirigentes, que tienen todos los ciudadanos, el acudir a los amparos, pero se está resolviendo de conformidad con la ley y la Reforma Laboral va hacia adelante” subrayó.

El mandatario defendió que los trabajadores puedan votar directamente por sus dirigentes. Aseguró que nunca ha habido democracia en el país y por eso hay grupos que se resisten a la elección de los nuevos líderes sindicales mediante el voto abierto. “Estamos empezando y es natural que haya amparos, pero hay que tomar en cuenta que muchos sindicatos y dirigentes están promoviendo que haya democracia y libertad sindical. Nosotros no vamos a solapar a líderes sindicales”, aseguró el primer mandatario. Abundó: “No puede haber, para decirlo coloquialmente, charrismo sindical, es decir, falta de democracia al interior de los sindicatos. No puede haber sindicatos blancos, no pueden imponerse dirigentes, no hay sindicatos de Estado, el gobierno no tiene dirigentes predilectos; tiene que haber libertad, democracia sindical, esto es voto libre, secreto, de los trabajado- res para decidir sobre quienes deben representar- los. Es una etapa nueva”, insistió.

Respecto al paradero del exlíder del sindicato de los petroleros, Carlos Romero Deschamps, precisó que no tiene orden de aprehensión ni se han congelado sus cuentas bancarias.

El sistema político mexicano y el Estado se consolidó con base a una escandalosa corrupción, aquí se generó el fenómeno denominado charrismo sindical que se desarrolló con base a la incorporación de los sindicatos al PRI, al Estado, el repartir algo del poder político entre los dirigentes, que a cambio se les exigía el control sobre las masas obreras y campesinas sin importar el método utilizado para cumplir esto. Hasta hace poco el ejemplar sindical Carlos Romero Deschamps contiene o contenía todo el ADN de los viejos dirigentes sindicales charros.

Algunas anécdotas de las primeras organizaciones sindicales beneficiadas desde el gobierno, recuerdan que cuando al dirigente de la poderosa Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) Luis N. Morones, algunos contrarios le cuestionaban o simplemente le preguntaban por los excesos, lujos y riquezas, de manera cínica les contestaba qué “el ser obrero no implicaba que tuviera que vivir en la pobreza”.

Otro gran ejemplo de estos líderes charros fue como el viejo Fidel Velázquez al frente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), defendía fehacientemente al régimen político y se jactaba que a “balazos llegamos, y los votos no nos sacarán”. Estos y muchos más son verdaderos mafiosos, pandilleros sindicales, que se enriquecían (y algunos lo siguen haciendo) a cambio de mantener controlados a los trabajadores vía las organizaciones sindicales oficiales.

Lo que los agremiados disidentes de los diferentes sindicatos buscan es que sus sindicatos recobren su propósito fundamental, que es la defensa plena de los derechos del trabajador, pero que desafortunadamente hay resistencia por parte de aquellas organizaciones que durante décadas tenían o tienen secuestrado el sindicalismo. El trabajador muchas veces no protesta, porque necesita el trabajo, pero porque considera que 70 o hasta 100 pesos no le afecta mucho sus ingresos quincenales, pero no se pone a pensar que son alrededor de 200 al mes y al finalizar el año le habrán descontado hasta 2 mil 400 pesos y que, si en esa empresa privada o pública en pequeño son alrededor de 150 los sindicalizados, el dirigente del sindicato ya se hizo con más de 350 mil pesos.

Y esto lo podemos ver en gran semejanza en el sindicalismo universitario que es un proyecto agotado que reproduce los peores vicios del sindicalismo charro, y como éstos, requieren una importante y verdadera transformación de carácter democratizador.

Para tomar en cuenta

Por terminar octubre le dieron su calaverita a MORENA, la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ya que revocó por unanimidad la convocatoria para la realización del congreso en el que se elegirían a los nuevos dirigentes del partido Morena, con el argumento de que el padrón con el que se realizaron las asambleas no es confiable (algo que se dijo por muchos). Con tal determinación se anuló el proceso electoral interno. Dado lo anterior se dejó sin efecto la convocatoria y declaró insubsistentes todos los actos derivados de ella, adiós a los consejeros estatales y nacionales electos, por el momento. El Tribunal le dio al Comité Ejecutivo Nacional un plazo de 90 días para reponer el proceso electoral.