La integración de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. ¿Qué pasó?

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Juan Martínez Veloz.

La polémica designación por parte del Senado de la Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) Rosario Piedra nos hizo recordar un viejo ensayo sobre la selección de los Consejeros del IFE en el año 2003, publicado en un libro Hacia un Federalismo Electoral, Editora Laguna, México 2004 (pp. 257-273); reproducimos su presentación para tratar de entender lo que está pasando actualmente en el Senado. Un estudio similar sería muy interesante para juzgar qué pasó en esa polémica designación de la presidenta de la CNDH. Creemos que los estudios legislativos ayudan a futuras reformas electorales por eso son necesarios.

Desde la designación de los nuevos presidentes de la Cámara de Diputados y Senadores hay la idea en algunos sectores de la opinión pública de que los Acuerdos Parlamentarios son poco claros para la ciudadanía, es por ello que la transparencia es el mejor camino para entender lo que pasa en las Cámaras.

Un balance sobre la designación de los Consejeros

Electorales del Instituto Federal Electoral

Si bien, el propósito original de este ensayo es estrictamente de análisis periodístico, busca también sembrar en el lector el interés por incursionar en el análisis político y legal del proceso de renovación del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), donde se observaron deficiencias en la integración del máximo órgano de dirección de la institución encargada de la preparación de las elecciones federales, situación que resulta preocupante si se piensa que la consolidación democrática del país requiere de una institución electoral fuera de toda sospecha, garante de la legalidad y legitimidad de los procesos electorales.

No obstante, se logró también la no reelección de los Consejeros Electorales, situación que nosotros planteamos desde antes de que la Cámara tomara su decisión con argumentos que expusimos en diferentes medios de comunicación.

El análisis de prensa resulta ser un buen instrumento en una democracia que garantiza la libertad de expresión, para medir el impacto que las decisiones de gobierno tienen en la sociedad. Sin embargo, éste es un trabajo que mide más que la opinión pública, a las fuentes generadoras de la misma, sobre todo en aquellos sectores que tienen acceso a la prensa escrita.

I.- Reflexiones preliminares sobre las deficiencias estructurales del proceso

Durante los meses de octubre y noviembre de 2003, el asunto que atrajo la atención de las principales plumas y analistas políticos del país, fue la renovación del Consejo General del IFE, institución que para la mayoría de los mexicanos es fundamental y, en cuya consolidación están empeñados los mejores esfuerzos y aspiraciones de la sociedad, dado el alto grado de credibilidad que adquirió esta institución desde principios de los 90’s, se constituyó en artífice de nuestra democracia electoral y piedra angular de la transición democrática mexicana.

II.- Seguimiento en medios escritos, balance periodístico

Por lo expuesto en el apartado anterior, era indudable que el posicionamiento de los medios respecto al proceso de designación de Consejeros fue adverso, pese a las expectativas para mejorar los trabajos del IFE que se fraguaron al inicio del procedimiento, con el transcurso del tiempo, el escenario se transformó, y los comentarios se volvieron pesimistas, principalmente, en la última semana.

De manera particular, en la prensa escrita se tuvo la percepción en un 68% de las columnas y editoriales, de un procedimiento carente de los mínimos elementos de legitimidad democrática, con lo que se mermó sensiblemente la credibilidad de la institución electoral.

Continuando con el análisis al seguimiento de prensa realizado, en el mismo se observa que únicamente el 19% de las notas tuvieron un balance positivo, resultado más que de la calificación del proceso y la actitud de los diputados en el manejo del asunto, del refrendo de confianza a algunos de los Consejeros electos, que si bien, no se les percibe como una garantía para la conducción de los procesos electorales federales, existe un signo de respeto a sus trayectorias académicas y profesionales. Empero, estos calificativos, son una excepción que no comparte la totalidad de los ungidos.

El balance de las notas con contenido neutro, equivalente al 13% es resultado de apreciaciones formales del procedimiento, muchas de las cuales aparecieron los primeros días del debate del tema, y que pusieron especial énfasis en que no se partidizaran los perfiles de los consejeros, para con ello, respetar el carácter ciudadano del IFE…

Entre los temas que reflexionaron los columnistas que integraron este seguimiento periodístico, resalta la partidización del IFE con el 22% de las columnas, lo cual explica la principal preocupación de la sociedad respecto a un desenlace que finalmente fue inevitable, al imperar los intereses de los partidos políticos como criterio de designación de los Consejeros Electorales.

Un segundo asunto que recibió el 20% de las notas, fue el obscuro método de designación, lo cual posee dos vertientes muy interesantes para un análisis más cuidadoso del problema; por una parte, las críticas al sistema deliberativo del Congreso (las deficiencias políticas y normativas tanto de las prácticas legislativas como reglamentarias) y las relativas a la norma electoral.

Un tercer aspecto que motiva a la reflexión y que totaliza los efectos de un deficiente proceso de renovación de la autoridad electoral, tiene que ver con la legitimidad del nuevo Consejo General del IFE, con el 15% de las menciones. En este asunto convergen tanto notas positivas como negativas, que reflejan desde su particular punto de vista, la forma en que los columnistas califican la futura viabilidad del Instituto. Esta situación se encuentra estrechamente vinculada con la calificación que se da a la merma de la institucionalidad y credibilidad del IFE, que conjunta el 10% del seguimiento.

……….

 Asimismo, cobró relevancia en los días previos a la designación, el tema relativo a la probable reelección de los ex Consejeros). El 10% de la opinión de los columnistas se dividió en pro y en contra, en razón, por una parte, de la interpretación del espíritu del artículo 41 de la Constitución en relación con una disposición transitoria de la misma, y por otra parte, la valoración realizada tanto a la experiencia acumulada de estos funcionarios, como la referencia a una actitud patrimonialista, al intentar algunos ex consejeros, perpetuarse en el desempeño de dicha función.

Sin embargo, a pesar de que este aspecto es motivo de un análisis más profundo, existió coincidencia entre académicos, ex consejeros y analistas, de la necesidad de valorar la conveniencia de implementar un mecanismo de sustitución gradual de algunos de los miembros del Consejo para garantizar la continuidad de los trabajos del Instituto.

Un tema que tuvo un especial impacto en la opinión pública fue la falta de perfil de los Consejeros Electorales, que implicó el 13% de las menciones de los columnistas…

El 10% restante de las opiniones, fue en el sentido del deficiente posicionamiento del PRD (4%), la reposición del procedimiento (3%) y la reforma electoral (3%).

Finalmente, respecto al tipo de balance que tuvo cada uno de los diarios de circulación nacional, podemos señalar que la gran mayoría tuvo un posicionamiento negativo del proceso de renovación de la autoridad electoral…”

juanmartinez_veloz@yahoo.com