Otra vez los mismos días

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

El presidente Andrés Manuel López Obrador acaba de decretar un aumento a los salarios mínimos del 20 por ciento que se hizo efectivo a partir del primero de enero de 2020

A finales de mayo de 1974, los dirigentes de la huelga obrera de Cinsa-Cifunsa fueron convocados por el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, a quien le habían solicitado su intervención para obligar a los dueños del Grupo Industrial Saltillo a negociar para terminar el paro que duraba ya más de 40 días.

En esa ocasión, el presidente Echeverría les pidió a los dirigentes de los trabajadores que firmaran el acuerdo con sus patrones que les ofrecían el 20 por ciento de aumento salarial. Los obreros huelguistas de Cinsa-Cifunsa demandaban el 40 por ciento de incremento salarial en base al “equilibrio de los factores de la producción” al que invocaron para darle sustento legal a su movimiento.

A sabiendas de que dicha propuesta podría motivar inconformidades, el presidente Echeverría les adelantó una importante noticia: si firmaban el convenio obrero-patronal tal como se los sugería, días después que lo hicieran decretaría un aumento salarial de emergencia del 20 por ciento, y entonces los huelguistas saltillenses habrían logrado el 40 por ciento de aumento que habían demandado con su paro… Pero además -les diría Echeverría- su lucha habría beneficiado a todos los obreros mexicanos.

Echeverría cumplió, y una vez firmado el acuerdo decretó el primero de los incrementos salariales que durante su sexenio impuso. Pero el presidente nada hizo por evitar la escalada de precios y el aumento salarial fue a parar -incluso con ganancia- a los bolsillos de los acaparadores, comerciantes y productores. El presidente nada pudo hacer, a pesar de que corrían los días del “Desarrollo compartido”, pues desde su campaña estaba enfrentado con el sector empresarial.

Hoy la historia se repite: el presidente Andrés Manuel López Obrador acaba de decretar un aumento a los salarios mínimos del 20 por ciento que se hizo efectivo a partir del primero de enero de 2020, y ya vemos los estragos. Desde finales de diciembre los productores, acaparadores y comerciantes encarecieron la vida más allá del aumento decretado, y ninguna autoridad hizo algo por controlar la voracidad empresarial.

También, igual que en los 70s de Echeverría, aparecieron las descalificaciones ideológicas entre los politicastros de ambos bandos, reviviendo posturas políticas pasadas de moda: conservadores y liberales, y hasta el anticomunismo se hizo presente, porque los oportunistas se disfrazaron de izquierda, pese a que Cuauhtémoc Cárdenas y José Mugica les hayan dicho recientemente que son todo, menos izquierda.

En fin, la historia se repite, como seguramente se repetirán los males de aquellas épocas pasadas. Sólo hay que recordar que Luis Echeverría -que aún vive- fue agente de la CIA durante toda su vida política.

Por último, no hay duda que estamos viviendo la Cuarta Transformación, pero no de México ni de la república, sino del PRI…