La rapiña de las fuerzas carrancistas en Piedras Negras

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Rigoberto Losoya Reyes.

General Jesús Carranza Garza.

De acuerdo con un informe redactado por el señor Ricardo S. Bravo, Cónsul de México, y fechado en la localidad de Eagle Pass, Texas, remitido al Canciller huertista, narra la ocupación de la ciudad de Piedras Negras, Coahuila por las fuerzas del gobernador Venustiano Carranza. Describe en el documento la entrada de las fuerzas carrancistas la noche del 24 de febrero de 1913, integrado por cuatrocientos hombres al mando de Jesús Carranza, hermano de don Venustiano.

Reporta que al día siguiente procedieron a nombrar autoridades en esta localidad, como administrador de la aduana, al Lic. Pablo de la Garza, que se desempeñaba con anterioridad el puesto de Juez de Letras. Como Presidente Municipal, sigue el mismo que antes desempeñaba ese puesto, don Jesús Farías, y como jefe de las armas, el señor don Jesús Carranza.
Don Jesús Carranza citó a la colonia extranjera, siendo la mayor parte de nacionalidad española, y les indicó que necesitaba un préstamo forzoso de diez mil pesos, pero los españoles trataron de no entregar bajo el temor de recibir represalias por parte del gobierno federal.

A los pocos propietarios y particulares que no huyeron a Eagle Pass, se les pidió préstamos de cantidades diversas y algunos para evitar ser perjudicados entregaron el dinero solicitado.

El doctor Lorenzo Cantú, una persona muy apreciada en la población, se desempeñaba como inspector de sanidad en esos días, y ex presidente municipal, se le obligó a que prestara la suma de doscientos pesos, pero como no quiso entregar se le impidió que saliera de la ciudad, este médico pudo con dificultad pasarse a Eagle Pass para evitar ser víctima de la rapiña de los carrancistas.

Su consultorio y farmacia fueron cerrados sufriendo sus pacientes al no poder consultarlo. De las fuerzas que trajo a Piedras Negras Jesús Carranza, recorrieron algunas localidades vecinas como Jiménez, El Fénix, Las Vacas, Guerrero, y otras poblaciones, en donde después de nombrar autoridades a su antojo, pidieron a los vecinos fondos para el sostenimiento de las fuerzas, con las que intimidaron a los vecinos para hacer los préstamos con abusos y atropellos.

Respecto a los fondos que pertenecían a la federación, todos fueron salvados, a excepción de alguno que otro empleado que no tuvo tiempo para poner en salvo sus valores.

Todos los empleados de correos, telégrafos y aduanas, así como todos los gendarmes de la 4a. Zona de la Gendarmería Fiscal, permanecieron fieles al gobierno huertista y se refugiaron en territorio estadounidense sin sueldos y en condiciones muy precarias subsistiendo con ayuda de familiares y amigos.

Fuente consultada:

El documento de referencia se puede consultar en: Documentos Históricos de la Revolución Mexicana xiv.
Fundador: Isidro Fabela. Revolución y Régimen Constitucionalista Volumen 2° del Tomo I
Editados por la Comisión de Investigaciones Históricas de la Revolución Mexicana. Editorial JUS, S. A. México, 1968. pp.108-110.