José Guadalupe Robledo Guerrero.
Elecciones en la UAC y el arribo de “El Gato” a la Rectoría
1985 comenzó, como ya lo dijimos, con serios conflictos políticos por las protestas postelectorales que acusaban de un fraude orquestado por JFR. También el año se inició con tres visibles precandidatos a la Rectoría de la UAC, cuyas elecciones serían el Primero de marzo: Armando Fuentes Aguirre “Catón”, Jaime Martínez Veloz “Jimmy” y Jaime Isaías Ortiz Cárdenas “El Gato”.
Armando Fuentes Aguirre no era de las simpatías del gobernador, pero tampoco tenía posibilidades de ganar la elección, pues -a su estilo- traicionó a sus simpatizantes, los que lo habían seguido para luchar en contra de la corrupción villeguista y la imposición de Valeriano Valdés. Hacia meses que “Catón” se había aliado con los sectores villeguistas, lo que le hizo perder el apoyo de gran parte de los universitarios.
Jaime Martínez Veloz era el aspirante que menos posibilidades tenía de ganar. Su simpatía no rebasaba el 25 por ciento del electorado universitario, y según los empresarios y sus voceros, el “Jimmy” era un peligro por su ideología “comunista”. La única alternativa de Martínez Veloz era aliarse a otro de los precandidatos.
Jaime Isaías Ortiz Cárdenas era el tercer aspirante, quien se había ligado a Luis Horacio Salinas Aguilera a través de uno de sus testaferros: Xicoténcatl Riojas Guajardo. “El Gato” se coló como candidato, aprovechando la división que prevalecía entre los líderes universitarios.
Jesús Ochoa Ruesga sería sacrificado por de las Fuentes, porque no aseguraba el triunfo electoral, a pesar de que contaba con el apoyo incondicional de Jaime Martínez Veloz.
Semanas antes de las elecciones entrevisté para la revista “Criterios” a los precandidatos. Jesús Ochoa Ruesga aceptó que le agradaría ser Rector electo. También informó cosas que no se se sabían, por ejemplo: que el villeguista Juan Manuel Carrillo (ex director de Ingeniería Civil) había confesado ante el Ministerio Público su responsabilidad en la falsificación de facturas, y que en los resultados de la Auditoría que se hizo del último año del rectorado de Villegas Rico, había un faltante de 130 millones de pesos, pero no se encarceló a nadie por el saqueo de la UAC.
Jesús Ochoa Ruesga terminó sus nueve meses de interinato rectoral firmando un cheque de cinco millones de pesos a nombre de Armando Castilla Sánchez, dueño del periódico Vanguardia.
Jaime Martínez Veloz, en la entrevista, enfatizó en su animadversión por “Catón”, e insistió en que se dieran a conocer los resultados de la Auditoría, solicitó que los empresarios y el gobierno sacaran las manos de la UAC, pero evadió responder si se lanzaría o no como candidato.
Jaime Isaías Ortíz Cárdenas tampoco dijo nada importante, a tirabuzón señaló que “Catón” era un traidor y aseguró que lo que requería la UAC era que recuperara su desarrollo académico y científico. De la corrupción villeguista nada dijo.
Otro entrevistado fue el Contralor de la UAC, Octavio Olvera Martínez, quien se quejó de que Villegas y sus funcionarios nunca hicieron caso a sus recomendaciones y señalamientos, dijo que había 200 millones de pesos sin comprobación legal en la Tesorería universitaria de Francisco Javier Valdés Valdés, hermano de Valeriano.
Para esas fechas yo no tenía relación con “Catón”, y Adolfo Olmedo envió a otro compañero a entrevistar a Armando Fuentes Aguirre, pero “Catón” no aceptó ser entrevistado, seguramente porque en la revista “Criterios” dimos a conocer que “Catón” era asesor personal de Óscar Villegas Rico y cobraba en una nómina confidencial 96,792.00 pesos mensuales al lado de otros aviadores como: Ramón Garza de la Rosa.
Antes de las elecciones universitarias, Jaime Martínez Veloz y Jaime Isaías Ortiz Cárdenas llegaron a un acuerdo: Jimmy apoyaría al “Gato” para evitar que llegará a la Rectoría Catón o José Fuentes García (candidato de Enrique Martínez), a cambio de que el Jimmy y otros de su grupo se integraran al equipo de gobierno universitario. Jaime Martínez Veloz quería ser Secretario General de la UAC, y le dieron a conocer al gobernador el acuerdo a que habían llegado.
Hubo quienes decían que Catón nunca había buscado el apoyo de “El Diablo”, pero eso no es cierto. Armando Fuentes Aguirre buscó el apoyo del gobernador antes de lanzarse como candidato opositor a Valeriano Valdés. Me tocó ser testigo, pues varias veces “Catón” intentó hablar con de las Fuentes y éste nunca le contestó sus llamadas. Catón me pidió que le conseguiera una entrevista con el gobernador. Acepté y le comenté al “Diablo” la petición de Catón, solicitándole que lo recibiera. “El Diablo” respondió: “Claro que si, despreocu- pese yo lo llamo”. Con esa respuesta era obvio que el gobernador no hablaría con “Catón”.
Pero no desistí, pues era determinante que “Catón” participara en las elecciones para evitar que Villegas Rico impusiera a su concuño Valeriano Valdés. Por eso busqué a doña Elsa Hernández para que interviniera con su esposo, el gobernador, y recibiera a Fuentes Aguirre.
Doña Elsa me confió: “No crea que Pepe (JFR), no tomó en cuenta su solicitud, lo que pasa es que no ha olvidado como lo trató el licenciado Fuentes Aguirre cuando fue Procurador”. Doña Elsa me contó sobre una colaboración periodística de años atrás, donde “Catón” hablaba de un borrachito que se había encontrado tirado en una calle céntrica de Saltillo… “Ese pobre hombre era el Procurador de Justicia”. “Ya ve -terminó diciéndome- hay cosas que la gente no olvida, pero yo hablo con Pepe, y dígale al licenciado Fuentes Aguirre que mañana lo recibirá el gobernador”.
“El Diablo” recibió a “Catón”, quien le dijo que numerosos grupos de universitarios le pedían que se lanzara como candidato a la Rectoría, “pero antes de decidir quería saber su opinión señor gobernador”. De las Fuentes le contestó: “Está muy bien, usted tiene derecho y méritos, hágale caso a sus simpatizantes. No los deje colgados”. Así fue como “Catón” se atrevió a contender y perdió por fraude ante Valeriano Valdés.
Posteriormente, en la segunda ocasión que “Catón” fue candidato a Rector volvería a buscar que el gobernador no se le opusiera, y al menos en palabras lo consiguió. Por eso Armando Fuentes se lanzó las dos veces como candidato a la Rectoría, aunque siempre aseguró públicamente ser un candidato independiente a JFR.
Catón se lanzaría como candidato con el apoyo de Armando Castilla Sánchez y los grupos afines al periódico Vanguardia, y un mes antes de la elecciones, “El Diablo” dio un mensaje de apoyo a Ortiz Cárdenas, quien había sido el artífice del II Congreso de Polímeros, al cual asistió de las Fuentes con todo su gabinete. Nadie dudó que el elegido gubernamental era “El Gato”.
Pero días antes de las elecciones, Jimmy se inscribió como candidato. Esto confundió a los universitarios que sabían que Martínez Veloz apoyaría al “Gato” a cambio de cogobernar la Universidad. Por tal razón, Jimmy tuvo fisuras con parte de su grupo, los que estaban de acuerdo en apoyar a “El Gato” a cambio de chambas.
La repentina decisión de Martínez Veloz era comprensible, pues “El Gato” asesorado por Xicoténcatl Riojas (léase Luis Horacio Salinas), rompió el compromiso de gobernar la UAC con Jimmy. “El Gato” no aceptó que Jimmy se convirtiera en Secretario General de la UAC.
No se pusieron de acuerdo, y en las elecciones del Primero de marzo se disputaron los votos de los universitarios tres candidatos: Armando Fuentes Aguirre, Jaime Isaías Ortíz Cárdenas y Jaime Martínez Veloz. Pero ninguno obtuvo el porcentaje que señala el Estatuto Universitario: 50 por ciento más uno de los votos emitidos. De acuerdo al Estatuto se convocó a una segunda ronda de votaciones con los dos candidatos que habían sacado mayor número de sufragios: Catón y “El Gato”.
Martínez Veloz quedó fuera de la contienda, pero salió fortalecido, convirtiéndose en el fiel de la balanza, y su apoyo se hizo determinante para cualquiera de los dos candidatos. Tanto “Catón” como “El Gato” buscaron ganarse el respaldo del Jimmy, pero ninguno de los candidatos cedió a la pretensión de Martínez Veloz de ser Secretario General. “El Diablo” intervino para que se unieran, de lo contrario la UAC volvería a incendiarse.
Poco antes de la segunda ronda electoral, el gobernador le impuso al “Gato” a Martínez Veloz como Secretario General, pues sabía que si no cedían, el Jimmy apoyaría a “Catón”, con quien ya estaban en pláticas sus emisarios.
El 6 de marzo de 1985 se llevó a cabo la segunda ronda electoral, y Jaime Isaías Ortiz Cárdenas, con el apoyo de Martínez Veloz, ganó las elecciones con 10,845 votos contra 7,440 sufragios que obtuvo “Catón”.
El 13 de marzo Jaime Isaías Ortíz Cárdenas protestó como Rector para el período 1985-1988, y ese día iniciaría el período rectoral que convertiría al “Gato” en uno de los más corruptos rectores que ha tenido la UAC. Ese día comenzaría el descarado saqueo, en donde mucho le ayudaron las mañas de sus amigos y protectores políticos.
Ese día también se daría mi primer enfrentamiento con “El Gato” y su pandilla. Mi inconformidad fue la presencia en el Presidium de Óscar Villegas Rico, autor de los multimillonarios desfalcos en perjuicio de la UAC. En la toma de protesta, el Paraninfo del Ateneo Fuentes estaba repleto de politiquillos y los universitarios ausentes. El clímax fue cuando un pequeño grupo de estudiantes de Jurisprudencia, comandado por Fernando de las Fuentes, hijo del gobernador, comenzó a lanzar porras en favor de Villegas Rico.
En el evento un estudiante exigió el uso de la palabra para protestar por la presencia de Villegas en el presidium. De las Fuentes lo ignoró y continuó con su perorata. Los gritos obligaron a a dar por terminado el acto. Abandoné el recinto antes de que se acabará el circo.
Ese mismo día, Luis Horacio Salinas nos invitó a cenar a su casa. Entre los invitados se encontraban: Jaime Isaías Ortiz Cárdenas, Xicoténcatl Riojas, José Ángel Reyes, Daniel Héctor Saldívar, Jaime Martínez Veloz, Mario Valencia, Adolfo Olmedo y yo, además del anfitrión.
De inmediato fui al grano y protesté por la burla de que habíamos sido objeto en la toma de protesta de “El Gato”. Luis Horacio intervino para calmar mis ánimos. “El Gato” se justificó diciendo: “Invitamos a Villegas Rico porque el gobernador lo ordenó”, y por primera vez dije lo que pensaba del gobernador. El silencio me rodeó, pero supe que “El Gato” nunca me perdonaría mi reclamo.
Saliendo del lugar, Jimmy y Mario Valencia me dirían: “Qué bueno que pusiste en su lugar a estos cabrones”, pero ninguno se solidarizó con mi protesta, pues ambos ya tenían chamba con “El Gato”, Jaime como Secretario General y Mario como Director de Difusión Cultural.
En ese momento constaté que fue correcto no aceptar un puesto directivo en la UAC. Días antes de la segunda ronda de votaciones, de las Fuentes me llamó para decirme frente a Ediberto Leza: “Quiero que usted sea el tesorero en la Universidad, porque necesito que les cuide las manos a estos cabrones”. Le dije que no me interesaba, pues no quería que me silenciaran.
El gobernador insistió porque quería hacer lo mismo que Braulio Fernández Aguirre había hecho con él cuando fue Rector. El entonces gobernador puso como Tesorero a Adalberto E. Guillén, quien le informaba al gobernador y recibía órdenes de él. Pero no acepté. Sabía lo que pasaría con “El Gato” y su pandilla, pues desde el interinato de Jesús Ochoa Ruesga, la UAC comenzó a ser saqueada por Luis Horacio Salinas con la complicidad de Daniel Héctor Saldívar y Ochoa Ruesga. Con “El Gato” ya no sería Armando Castilla Sánchez el saqueador de la UAC, ahora lo sustituiría Luis Horacio Salinas.
“El Gato” inició su rectorado con los siguientes: Jaime Martínez Veloz en la Secretaría General, Daniel Héctor Saldívar como Tesorero, Xicoténcatl Riojas como Oficial Mayor, Agustín Ramos Arizpe (cuñado del Jimmy) como Director de Asuntos Académicos, José Ángel Reyes “La Pelleja” como Director de Planeación, Armando de la Peña Rodríguez como Director de Extensión Universitaria, Mario Valencia como Coordinador de Difusión Cultural y José Luis Dovalina como Director de Asuntos Académicos.
Sin embargo, la luna de miel duraría poco. Meses después el Jimmy y Mario Valencia serían expulsados de la UAC por “El Gato” y su pandilla. Armando de la Peña renunció cuando se dio cuenta que no había interés en las cuestiones culturales.
Con “El Gato” apareció el grupo del CIQA (Centro de Investigación de Química Aplicada) que por su cercanía al “Gato” se convertiría en el grupúsculo más nocivo de la UAC.
El poder en la UAC lo detentaba Ortiz Cárdenas, Xicoténcatl Riojas, José Ángel Reyes “La Pelleja”, Félix Hernández Barragán (Preparatoria Nocturna), y Jesús García Delgado (Postgrado). Sus funciones eran de complicidad, saqueo, intriga y acompañamiento en las parrandas y orgías cotidianas del Rector, convirtieron a la UAC en un harén con cantina.
Mucho se dijo que Luis Horacio Salinas fue de los más beneficiados con el saqueo de la UAC. En una discusión sobre el tema, Rodrigo Sarmiento Valtier, para justificarse dijo: “Lo que pasó es que nos traicionó la Rata del Desierto (léase Luis Horacio Salinas) y saquearon 400 millones de pesos de la Universidad”.
Sarmiento era el encargado de los trabajos sucios de “El Diablo”. Por eso en alguna ocasión Mariano López Mercado le mentó la madre en público.
(Continuará).
El despido del Jimmy y más sobre el sexenio delasfuentista…