Divide y perderás

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Luis Eduardo Enciso Canales.

“El mundo no está formado por cosas, sino por procesos.”
Karl Popper. 

Cada gobierno tiene que ser congruente con su momento histórico, y a veces hay que sacrificar el “ideal” por las necesidades más urgentes.

Lo que nos sucede y ha sucedido como país durante toda su historia, es la consecuencia de una serie de circunstancias que hemos enfrentado en las distintas etapas en las que se enumera nuestros intervalos de construcción como nación, es así como transitamos en el tiempo hasta llegar a estos días. Al igual que otros países y en general a la historia de la humanidad, la evolución y desarrollo ha sido posible gracias a que en los momentos más difíciles lo que ha estado siempre presente es el apoyo mutuo, sin este ingrediente simplemente no hubiera sido posible la supervivencia. Los primeros pobladores de los diferentes continentes resistieron y superaron la adversidad en unidad y no por separado; cambios climáticos, hambrunas, catástrofes ambientales, enfermedades, epidemias, guerras, recesiones, y hasta los complicados procesos de conformación social, etc. La historia de la construcción de la humanidad se ha tenido que enfrentar en unidad para poder garantizar la subsistencia. El apoyo mutuo es uno de los pilares sobre los que se finca el pensamiento evolutivo, si algo hemos aprendido de las dificultades es que la mejor forma de superar la adversidad es cooperando ya que la solidaridad a sido una de nuestras mejores armas para la conservación de la vida a través de la historia.

Lo que también aprendimos es que evolucionar implica necesariamente que todo siempre está en constante movimiento y transformación, nada permanece estático. Esta afirmación fue percibida claramente desde la antigüedad por los filósofos como Heráclito, que por medio de la dialéctica (dialogo) consideraron que todos los fenómenos están sujetos a perpetuo movimiento y cambio, y que el desarrollo de la naturaleza es el resultado del impulso y superación de sus propias contradicciones. El universo está en permanente mutación y el sustrato de la realidad es su continuo devenir, todo fluye y nada queda detenido en el tiempo. Esto también se refuerza con la teoría de la evolución de las especies de Darwin, que afirma que las especies que sobreviven son las que se adaptan mejor al cambio. Aunque esta idea darwiniana suele llegarnos filtrada por las ideologías capitalista, que se han apropiado de ella para justificar científicamente sus presupuestos tratando de imponer una ideología individualista de la supervivencia, nada más alejado de la realidad, como lo plantea el también naturalista Piotr Kropotkin en sus estudios que demuestran que “los más aptos” no tienen por qué ser los más fuertes, ni los más individualistas, sino los que mejor se adaptan al entorno.

Descubrió que son las especies que saben encontrar en la solidaridad la mejor herramienta para asegurar su devenir las que presentan mayores posibilidades de superar las complicaciones de la existencia. Pero Kropotkin no se limita a ofrecer una explicación ajustada de los postulados de Darwin, sino que, sacando las conclusiones antropológicas y políticas oportunas, identifica las circunstancias y procesos históricos que demuestran que es a través del apoyo y la ayuda mutua, y no a través de la lucha despiadada de “todos contra todos”, como las sociedades humanas han podido extenderse y afianzarse, identificando los periodos de mayor expansión de esta idea con aquellos en los que el ser humano ha logrado dar lo mejor de sí mismo como especie y como conjunto de individuos. Hoy el mundo se enfrenta nuevamente a una adversidad de grandes alcances que en el corto tiempo ya comienza a dejar una serie de estragos y secuelas que podrán impactar de manera irreversible las relaciones humanas en todas sus formas, no alcanzamos avizorar el fondo pero ya comenzamos a dar manotazos para tratar de mantenernos a flote. En México se nos juntó esta crisis con una profunda fractura originada por el divisionismo.

Cada gobierno tiene que ser congruente con su momento histórico, y a veces hay que sacrificar el “ideal” por las necesidades más urgentes. Y más aún si estas implican marcar la diferencia entre permanecer o extinguirse. Lo que estamos enfrentando nos trastoca a todos y parece que es algo que el presidente del gobierno de México no he entendido por básico que parezca, su función primordial obedece a ser un “administrador” del devenir de la nación, en ese sentido el conflicto también se puede y debe administrar. Con los poderes que le confiere el Estado debería estar convocando a la unidad, al dialogo, a la superación de las diferencias, a la ayuda mutua, al apoyo y la solidaridad para poder encontrar las resistencias que nos ayuden a sobrevivir, debe de entender que en este delicado momento sus adversarios también pueden ser aliados ya que ellos, al igual que él, son vulnerables a correr la misma suerte de todos, vamos en el mismo barco. El hombre es la única especie viviente con capacidad para transformar conscientemente el mundo; la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, esta cualidad solo puede concebirse por medio de una organización económica, social, política y cultural, que nos ayude a superar cualquier dificultad. López Obrador, al mantener su estrategia separatista esta adquiriendo la gran responsabilidad histórica de ser el personaje que dividió un país para conducirlo al abismo.    

luis_enciso21@hotmail.com