José Guadalupe Robledo Guerrero.
Nuevamente el ex gobernador interino de Coahuila, Jorge Torres López, es expuesto a la información mediática, debido a que está próximo su juicio en Texas, estado que solicitó su extradición acusado de lavado de dinero, fraude bancario y fraude cibernético por 2.7 millones de dólares que primero depositó en un banco de Corpus Christi, Texas, y luego los transfirió a un banco de las Islas Caimán.
Hay que recordar que Jorge Torres, es miembro de la familia propietaria del Grupo Industrial Saltillo (GIS), que durante décadas impidió el desarrollo industrial de nuestro municipio, al oponerse a la instalación de nuevas empresas, hasta que el gobierno de Óscar Flores Tapia logró atraer la inversión de General Motors, y por consecuencia la instalación de otras nuevas empresas que detonaron el progreso y ubicaron al sureste de Coahuila como una región industrial de importancia nacional.
Luego de perder la hegemonía empresarial en el siglo pasado, los dueños del GIS, los López del Bosque, decidieron mandar a sus parientes a la política, sobre todo los más inútiles para la empresa privada, logrando que cuatro de sus juniors herederos fueran presidentes Municipales de Saltillo: el tío Rosendo Villarreal Dávila, los hermanos Manuel López Villarreal e Isidro López Villarreal, el primo Jorge Torres López, de los cuales tres de ellos salieron del cargo acusados de corrupción y malos manejos en su particular beneficio: Rosendo, Isidro y Jorge.
Jorge Torres inició su carrera política (¿o delictiva?) desde 1994, cuando fue director de Promoción y Fomento Económico en el gobierno de Rogelio Montemayor y Tesorero Municipal con Óscar Pimentel González. Luego fue Contralor Municipal del Ayuntamiento de Saltillo con Humberto Moreira. En el sexenio gubernamental de Humberto Moreira fue secretario de Finanzas, Presidente Municipal Interino, secretario de Desarrollo Social y gobernador interino, de donde se desprenden sus actuales acusaciones.
Los dos sexenios en que participó como funcionario Jorge Torres, el de Rogelio Montemayor y Humberto Moreira, fueron acusados constantemente de corrupción, en cuyas administraciones estatales todos los cercanos al poder se hicieron millonarios de la noche a la mañana. En esas administraciones estatales, hasta los carga maletines vivieron sus días de progreso y bonanza con los dineros de los coahuilenses.
Por eso no es extraño que ahora Jorge Torres se encuentre encarcelado en Texas y dispuesto a declararse culpable de alguno de los delitos que se le imputan. Los conocedores del caso afirman que el ex gobernador interino de Coahuila aceptará la culpabilidad del delito que lo saque de la prisión como es el de fraude cibérnetico, a cambio de los 2.7 millones de dólares y de delatar a otros de su misma calaña, para ser perseguidos por la “justicia” norteamericana que lo único que pretende es quedarse con el botín mal habido.
Lo curioso del caso, dicen los conocedores, es que a pesar de que las autoridades estadounidenses dicen que el dinero depositado por Jorge Torres proviene de las arcas públicas de Coahuila, en nuestro estado ninguna autoridad ha reclamado esa fortuna que supera los 60 millones de pesos, y proponen que algo deben de hacer para recuperar cuando menos un dólar, para que los coahuilenses sintamos que no se burlaron totalmente de nosotros.
Ojalá algo hagan por evitar la burla total el sedicente fiscal anticorrupción de Coahuila Jesús Homero Flores Mier y el Fiscal General del Estado Gerardo Márquez Guevara…