José Guadalupe Robledo Guerrero.
En el comentario del domingo pasado, abordé los dos principales pleitos internos de Morena a nivel nacional: el protagonizado por John Ackerman contra Ricardo Monreal, y el que escenifica Alfonso Ramírez Cuéllar contra Yeidckol Polevnsky, a quien -por razones desconocidas- ubican en el grupo de los “duros”, en donde se encuentran: John Ackerman, Irma Eréndira Sandoval, Paco Ignacio Taibo II y otros más. El otro grupo de la contienda son principalmente dos ex priistas: Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, quienes son señalados por sus simpatizantes como presidenciales para el 2024.
La defenestración de Yeidckol Polevnsky trajo consecuencias en Coahuila, debido a la frustración de los acuerdos político-electorales que la ex dirigente morenista había realizado, por ejemplo, el hijo del ex gobernador Enrique Martínez, según se comentó, disputaría la Presidencia Municipal de Saltillo como candidato de Morena.
Otro de los afectados en sus aspiraciones políticas, es el senador Armando Guadiana Tijerina, que ya sentía tener amarrada con Polevnsky la candidatura a gobernador de Coahuila en el 2023; además a Guadiana se le cayeron sus futuros negocios de venta de carbón y gas shale, extraído con la técnica del fracking, ambos prohibidos por el presidente López Obrador, y en donde se insiste que está asociada la dirigente de Morena ahora acusada de daño patrimonial y lavado de dinero.
Por otro lado, el delegado de Bienestar, el panista Reyes Flores Hurtado, ya se siente candidato de Morena a gobernador de Coahuila, y se presenta como tal, por la caída en desgracia de su jefe político Armando Guadiana, al grado de fingir que hay distanciamientos entre ellos, pero en los hechos no existe sustento para tal presunción, pues la inmensa mayoría de los empleados de la delegación le fueron impuestos por Guadiana.
Por cierto, Reyes Flores y Guadiana Tijerina no son miembros de Morena, fueron candidatos externos impulsados por Yeidckol, y para disputar la dirigencia y las candidaturas de Morena Coahuila utilizan los servicios de José Guadalupe Céspedes y Raúl Yeverino.
Entre los afectados por la separación de Yeidckol está el anterior dirigente de Morena en Coahuila: José Guadalupe Céspedes, quien fue sustituido por Hortensia Sánchez, hermana de Miroslava Sánchez, ex dirigente estatal y ahora diputada federal.
Pero no solamente en Coahuila se quedaron al garete los acuerdos político-electorales realizados con Polevnsky, tal es el caso de la candidatura del ex secretario particular de Manlio Fabio Beltrones, Canek Vázquez, que contendería por Morena por la Presidencia Municipal de Pachuca, Hidalgo.
Mucho se ha hablado en los corrillos del partido del presidente López Obrador, que Yeidckol Polevnsky tenía este tipo de acuerdos en muchas partes del país, incluso sus malquerientes afirman que la señora ex dirigente vendía las candidaturas a sus amigos. Hay que recordar que cuando Enrique Martínez y Martínez era gobernador de Coahuila se rumoraba insistentemente que la ahora defenestrada dirigente nacional de Morena cobraba sueldo en las nóminas gubernamentales.
También es cierto que el senador Armando Guadiana se ha mostrado inconforme con la política presidencial, externando opiniones como la del pasado 2 de julio cuando se cumplían dos años del triunfo electoral del presidente López Obrador, al señalar que no había nada que festejar y en varias ocasiones ha insistido que el presidente está equivocado.
Aun cuando la nueva dirigente de Morena-Coahuila, Hortencia Sánchez, afirma que no hay división entre los morenistas locales, esto fue desmentido al insistir de que ella era la dirigente legal, y no José Guadalupe Céspedes, quien ni siquiera asistió al evento, y no se ha dado por enterado.
Estos conflictos e inconformidades entre los mismos, seguramente influirán en las próximas elecciones, por lo pronto tienden a profundizarse…