Puerto cardonal

0
672

Rufino Rodríguez Garza.

In Memoriam:  Dra. Solveig Turpin.

Este Puerto se localiza en el kilómetro 42 de la carretera 57 qué pasa justo por la parte media de la cinta asfáltica y que de seguro destruyó no pocas rocas con manifestaciones rupestres.

La sierra se llama La Batea y en sus inmediaciones está el referido puerto. En este arqueológico lugar se pueden observar motivos abstractos, geométricos, cuentas enmarcadas y fauna; donde destacan huellas de servidos y de los imponentes borregos cimarrones; igualmente encontramos cuatro puntos del sitio con pinturas donde sólo se usó el color rojo.

Al pasar la carretera por el medio del sitio divide los grabados en dos: los del Oriente y los del Poniente; éstos últimos están invadidos por el liquen. Los líquenes son organismos formados por la unión de un hongo y un alga que se adhieren a las rocas sobre todo en las que ven hacia el lado Norte; en teoría estas rocas mantienen cierta humedad y permiten el crecimiento de esta plaga que llega a cubrir tableros enteros de grabados. La humedad es manifiesta cuando las rocas ven hacia al norte.

 Este interesante sitio es también conocido como el kilómetro 42, incluso hay algunos petrograbados que sin bajarse de la cinta asfáltica son observables a simple vista. Es un sitio que quizá muchas personas conocen, pero de una forma muy superficial, nadie ha profundizado en detallar los motivos grabados ni elaborar alguna teoría acerca de la vocación del sitio.

Gracias al profesor Carlos Cárdenas conocí este lugar hace unos 40 años, solo me comunicó la ubicación del mismo, y aunque él mismo ha publicado varios libros referentes al Arte Rupestre en nuestro Estado en ninguno hace referencia al dicho Puerto Cardonal.

 El camarada Ventura y el que esto escribe nos dimos a la tarea de documentar este sitio y nos encontramos con algunas sorpresas. Por ejemplo, entre los grabados correspondientes a la fauna destacan las representaciones de borrego cimarrón, pero también en las representaciones de armas existe una herramienta de cacería multi y diversamente representada, me refiero al temible y letal átlatl que solía ser un propulsor de las lanzas o azagayas.

Este dispositivo es un sencillo madero con tope, agarraderas y contrapesos que le proporcionaba al usuario un medio metro más de brazo con lo que la lanza llegaba más lejos, a más velocidad y profundidad en la presa a cazar.

Se dice que al llegar el hombre a este continente proveniente de Siberia ya se acompañaba de la lanza, pero también de este artilugio. Cómo sabemos la lanza es de las armas más antiguas creadas por el hombre, basta con un palo recto y ya tenemos una pieza que sirve para la defensa y el ataque; este palo recto evolucionó acabando con una punta, pero se siguió avanzando y esa punta se endureció a fuego y no conformes con eso hubo un momento en que se le se le puso punta de pedernal o sílex resultando más mortífera.

El último uso de la lanza fue cuando se inventó el átlatl que permitió mayor destreza en el uso de la lanza pues con el átlatl la hacían llegar más lejos y a más velocidad y aún con más grado de acertar en el blanco generalmente móvil.

 Pero toda arma en algún momento se supera y a la vez al átlatl le llegó al final cuando el hombre descubrió el arco y la flecha. Al descubrirse esta nueva arma la lanza poco a poco fue quedando en desuso pues el arco revolucionó totalmente la forma de cazar o de pelear con otras tribus, era como si dijéramos ahora “la bomba atómica”.

El tema central de esta nota es destacar lo antiguo del sitio así lo constata la gran cantidad de Atlas o propulsores encontrados; de lado Oriente suman más de 200 y de lado poniente alrededor de 60, cada átlatl tiene sus propias características y así lo atestigua la variedad y formas de su representación. El átlatl se conforma por un vástago, un gancho, maneral y el o los contrapesos.

 Ésta nota se ilustra con fotos, pero también va acompañada con dibujos de este artilugio. En la muestra de átlatls dibujados se puede observar que el vástago en su mayoría es vertical, que el gancho puede estar a la derecha o a la izquierda y lo más variado son los contrapesos ya que pueden ser uno, dos o hasta tres.

Los contrapesos servían para mejorar el equilibrio y se fijaban en la parte inferior del vástago. El contrapeso se representa como un arco y en otros casos el círculo relleno en el centro del vástago, puede ser pequeño o mediano, pero en algunos casos el círculo se acerca a medio metro de diámetro.

Otros contrapesos se representan de uno, dos y hasta 3 en el vástago.  En otros casos un círculo al lado del vástago y un gran etcétera

Cerramos diciendo que éste es un sitio de celebración de ritos de cacería.

[rl_gallery id="11602"]