José Guadalupe Robledo Guerrero.
Actualmente, en las redes sociales del internet transitan comentarios sobre algunos aspectos de la grosera corrupción que existe en la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Y esta especie de denuncias se originan en que algunos descubrieron el hilo negro; a que están próximas las elecciones de rector y hay muchos aspirantes que sacaron la cabeza; y al empecinamiento de Salvador Hernández Vélez de querer imponer a su sucesor, aunque hay quienes piensan que no es él, sino el gobernador Riquelme.
Por tal motivo, los grupos priistas internos de la universidad se están sacando los trapitos al sol, y como no hay quien no tenga cola que le pisen, seguirá saliendo mugre, pues el actual rector no pudo contener la caballada flaca que el mismo inventó, y al parecer los responsables de decidir no quieren parar a los calefactos, finalmente qué importa la imagen de la universidad después de décadas de corrupción institucionalizada.
La corrupción en la UAdeC no es nueva, se institucionalizó desde el rectorado de Óscar Villegas Rico (1978-1984), después de él siguieron 10 rectores más y a la fecha no hay uno que no se le haya acusado de deshonesto, de todos hay historias de desvíos de recursos, pero también las hay de funcionarios universitarios, directores de escuelas y facultades; además, de los saqueos a que sometieron a la universidad los gobernadores en turno.
La UAdeC ha sido utilizada para el enriquecimiento de unos cuantos, pero hubo rectores y gobernadores que -como dicen los chavos-: “se fueron al baño”, el caso más emblemático es el de Mario Alberto Ochoa Rivera “El Negro” y Humberto Moreira Valdés, quien convirtió en caja chica la UAdeC, con ayuda de Héctor Javier Villarreal Hernández, que exigía a los rectores cantidades millonarias a nombre de Humberto, el gobernador.
Por eso, y por la enorme nómina de aviadores y funcionarios que cobran sin trabajar, la UAdeC está en crisis económica, algunos piensan que en bancarrota. Según el tesorero, Jorge Alanís Canales, para este año requerirán 420 millones de pesos para el pago de pensiones. Y no es para menos, cada gobernador mete a sus amigos a la universidad en la nómina de aviadores. Cualquier curioso puede darse cuenta que aun cobran en la universidad funcionarios del gobierno de Eliseo Mendoza Berrueto (1987-1993), y los hay de todos los gobiernos estatales posteriores cobrando en la universidad y en otras instituciones.
Pero, es sano que ahora se denuncie la corrupción en la universidad pública de Coahuila, que tiene un presupuesto anual de 3 mil 626 millones de pesos, según los conocedores es un presupuesto parecido al de los municipios de Saltillo y Torreón.
Con estos datos podemos señalar, que en la comparación entre ITESM y la UAdeC, esta última es la institución rica con muy pobres resultados académicos, pese a que el actual rector se ha agenciado rankings patitos para presumir que la UAdeC está en un sitio engañoso, pero en un mundo de mentiras y postverdad puede lograr desviar la atención.
Lo cierto, es que la corrupción en la UAdeC debe terminar, para elevar sus funciones básicas: la academia, la cultura y la investigación. Lo demás es politiquería de los grupúsculos priistas que no han aprendido que la corrupción fue su boleta para la extinción. Allá ellos.
Política aldeana
Tal y como lo señalamos en este espacio, Agsal y el municipio de Saltillo están preparando la ampliación del contrato que se firmó en octubre de 2001 y que vence en octubre de 2026, para la operación del agua potable y drenaje de Saltillo. Según oficio del pasado 16 de octubre que le envió Agsal al cabildo saltillense, solicitan una ampliación del contrato por 7 años y seis meses más, que terminaría en marzo de 2034; prometiendo un Plan Anti sequía que incluye la construcción de un acueducto, y solicitan una aportación extraordinaria de 266 millones de pesos, en conjunto entre Agsal y el municipio; además, de otra aportación del municipio por 146 millones 662 mil pesos, correspondientes a líneas de agua y drenaje entregadas por los fraccionadores entre 2013 y 2022.
Hay que recordar que el pretexto del cabildo saltillense para la creación de la paramunicipal Agsal, fue que no podían cobrar el consumo del agua, menos normalizar su servicio, debido a que la tubería era vieja y se desperdiciaba el 40 por ciento del vital líquido. Pero Agsal no ha informado sobre las mejoras que hizo a la tubería, tampoco ha informado cuánta agua tenemos los saltillenses, y si vamos a tener agua con el vertiginoso crecimiento poblacional de Saltillo. Lo que declaró el director de Agsal Jordi Boch a Zócalo, es que se requiere perforar más profundo y más lejos. Saltillo en este siglo ha duplicado su población, los gobernadores siguen trayendo empresas que atraen familias de trabajadores y no sabemos cuánta agua tenemos para el consumo humano. Eso es lo que debe informar Agsal antes que le aprueben la ampliación del contrato, para que no nos suceda lo que a Monterrey en unos años más.
Preguntas huérfanas
¿Por qué los profesores siguen callados mientras sus ladrones dirigentes sindicales los roban?
¿Sabía usted que el corrupto dirigente nacional del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, brincó del PRI a Morena, para seguir robando con total impunidad, utilizando como prestanombres a su hijo y nuera?