Zona Arqueológica de Becán

0
162

Becán es el sitio arqueológico considerado como la capital de la región Río Bec durante la época Clásica.

a zona arqueológica de Becán se localiza al sureste del estado de Campeche. En lengua maya peninsular su nombre significa “camino, cavidad o barranca formada por el correr del agua”. También se ha interpretado como “camino de la serpiente”, en alusión al gran foso que rodea de manera irregular el núcleo del asentamiento prehispánico.

La zona arqueológica de Becán fue registrada en 1934 por los investigadores norteamericanos Karl Ruppert y John Denison, quienes realizaron una expedición al sur de Campeche bajo los auspicios de la Institución Carnegie de Washington y elaboraron un breve pero importante estudio de su arquitectura. Posteriormente, de 1969 a 1973, Wyllys Andrews IV y Richard Adams, de la Universidad de Tulane (en Nueva Orleans), encabezaron investigaciones en la región Río Bec, incluido Becán, lo que reveló más datos sobre la arquitectura, sistemas de asentamiento, defensivos y agrícolas, lo mismo que acerca de la cerámica y lítica (el trabajo de la piedra), entre otros temas. Desde entonces diversos investigadores, esta vez adscritos al Instituto Nacional de Antropología e Historia, han centrado sus esfuerzos en la investigación, restauración, conservación y difusión del sitio: Agustín Peña en 1977-1978, Román Piña Chan en 1983-1985, Ricardo Bueno en 1991-1994, Antonio Benavides en 1995, Vicente Suárez en 1995-1996 y 2009, y Luz Campaña de 1999 a 2001.

La ocupación del lugar se remonta al periodo Preclásico Medio (600-300 a.C.), si bien la arquitectura más temprana conocida data del año 100 de nuestra era, y se trata de incipientes basamentos con cimientos de habitaciones. Para finales de la época Preclásica (300 a.C.-250), la aldea original formada por un puñado de casas habitación se transformó en una villa con una población mucho más densa. Las tierras de los alrededores fueron cultivadas con éxito, y su ubicación estratégica entre la costa del Golfo y el mar Caribe permitió el control de las rutas de comercio locales.