Todavía hay coahuilenses incrédulos que se sorprenden de la voraz burocracia que existe en el Instituto Nacional Electoral encabezado por Lorenzo Córdoba, Ciro Murayama y Eduardo Jacobo, porque tienen una nómina superior a 150 personas. Aquí, en el Instituto Electoral de Coahuila (IEC) está igual o peor. La consejera presidenta Gabriela de León Farías jamás imaginó tener el poder que ostenta y sobre todo la fortuna que ha hecho.
Quien lo sabe y tiene carpetas llenas con información sobre el manejo de los dineros es el Auditor Superior del Estado Armando Plata Sandoval. Nadie más. A menos de que este personaje no le hable con la verdad al gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís.
Hay tantos señalamientos negativos de irregularidades en contra de Gabriela de León que sus mismos colaboradores la critican porque el nuevo edificio del Instituto Electoral de Coahuila aún no está completo como debe estar a pesar de los 74 millones que recibió el contratista Efrén Miguel Ayala de la Garza, quien ganó la licitación por tener el respaldo de la ex funcionaria estatal María Esther Monsiváis.
Por lo pronto, Armando Plata no sólo conoce los pormenores de este tema, sino también está enterado del tráfico de influencias que realiza el consejero del IEC Gustavo Espinoza Padrón (ahora empresario). Otro que no alza la voz porque llegó a un acuerdo es Alejandro González Estrada. Lo mismo ocurre con la consejera Karla Verónica Félix Neira.
Los otros tres consejeros se conforman sólo con su sueldo de 90 mil pesos mensuales, porque apenas cumplieron dos años de que tomaron protesta. Ellos, Beatriz Rodríguez Villanueva, Juan Carlos Cisneros Ruiz y Juan Antonio Silva Espinoza, quien es hijo del ex funcionario público estatal y federal, el abogado y actual Notario Público, Juan Antonio Silva Chacón.
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Quien está dejando mal parada a su cónyuge y actual titular del Instituto Municipal de la Mujer Katy Salinas Pérez, es el abogado y ex Oficial Mayor del Congreso del Estado, Carlos Alberto Estrada Flores, quien ahora es Consejero Jurídico de la Secretaria de Gobierno que encabeza José María Fraustro Siller.
El propio personal femenino y uno que otro caballero se queja de lo prepotente y misógino que es Estrada Flores. Incluso, en reuniones con sus allegados se desboca diciendo que él y su mujer arribaron a sus respectivos puestos por méritos propios y por su trabajo.
Este funcionario debe tener presente que sus chambas se las debe al ex gobernador Rubén Moreira Valdéz y su lealtad en este momento es para Riquelme Solís y no para José María Fraustro, quien es su jefe directo. Pero, nada bueno se puede esperar de este último funcionario si no le tiene lealtad absoluta al Ejecutivo.
Las cosas no funcionan a la perfección en la Secretaria de Gobierno, y por esa razón el gobernador tiene que utilizar a otros políticos saltillenses y laguneros para que le mantengan bien informado de los asuntos políticos que se suceden a lo largo y ancho de Coahuila.
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Mal se vio el diputado panista y restaurantero por la familia de su cónyuge, Juan Carlos Guerra al criticar al alcalde de Ramos Arizpe, José María Morales Padilla, del nepotismo que hay al interior de su administración si este Ayuntamiento arrastra dicho tema desde años atrás que gobernaba su compañero de partido y actual regidor Ernesto Saro Boardman, quien también fue diputado federal y senador.
Pareciera que este asunto podría traer un trasfondo en donde podría estar involucrado el dueño de un periódico ubicado en pleno bulevar Venustiano Carranza a la altura de la colonia República.
El legislador olvidó todo lo que le ha sucedido en los últimos años a su amigo y miembro de su familia Gerardo Garza Melo, por no hacer bien las cosas que debería de hacer. Incluso, hasta enfermo terminó por tanto estrés y preocupaciones de todo tipo.
Al diputado Juan Carlos Guerra se le olvidó que en el Palacio de Coss hay una persona que conoce muy bien Ramos Arizpe a la perfección, y es su homóloga Lily Gutiérrez. Debió preguntarle a ella de cómo se encuentra el organigrama ramosarizpense si su hermana la dentista Gabriela Gutiérrez cobra en la actual administración como regidora sin acudir a la chamba.
Por si fuera poco, la familiar directa de la legisladora cumple primero sus tareas laborales en el Hospital Ixtlero desde hace un importante número de años. Y cuando puede acude a su cubículo instalado en la Presidencia Municipal.
Las hermanas Lily y Gabriela son identificadas de no guardarle lealtad al actual alcalde y prefieren tenerla únicamente con el ex edil Ricardo Aguirre Gutiérrez y actual funcionario público del Gobierno Estatal. Incluso, cuando Gabriela Gutiérrez se desempeñó como directora del DIF se distinguió por solapar irregularidades de todo tipo cuando Edna Dávalos Elizondo ocupó la presidencia honoraria de esta institución.