Fernando Rangel de León.
El objetivo de todos los mexicanos que van a trabajar a EEUU, principalmente los que no piensan quedarse allá a hacer su vida, hacer su familia o teniéndola quieren darle estudio, su casa y patrimonio; es ganar muchos dólares y guardarlos a costa de muchas privaciones y sacrificios para mandárselos a su familia que dejaron en México, para sus alimentos, comprendiendo dentro de los mismos la comida, el vestido, el calzado, la educación, los gastos médicos, la cultura y la diversión sana; y si es posible construir su casa aquí.

México, ha dependido mucho de EEUU, en materia de trabajo y de oportunidades para una mejor vida, principalmente de los estados fronterizos California, Arizona, Nuevo México y Texas; pues aquí en nuestra patria ha habido falta o escasez de fuentes de empleo; pero también EEUU, ha dependido mucho de la mano de obra de los mexicanos; sobre todo porque es mejor y más barata.
EEUU sufrió la falta de mano de obra en la agricultura y en la industria, porque sus trabajadores fueron llevados a Europa a combatir en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945); por lo que tuvo necesidad de emplear a mexicanos; por lo que celebró el Tratado con México, conocido como Programa Bracero, que estuvo vigente de 1942 hasta 1964; pero antes y después de esa fecha siempre ha habido braceros, llamados así por los brazos de los trabajadores, y “mojados”, porque tenían que atravesar nadando el Río Bravo (México), Río Grande (EEUU).
El dinero que mandan a su familia los braceros y mojados y todos los mexicanos que se internan legal o ilegalmente; de EEUU a México, se le conoce como remesas que son los envíos del dinero que allá ganan, para que aquí lo gaste su familia en los alimentos y demás; cuyo monto fue de 64 mil 745 millones de dólares en 2024, una cifra sin precedentes; y de 14 mil 269 millones de dólares en los primeros cuatro meses de este 2025.
Esta captación en México, se llama también migradólares, y ha servido mucho a la economía del país, como lo ha reconocido el propio gobierno de México; pues ayuda a que millones de mexicanos tengan un poco mejor nivel de vida.
Esos trabajadores de México legales o ilegales, pagan muchos impuestos en EEUU, donde viven; pero ahora el Presidente Donald Trump, ha enviado una iniciativa de ley que está analizando el Comité de Medios y Arbitrios (ingresos) de la Cámara de Representantes (Diputados), en donde los del Partido Republicano son mayoría, para decretar un impuesto del 5% a las remesas que salgan de ese país al extranjero, no solo de los trabajadores que entran y salen, sino también de los residentes permanentes y de visas de no inmigrantes, que sumarían un total de alrededor de 40 millones de mexicanos; a lo que los representantes del Partido Demócrata, se oponen.
Con ese nuevo impuesto del 5% a las remesas, se afectaría mucho a los trabajadores mexicanos, a sus familias, a la sociedad y en general a la economía de México; por eso la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, lo considera como una injusticia migratoria, a la que se opone, y por conducto del doctor Juan Ramón de la Fuente, Secretario de Relaciones Exteriores, y Esteban Moctezuma Barragán, Embajador de México en EEUU, dará los argumentos migratorios, económicos, laborales y fiscales, de derecho nacional e internacional al gobierno de Donald Trump, para que recapacite y retire su iniciativa de ley.
De entrada, nuestra Presidenta considera que este impuesto es anticonstitucional hasta en EEUU; y a quien el Senado de México, está apoyando, integrando una comisión de Senadores para que vayan al Capitolio, en Washington, D.C., a reunirse con sus homólogos para tratar de que entren en razones y no aprueben ese gravamen.
A nosotros los mexicanos nos toca apoyar a nuestro gobierno contra esta enésima embestida que da Donald Trump, a México y a nuestros connacionales en EEUU; concientizando a toda la sociedad de los daños y perjuicios que nos acarrearía este nuevo impuesto, y manteniéndonos unidos.