por Rigoberto Losoya Reyes.
ed. 359, febrero 2019
Durante el mes de agosto de 1961, el presidente municipal de Piedras Negras, capitán Ramiro Peña Guerra, recibió instrucciones por parte de la federación para convocar a los principales personajes políticos, comerciantes, y prestadores de servicios de esta población, para darles a conocer las bases del nuevo programa del gobierno federal que impulsaría en la frontera la reactivación del empleo y una mejor imagen ante el turista nacional y extranjero. Este programa era impulsado por el gobierno del Lic. Adolfo López Mateos. Para dirigir este programa fue designado a don Antonio J. Bermúdez, un empresario de Ciudad Juárez, Chihuahua. Se conformó un Comité para analizar y proponer las obras más urgentes y que detonarían el desarrollo económico de Piedras Negras, Coahuila. Después de algunas reuniones con los protagonistas en el ámbito local, finalmente se constituyó dicho comité, quedando al frente como Presidente, Alfonso Castañeda López, y en su carácter de Secretario, Alfonso Bres, como Tesorero se nombró a Raúl Anaya y como vocales, Capitán Ramiro Peña Guerra, Félix Cárdenas, Humberto Acosta, Manuel Miranda Long y Leoncio Armijo Huerta. Este grupo de personajes acordó iniciar los trabajos de análisis y propuestas de las obras más urgentes y necesarias. Entre ellas, se acordó la reconstrucción general del puente internacional, en el lado mexicano. También, la ampliación de la garita aduanal y oficinas anexas, la construcción de una plaza de toros, para fomentar el turismo norteamericano y la construcción de un gimnasio. En la colonia Villa de Fuente se propuso un centro recreativo.
Al año siguiente, se inician los viajes a la ciudad de México, de parte del presidente municipal y algunos miembros del Comité Local del “Pronaf”, con el propósito de visitar al director Antonio J. Bermúdez y presentarle los estudios de los proyectos de las obras más necesarias para su estudio y aprobación.
Durante el mes de mayo de 1962, se acordó designar una comisión para las pláticas preliminares para la correspondiente indemnización a los propietarios de los predios afectados dentro de un perímetro ubicado entre las calles Abasolo y Matamoros de norte a sur, de Zaragoza hasta la de Ocampo de poniente a oriente, a fin de iniciar las obras de la garita internacional, oficinas de migración.
Lo inaudito e impensable, fue la propuesta de demoler la presidencia municipal, un edificio construido al estilo art Nouveau, al igual que otras construcciones como el Casino Nacional y otros inmuebles del siglo XIX que si subsistieran, serían el atractivo número uno para el turismo. Ironías del destino.
El 16 de noviembre de 1962, el cabildo acordó vender al gobierno federal en un millón treinta y nueve mil pesos el terreno y el edificio de la antigua presidencia municipal, para ser demolida y se construyera un nuevo palacio en el antiguo cuartel de bomberos. El Terreno se agregó a la plaza de armas y la nueva presidencia se trasladó a la calle Abasolo, donde ahora es el Museo de la frontera Norte.
En los terrenos de los inmuebles demolidos se construyó un centro comercial conocido en la comunidad como “Pronaf” y cuyo diseño tomaba la forma de un cometa. El material que se utilizó fue el concreto, nada recomendable para el clima extremoso de Piedras Negras. Todos estos acuerdos quedaron registrados en el libro de actas del cabildo que afortunadamente se conservan.
El propio Antonio J. Bermúdez, realizó varias visitas a la ciudad de Piedras Negras para constatar la organización y avance de las obras que transformarían la nueva “imagen urbana” del primer cuadro de la ciudad de Piedras Negras.
La prensa de aquellos días no publicó ninguna manifestación de oposición por parte de las fuerzas vivas de la comunidad. Una complicidad absoluta ante la demolición de lo que fue la orgullosa ciudad de Porfirio Díaz.
Un reporte general de inversiones, presentado por la Dirección del Pronaf, se señala que, en esta población, se adquirieron los terrenos correspondientes a seis manzanas, incluyendo los edificios, uno de ellos, el Casino Nacional., procediéndose a su demolición.
Asimismo, se adquirieron un total de 22 mil metros cuadrados lo que significó la suma de doce millones, doscientos mil pesos registrando un promedio de compra de 553.35pesos por metro cuadrado, el más alto de toda la frontera.
La construcción de la nueva presidencia municipal significó una inversión de un millón ciento cincuenta mil pesos. En cuanto a los terrenos y fincas compradas el costo fue de doce millones ochocientos mil pesos.
En resumen, el presupuesto que se destinó para la ciudad de Piedras Negras fue un total de 25 millones de pesos, ésta fue la cantidad que costó la demolición de los edificios de la época dorada del porfiriato y la construcción de una nueva fisonomía urbana que inclusive también fue demolida años más tarde.
El 25 de septiembre de 1963 el presidente de la república Adolfo López Mateos, inauguró la primera etapa de la ‘’Puerta de México”, siendo recibido con “vivas” y aplausos. La esperanza de tener un incremento en la visita de los turistas norteamericanos que significaban el sustento de las poblaciones fronterizas motivó a que el gobierno federal emprendiera esta serie de obras para detonar la economía local. En fin, las cosas no habían cambiado mucho. Como afirmara don Porfirio Díaz: “Pobre de nuestro México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.