La deformación de la democracia participativa

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por Luis Fernando Hernández González

“Distante la sociedad del proyecto nacional del siglo XXI y el
desmantelamiento de las instituciones por la concentración de poder.”

Cuando en este país se habla de una serie de estereotipos de lenguaje, actitudes y simplezas administrativas utilizados por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, frente a sus audiencias periodísticas mañaneras, deja muchos razonamientos al arbitrio de su audiencia e interlocutores, pues unos dirán que sus comportamientos son vacíos de conocimiento de muchos de los temas que ahí se exponen, ya sea por falta de información técnica o bien por desconocimiento administrativo que lo hacen a él, aparecer como un ser ordinario que sólo le da valor a su criterio y a su percepción de las cosas.

En sus audiencias mañaneras el presidente Andrés Manuel López Obrador denosta y descalifica a toda aquella persona, organización e institución que no sea acorde a su apreciación de objetivos.

De allí el por qué en su repertorio de verbo punzante, culpa al neoliberalismo, a los corruptos, a los conservadores, a las mafias enquistadas, a las actividades ejecutadas en el pasado, a los retrogradas, a los fifís, a los medios y periodistas deshonestos, teniendo en su vocabulario la palabra para denostar y descalificar a toda aquella persona, organización e institución que no sea acorde a su apreciación de objetivos por alcanzar en su proyecto mental.

Finca el descrédito y desprestigio de sus adversarios y enemigos, bajo una conducta por él asumida de despotismo moderno, que se traduce en populismo, bajo un esquema de sub información tendenciosa y apartada, cuya base fundamental es la corrupción y la deshonestidad buscando con ello, un retorno al público y a la sociedad de enjuiciamiento social como causa negativa que perciban los ciudadanos, en ello consiste el método de plantear públicamente cada mañana, sucesos y acontecimientos a diestra y siniestra, método bajo el cual se informa y también se descalifica acciones y a medios de comunicación social que no participan, es ahí también donde se asume en primera persona la agenda pública de hechos y circunstancias sobre el umbral informativo bajo el cual se debe de conducir la opinión pública.

Sea esto bajo el sentido de censura acotada de inicio, argumentando esquemas de una supuesta libertad de información que no es real y donde la masa social se indigne de carencia de información y de libertad de prensa, al saber de antemano que en lo íntimo el periodismo es entre la misma sociedad más impopular que el político que la amordaza.

Bajo este proceder de concentración de poder generada por la misma autoridad, en estos meses después de la elección y en el ejercicio del poder constitucional, vemos el proceder de la actividad obcecada, asumiendo una actitud de modernización con una supuesta transformación del aparato gubernamental que solo conlleva a la concentración del poder de manera unidimensional en la persona del Titular del Poder Ejecutivo de la Nación, lo vemos actuar frente a la destrucción del ejercicio de la política habitual, lo mismo que en el desdén del equilibrio de poderes sustentado en los pesos y contrapesos bajo los cuales se conduzca el país, descalificando públicamente a los partidos políticos y sus ejercicios de autoridad, lo mismo de distinta manera se afecta a los organismos de la sociedad civil y a todo aquello que constituya una fuerza colectiva.

De igual forma hasta ahora lo que se ha visto, es el despojo a la acción parlamentaria de sus iniciativas respecto a nuevas leyes, se busca en si politizar el papel de la economía para que solo sea un instrumento del estado y alejar a los actores y factores económicos, que puedan influir en medidas hacendarias, de inversión y crediticias, ya no para que reine la equidad fiscal y aplicación presupuestal, sino para satisfacer venganzas partidarias e intimidar a los adversarios, de hacer y deshacer elementos constitucionales sometiéndoles en bloque al referéndum y a la consulta popular en distintas acciones por emprender que también sirven para desautorizar o motivar inversión por emprender.

Es así, que sin tolerar que se le discuta en detalle sus operaciones, la autoridad impone su criterio, sin esperar discusión a sus medidas de proceder político, exhumando conceptos represivos sobre la implementación de sus criterios por aplicar bajo el contexto esquemático de la transformación pública y social, sobre los cuales la sociedad y sus colaboradores guardan amplias dudas de su eficiencia, particularidad y resultados.

De esta forma de proceder en el México de hoy, se crean jurisdicciones excepcionales, cercenan la independencia de la magistratura judicial, buscan limitar el ejercicio de gobiernos estatales, desautoriza e inhabilita organismos e instituciones, solo define estados de emergencia económica y social, nada que le presione, nada que le contenga, se conjuga con sus diputados incondicionales, para manifestarse en cuadrilla, se bloquean partidas presupuestales, se fincan operaciones solo en el diseño de su arbitrio y apreciación gubernamental.

Bajos este proyecto de confusión y concentración de poder, se incuba en toda sociedad civilizada, el principio de la dictadura, que no es otra cosa que el triunfo de la arbitrariedad, sobre el respeto a las instituciones, sea cual fuere la magnitud de tal usurpación; lo que la caracteriza, es que el individuo no está al abrigo de la aplicación de la justicia, cuando solo la ley y las entidades le deben de amparar y proteger.

De esta forma se con- templa ausente y distante a la sociedad que no está inmersa en la construcción del gran proyecto nacional, donde los jóvenes, los hombres y las mujeres; sean maestros, médicos, ingenieros, técnicos, em- prendedores y profesionistas, se quedan marginados en su deseo de contribuir con sus apreciaciones para una mejo- ría social y construcción de su porvenir, ausentes en una palabra para aportar su participación de visión para el México del siglo XXI.

Esperamos que todas estas cosas cambien para bien de la sociedad, se respete al ciudadano y se fortalezcan las instituciones.