Ya “hace agua” el gobierno de la 4T

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por Adolfo Olmedo Muñoz.

La mal llamada “Cuarta Transformación” está poniendo a la teoría de los signos en una encrucijada existencial grave, por lo menos en nuestro país, donde, a diario, cada quien dice y hace lo que le pega la gana; cada uno interpreta -la gran mayoría con un enfoque de un muy bajo nivel intelectual- fenómenos de la economía, la cultura, la sociología, ¡el derecho!, sustantivo o no, y en general todo tipo de normas, que no sean las del perjuro Andrés Manuel López Obrados quien ha venido actuando también como se le viene en gana descalificando sin razón alguna a aquellos intelectuales, críticos sociales o políticos, así como a los ricos por el solo hecho de serlo, pues considera que todos son una bola de ladrones; bueno, excepto claro está, aquellos que están al servicio de los caprichos de ese remedo de reformador que no se cansa de hilvanar una sarta de mentiras y ocurrencias que, con un cinismo sorprendente, ha querido esgrimir para borrar de un plumazo las luchas sociales y los avances que con no poco esfuerzo y sacrificio, logró cosechar nuestro país a partir de la Revolución Mexicana. Tal parece que para él los inteligentes son currutacos infectados por el virus del capitalismo y donde lo pasado es abominable. Discurso con el que ha logrado enclocar pugnas de intereses, odios y enfrentamientos entre todos los sectores de la sociedad mexicana.

Lo ideal sería que el mal llamado guía de la nación recapacitara y corrigiera el camino, pero eso es tal vez pedirle peras al olmo

En alguna ocasión escuché una charada que decía que, si los autores de la teoría del absurdo hubiesen conocido nuestro país, no habrían tenido tanta dificultad para recrear y tratar de interpretar las historias de vida pues es evidente, ahora, que las evaluaciones de nuestro comportamiento no son más que una valoración retórica de la vida dentro del sinsentido que la caracteriza.

Pensadores de la talla de un Ferdinand de Saussure, que se quemaron las pestañas para escudriñar los secretos de una disciplina que explicara los intrincados engarces de la comunicación humana; podrían ser sometidos a revisión para tratar de entender qué carajos busca un merolico. La semiótica, la semiología, son letra muerta ante la estulticia de un mal llamado “movimiento de renovación nacional” integrado por cuadros de arribistas que, como nunca en nuestra historia, han exhibido su ignorancia, su impreparación, su inutilidad para los cargos a los que han sido impuestos; ¡en tan poco tiempo!

El caos en México es más que evidente. El problema migratorio se le ha ido de las manos al “mal llamado” presidente López Obrador (porque más que un presidente, parece un monarca absolutista); las relaciones con los Estados Unidos y su vesánico mandatario son cada día más de sometimiento a los también caprichos presidenciales, sobre todo ante el amago de las relaciones comerciales del tratado trilateral de comercio exterior.

Todo mundo se percató que las imprudentes declaraciones de López Obrador sobre su política “humanista” de protección a migrantes, ha desatado una verdadera invasión, ya no tan sólo de centroamericanos, sino de otros países, algunos fuera de nuestro continente.

Había prometido la total anulación de la “reforma energética” y se continua hoy con más desatino. Ofreció a sus seguidores, la desaparición al cien por ciento, de la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto, y con presiones del extranjero, solamente le hizo algunos parches, en buena parte ocurrentes.

La reforma laboral, que también había ofrecido cambiar radicalmente en contra de los detentadores del capital, “ladrones de cuello blanco”, o sea los empresarios e industriales, con el corrupto Napoleón Gómez Urrutia a la cabeza, hizo ya modificaciones “a modo” de los lineamientos impuestos también desde el extranjero.

La contra reforma a lo que para el “mal llamada” Reforma Educativa del presidente Peña Nieto, resultó ser la misma gata, nomás que “revolcada”. Pero con el grave peligro de futuros conflictos por la lucha del poder magisterial con que amaga, por un lado, la corrupta de siete suelas Elba Esther Gordillo, y los ladinos vividores de la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, quienes no solamente no le temen para nada al “mal llamado presidente” sino que se pasan por el arco del triunfo a cualquier ley que esté a “su modo”

El presidente electo, se había llenado la boca al decir que habría absoluta libertad de expresión y sin embargo pululan ya anécdotas de presiones, velados amagos y directas amenazas, en contra de los que opinan distinto a él, con comentarios no sólo provenientes de los medios tradicionales de la comunicación impresa o electrónica, sino también descalificando a veces (cuando le conviene) a redes sociales.

Muchas de ellas provenientes de los aun llamados organismos no gubernamentales que también están en la mira de instituciones por desaparecer hasta lograr el poder absoluto o por lo menos un mayoritario control clientelar, quitándole a los que no le son agachones, para repartir entre sus incondicionales.

Alguien tiene que salir a la palestra para marcar un alto a esta absurda condición, antes de que sea demasiado tarde e imposible dar reversa. Lo ideal sería que el mal llamado guía de la nación recapacitara y corrigiera el camino, pero eso es tal vez pedirle peras al olmo, sobre todo por el nivel intelectual que ha mostrado AMLO hasta hoy.

Por lo pronto, el pasado día 29 de abril, se evidencio ya un primer desaire durante toda la ceremonia o pequeña mascarada, que se llevó a cabo en ocasión de una comedia que se preparó para dar inicio al …anteproyecto… del proyecto… de estudio… de las posibles consecuencias de la construcción del nuevo aeropuerto de México en la Base Aérea de Santa Lucia.