por José C. Serrano Cuevas.
La legisladora Miroslava Sánchez Galván, presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, sostiene que la actual administración debe cumplir “con el mandato del artículo cuarto constitucional y dar atención de salud en calidad y los medicamentos”. Lo expresado aparece en una solicitud que dicha comisión plantea, con carácter de urgente, al doctor Carlos Urzúa Macías, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para que comparezca ante dicha instancia y explique por qué mantiene congelados los mil 200 millones de pesos etiquetados para el Sector Salud.
Dicha comparecencia no ha tenido lugar, porque la aplanadora Morena ha blindado al virrey Urzúa. Los legisladores y el invitado temen cuestionamientos severos por la decisión genocida aplicada a derechohabientes sumamente vulnerables del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Para amainar la tormenta que desató la carta de renuncia de Germán Martínez Cázares a la Dirección General del IMSS, el mago Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se sacó de la chistera un figurín para hacerse cargo del timón del instituto: Zoé Robledo Aburto, politólogo itamita y maestro en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Joven de 40 años de edad, hijo del ex gobernador chiapaneco Eduardo Robledo Rincón.
Su patrón lo define como un colaborador leal (obediente). El joven Robledo fue invitado a la reunión que sostuvo el Gabinete de Salud el miércoles 22 de mayo reciente, en la que se revisaron el suministro de medicamentos, insuficiencias en la atención médica y gasto de las dependencias. Los participantes desestimaron los recortes que padece el Sector Salud; hicieron énfasis en el análisis de “los aspectos que tienen que ver con la eliminación de gastos superfluos e inerciales asociados a la corrupción”. Le dieron la vuelta al tema del personal médico y de enfermería que cubre suplencias, trabajadores indispensables en los servicios de los nosocomios.
Luis Antonio Ramírez Pineda, director general del ISSSTE, hijo del ex gobernador de Oaxaca, Heladio Ramírez López, más rápido que inmediatamente acudió acompañado por su par el titular del IMSS, a las oficinas del magnate Urzúa Macías, para mostrarle las radiografías del desastre financiero que padecen las instituciones que encabezan. El hijo del político de origen mixteco afirma que los problemas y los pasivos ascienden a 20 mil millones de pesos. No hubo más comentarios.
Estos muñecos de pastel de bodas ya se quejaron con el usurero mayor, lo que tienen pendiente es seguirle la pista al dinero que no aparece. La lista de posibles desfalcadores es pública. El requisito para acceder a la justicia es tener los redaños en su lugar. Germán Martínez Cázares ya les dio el ejemplo.
Otro pendientito que tienen estos figurines es que saquen de sus áreas de confort a las autoridades hacendarias y les den una visita guiada por clínicas y hospitales del ISSSTE y del IMSS, para que constaten el dolor de quienes padecen las atrocidades que causan decisiones equivocadas. Los médicos y enfermeras, con su empatía son, por ahora, sólo sus confidentes por falta de insumos.
¡El cáncer no se congela, estúpidos!