Fidencio Treviño Maldonado.
Los ambientalistas, ahora preocupados por los plásticos, popotes, bolsas de mercado, envases desechables, pañales, etc., aún no se han metido con una de las industrias más grandes y monopólicas del mundo; los neumáticos. A relativamente pocos años del invento llevado a cabo en 1839 por Charles Goodyear con el uso del caucho, es decir el hule en si usado en llantas, antes las ruedas eran de madera o acero y desde su invento -en 1839 a la fecha- esta industria ha crecido conforme avanza la modernización y tecnología de los vehículos terrestres, incluyendo los trenes actuales que usan ruedas de hule duro, sintético, tan duro como el acero y que inclusive da mejor rendimiento que las ruedas antiguas de acero y que poco a poco también los durmientes y vías están siendo elaboradas con hule de alta resistencia.
Al parejo con los envases y bolsas de plástico, las llantas son desechadas por millones al día y aun el hombre no encuentra la capacidad ni para siquiera reciclar el 5% de estos productos de hule que contaminan más, aunque otros productos también elaborados con derivados del petróleo, carbón y otros materiales inorgánicos y materias muy dañinas en todos los aspectos, incluyendo el tamaño y volumen.
En México son un aproximado de 85 millones de llantas las que cada año se desechan y solo un máximo del 5% se recicla, convirtiéndolo en impermeabilizantes, para pastos sintéticos, pinturas, combustible, techos, como pavimento en algunos tramos de carreteras y algo de artesanía, ya que su reciclaje también contamina, el camino más corto es otro que conlleva más contaminación y se hace clandestinamente: quemarlas para extraer el alambre.
Sólo en la Paz, Baja California existe un basurero o tiradero de llantas de unos 7 millones, de las cuales son recicladas sólo unas 600 mil al año. Los Estados Unidos de Norteamérica son la sociedad mas consumista del mundo y de ahí los que más utilizan este producto con una fuerza de contaminación de hasta 300 millones de unidades usadas al año y aun no le encuentran un adecuado reciclaje, y un porcentaje muy alto de éstas que aún están en un 30 o 40 % de su uso y, de segunda mano se vendan a precio bajo, pero condenadas en poco tiempo a convertirse en números de contaminación.
No es raro que de algunos puertos de los USA salgan cientos de contenedores repletos de neumáticos usados, seminuevos o con defectos mínimos, pero que no pasan en este país los estándares y son enviados de contrabando hacia países de tercer mundo o repúblicas africanas y asiáticas en donde no hay control de la venta de éstas, esto incluye a miles de vulcanizadoras en México con ventas de llantas seminuevas, traídas del vecino país del norte y del que tampoco existe un basurero ecológico o para recibir material inorgánico, mucho menos de su uso, pueblos que no tienen tiradero o control de estos artículos de primera necesidad en este mundo moderno, tecnológico y lleno de negocios y dónde las ruedas de hule son los motores que trasladan todo tipo de mercancía, un mal necesario (solución, o refrán de muchos pend… sadores).
La corrupción está en todas partes, en el incendio del Estado de California en el año 2016, en una barranca se descubrió una tiradero de llantas que a calculo de algunos bomberos y oficiales del Distrito de Santa Bárbara, podían ser unos cinco o seis millones de neumáticos, cosa que dificultó más apagar ese incendio cuando el fuego llegó a esos materiales, se vio en algunos vídeos que el humo causado por esta acumulación de llantas hizo una columna de varios kilómetros, un oficial declaró que lo raro es que nadie sabía de ese tiradero, y más allá del trabajo extra que costó apagar este incendio, el castigo fue el despido de tres trabajadores del condado y dos guardabosques.
En México como en otros países el control de las vulkas y otros negocios dedicados a la venta de neumáticos no existe, como tampoco hay basureros o control de este producto que a diario se desecha y sin medir consecuencias va a cualquier basurero; sin embargo, enterrarlas o hacer cavidades para cubrirlas de tierra o arena no es el remedio, porque la descomposición del material con que están elaboradas causa gases y de ahí el efecto y sus consecuencias podría resultar más peligroso el remedio que la prevención.
Suena raro que en los foros regionales, nacionales y a nivel mundial nadie toque este tema de las ruedas de hule, se van al tema del plástico en todas sus presentaciones, el gel, los aerosoles, las emisiones de gases en los vehículos, los incendios, la basura y su control, el uso del carbón, tratamiento de las aguas residuales, el uso o empleo y generación de energía natural entre otras cosas, y eso si en estos foros se forman comisiones, organizaciones y hasta firman acuerdos que antes de salir de los recintos ya están en los botes de basura o en el peor de los casos pisoteados en los lustrosos recintos en donde se llevan acabo estas reuniones. ¿Tal vez exista algún interés económico al no atacar a los fabricantes de las ruedas de hule?, de ahí que pocos toquen este tema o se busque el remedio para solucionar este gran contaminante que a la vista no se ve ninguno.
En el año 2007 en un diario de Dallas, Texas, se publica que mientras el lector tarda en leer un artículo (7 minutos ,aproximadamente) referente a los neumáticos y su costo ecológico, en esos minutos sólo en los USA se desechan unos 100 mil neumáticos, y la misma pregunta ¿a dónde van a parar? Pues ahí está la papa caliente, por aquello de que alguien se la quiera comer, pues sólo falta condimentarla con alguna receta casera. Es una industria a nivel mundial que al igual que el petróleo genera millones de empleos y, también produce muchos impuestos. ¿Tal vez por eso pocos o nadie se atreve a tocar esta referencia contaminante?
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