Fidencio Treviño Maldonado.
Ya lo ves como el destino todo
cambia y nada olvida”.
Canción popular
(* Este artículo fue el último que escribió Fidencio Treviño Maldonado, colaborador de este medio, articulista crítico siempre del lado de las causas populares, escritor y cronista.
A partir del 25 de septiembre de 2019 dejó de escribir. Descansa en paz compañero y amigo.)
Es implacable, no tiene compasión ni piedad, es democrático va contra y a favor de todos, es impredecible llega cuando menos se le espera, tampoco tiene compromisos con nadie, ante él no hay defensa y todos sus pronósticos se cumplen, esto y más rasgos le caben al llamado destino. La profecía ritualmente se cumple y a nuestra bien pagada Clase o Casta Política les y los alcanzó el destino, y entre casualidades y circunstancias se les olvida que ellos mismos fueron los ingenieros que trazaron sus rutas, caminos, veredas, senderos o andurriales por donde ahora les toca andar o como dijo aquel hombre sabio de mi rancho “Caminar a pie”. Los PANistas, PRIistas, PERREDistas y otros grupos que hace más de un año perdieron la gallina que ponía los huevos de oro y también perdieron todo el gallinero, ahora andan como los pavipollos tratando de cantar y hasta aletean para que el pueblo los escuche.
Durante muchas décadas muchos PRIistas y pocos años los PANistas se olvidaron del pueblo, fueron por años los reyecitos, los caciques, los señores feudales de tierras, de fusil, soga y cuchillo, latifundios y feudos que aún perduran en algunos nietos de la revolución.
El poder para muchos políticos fue un imperio que labraron a base de engaños, tranzas, desfalcos muchas sinvergüenzadas, sofismas e ignominias propias éstas de todos los gobernantes, a excepción de garbanzos de libra que salieron con las manos limpias y que para desgracia de la mayoría de los habitantes, bufones, jilgueros y cortesanos estaba bien o al menos callaban y de paso otorgaban el mundo feliz para ellos y sus satélites, los elegidos eran por palomazos que el de “Arriba” andaba, los demás a callar y obedecer, y no nada más felices quedaban los que no eran elegidos, sino que calladitos se veían más bonitos.
Llegó el PANista de las botas, bigotes y hebillas grandes, las promesas y esperanzas se esfumaron, tres o cuatro parientes y amigos ganaron y le dejó el changarro a un chaparrito que todo le quedaba grande, no sólo los uniformes y trajes, sino también la presidencia le quedó muy grande, los PANistas vivían en el maravilloso país que tenía de todo, desde luego recursos inagotables para vender, rentar, prestar, ofertar y poco para explotar y, el sistema siguió maiceando a los voceros, mientras el arroyo siguiera arrastrando basura y mugre, el que quería pagaba impuestos, el que tenía ganas y desde luego un compadre, pariente o compromiso contraído en campaña, previo permiso, ponía una empresa aunque no vendiera y no produjera nada, Hacienda-SAT le devolvía mucha lana. Fox despertó al tigre. Calderón le mordió la oreja y el avispero no esperó, Peña Nieto se acomodó una escafandra y ni siquiera un aguijón lo alcanzó, la población hasta la fecha tiene que andar sacudiéndose o espantándose esos panales dañinos: robos a carreteras, tomas de autopistas, huachicoleros, narcos, sicarios, secuestros, paga de pi- so, siembra de estupefacientes, laboratorios, trata de blancas, pateros, violaciones, feminicidios, lo peor la corrupción institucional con la compra de un gran porcentaje de nuestros órganos del orden judicial, esto entre otros 200 casos más del fatídico, nefasto, catastrófico y maligno catálogo del crimen nacional.
2012, ahora le toca pegarle a la piñata a un PRIistas, al poder, líderes, empresarios, gobernadores y recuas que le acompañan hacen jugosos acuerdos de la cúpula. “Es fácil chingar a cualquier mexicano” dijo un exgobernador de Guerrero, de apellido Juárez “sólo que te firme o tache un papel con muchas letritas al reverso y ya”. Total para ese 2012/ 2018, los feudos siguen igual o peor, el aquelarre de los PRIistas, PANistas y ya medio quebrado los PERREDistas con otros partidos familiares, y tienen per- miso de que cada quien haga lo que se le pega en gana, el gabinete un desastre y pues la “Cabra sin pastor tira al monte”.
Llegó el caminante, el peregrino, el ave de las tempestades, el ausente y tal vez no fue el carisma del hombre, ni las promesas o mentiras en su campaña, sino los errores y atrocidades que por más de 80 años en el poder, segundo a segundo, minuto a minuto y día con día, cometieron. Callado, descalzo sin hacer ruido, los alcanzó y les llegó el DESTINO para cobrar -Pos como decía Pedro Infante “El Ídolo”: “Que bonita es la venganza cuando Dios nos la concede, yo sabía que en la revancha…”.
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