Ricardo Monreal, soporte de Rosario Piedra

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José C. Serrano Cuevas.

Ricardo Monreal Ávila, abogado, político y académico nació en Plateros, Zacatecas, hace 59 años. Inició su trayectoria política en 1975 en el Partido Revolucionario Institucional (PRI); fue diputado federal de 1988 a 1991 y de 1997 a 1998, por el mismo instituto político; luego, entre 1998 y 2004 fue gobernador de su estado natal; nuevamen- te legislador federal entre 2012 y 2015, esta vez por Movimiento Ciudadano (MC). En 2017 fue reconocido con el Premio al Mérito Jurídico por la Barra Interamericana de Abogados.

Asimismo, cumplió labores como senador en dos períodos, de 1991 a 1997 y 2006 a 2012 por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Fue postulado por el Movimiento de Regene- ración Nacional (Morena) para ocupar la jefatura de la Delegación Cuauhtémoc, cargo que desempeñó entre 2015 y 2017.

El actual coordinador de los senadores de Morena y presi- dente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara Alta, es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), maestro en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y doctor en Derecho Constitucional y Adminis- trativo por la Máxima Casa de Estudios.

A raíz de la tan cuestionada designación de María del Rosario Piedra Ibarra, el pasado 12 de noviembre en el Senado de la República, como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y tras el anuncio del plan de austeridad con 20 medidas que buscan tener un ahorro en ese organismo autónomo, la ombusperson ha recibido airados reclamos de los opositores a su incipiente gestión.

Entre las medidas para generar economías en la CNDH desta- can entre otras: reducción de sueldos a los altos mandos burocráticos; revisión del desempeño de los empleados de confianza; negativa para contratar personal de confianza; reducción de viáticos; eliminación de viajes al extranjero; reducción del número de asesores; reducción del número de automóviles, prohibición para contratar a familiares de servi- dores públicos de la institución, así como la negativa para contratar investigadores externos.

La hija de doña Rosario Ibarra de Piedra, cuenta con el apoyo incondicional del senador Monreal Ávila quien, al principio de la gresca, entró muy suavecito para defender a la regiomontana, sugiriendo a los altos mandos de la CNDH que deberían seguir el ejemplo de los miembros del Consejo Consultivo, de salir serenamente, porque es importante darle una sacudida a este organismo autónomo.

Ante la negativa de gobernadores y presidentes municipales surgidos de los partidos de oposición, de acatar las recomendaciones emitidas por la ombudsperson, el senador zacatecano ha utilizado un lenguaje más ríspido, al advertirles que, de acuerdo con la ley de dicho organismo y la Constitución las recomendaciones deben ser aceptadas y la autoridad tiene la obligación de atenderlas, y quien no lo haga debe comparecer al Senado, con la consigna de que podría ser sujeto a juicio político e incluso a destitución.

El siempre conciliador Ricardo Monreal extrae de sus entrañas la carga represiva aprendida en sus andaduras por el PRI. Todo sea por sacar a flote a una correligionaria necesitada de un soporte de ese calibre.