Éxito o fracaso
Profesor Evaristo Velasco Álvarez.
Todos los humanos estamos conformados físicamente iguales. Con las mismas potencialidades y con las mismas energías. Las diferencias entre los que las desarrollan y los que no lo hacen es siempre la decisión personal, tomar este o el otro camino o simplemente quedarnos en donde estemos, porque así lo hemos decidido.
Los hay quienes deciden desde que tienen uso de razón (7 años), convertir su cuerpo en una escultura a la fuerza y a resaltar su musculatura; hacer que todos los músculos de su cuerpo se fortalezcan tanto que se construyan a sí mismos como una escultura viviente al estilo renacentista, marcando cada línea, cada expresión de su cuerpo, con ejercicios, dedicación, disciplina y entusiasmo.
Los hay quienes deciden estilizar su cuerpo para la danza, para la expresión corporal dancística; y se dedican a especializar sus movimientos rítmicos, acompasados, que hagan el deleite de ellos mismos y de los que les vemos e imitan los movimientos de los animales, e interpretan las manifestaciones de la naturaleza, como el viento, la lluvia, el sol, lo nublado, el frío.
Los hay también quienes deciden hacer de su cuerpo una integración con los movimientos de las demás criaturas vivientes, para la defensa personal y de los débiles. Movimientos del jaguar, del león, del águila, de la serpiente, del armadillo, del tigre, del delfín… Con tales movimientos están integrados de alguna manera a la naturaleza, y alcanzan tal perfección que es todo un espectáculo verles.
Los hay también, aquellos que dedican todo su entusiasmo y energía a estimular y entrenar su mente en la investigación y experimentación científica. Quienes intentan descubrir las leyes naturales para aprovecharlas en beneficio de ellos mismos y de sus congéneres. Investigaciones y experimentaciones científicas tanto en el laboratorio de la naturaleza, como en un laboratorio montado especialmente para eso. Son físicos, químicos, biólogos, analistas, etc.
Otros más dedican su vida entera a la docencia; a la sagrada profesión de la construcción de los ciudadanos responsables, conscientes y con ubicación mental real en la sociedad en que se desarrollan, y con la claridad mental y de ideales que permiten vislumbrar un mundo mejor, con ciudadanos mejor preparados. A lograr que los ciudadanos individual y colectivamente vivamos mejor cada día.
Y también están los que dedican su vida y su tiempo al estudio de los fenómenos del espíritu y del alma. A estudiar las manifestaciones de la divinidad y a auxiliar a los humanos que les rodean a encontrar su mejor camino y las manifestaciones mejor creadas para mantenerse espiritualmente en el ámbito de lo deseable y lo socialmente aceptable; pero con la mirada interior fija en lograr que todos alcancemos la perfección mental que nos haga dignos a los ojos de la sociedad y de nosotros mismos, en una búsqueda constante de la felicidad.
No importa de cuáles eres tú. Lo que verdaderamente importa es si tú estás consciente de ello, de si ya delineaste y puntualizaste un plan de trabajo, de si el plan lo sigues con puntualidad y denuedo, de si estás comprometido con ese plan y si estás decidido a conquistar el éxito. Si no es así, entonces estarás irremisiblemente destinado a conseguir siempre el fracaso.
Entonces ¿de qué depende el éxito o el fracaso? Es una pregunta muy clara que nos da una sola respuesta aceptable… Muchos de los filósofos antiguos o modernos han destinado enormes cantidades de tiempo, energía y entusiasmo en encontrar la respuesta que convenga mejor; la respuesta que satisfaga a todos… Yo, ni soy filósofo, ni pretendo encontrar el hilo negro o el agua tibia. Si usted amigo lector conviene conmigo, me dará mucho gusto, pero si tenemos ideas encontradas, me dará la oportunidad de debatirlo y de encontrar entre ambos la verdad.
Aquí recuerdo la expresión sabia de mi maestro Benito Hinojosa, cuando en Ciudad Victoria, Tamaulipas le pregunté que de qué dependía el éxito. Me dijo: “El diccionario es el único lugar en donde encontrarás la palabra ÉXITO antes de la palabra TRABAJO”. Y creo que así es como se dan las cosas: no puede haber éxito si no se ha trabajado lo suficiente. Trabajo, dedicación, planeación, compromiso, constancia y tesón. Estos son los elementos de que está hecho el éxito.
Así entonces, no desmayemos ni nos desviemos de nuestros planes. Vayamos y conquistemos nuestras metas; las pequeñas, las intermedias y la final: SER FELICES. Y con ello, busquemos hacer felices a los que nos rodean, para ¡Que viva México!
velasco_alvarez@yahoo.com
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