Los migrantes y su mortal destino
Fidencio Treviño Maldonado.
Pobre México el nuestro tan cerca de los estadounidenses y tan lejos de la riqueza que tiene nuestro país. Nuestra república sigue repartida entre los 124 millones de miserables y unas cuantas familias que ostentan el poder. Monopolios que manejan desde los diablitos en los principales mercados, pasando por ser reyes de la basura, carreteras, minas, sindicatos y codueños de la economía y ni que decir de la política y sus acciones controladas y mediáticas al acomodo de la clase pudiente, incluyendo los brazos de la ley y los lazos de la justicia. Ahora otra tragedia más y esta misma hecatombe descubre la falsedad de la clase gobernante sobre el empleo y la seguridad.
Las tragedias siempre están hermanadas con la clase desprotegida, los desarrapados y desadaptados en su misma tierra, los de abajo, los que huyen despavoridos de un sistema de gobierno caduco, añoso, corrupto y eso si, mucha demagogia y antidemocracia; y en esta huida arriesgan sus vidas, su dinero y su familia y aunque parece que a nadie le importa (no parece, sino que así es) de nuevo esta despedida y escape deja hermanos o connacionales desprotegidos y en manos del crimen. La historia se repite por centésima vez, ahora no fue el vagón de ferrocarril en que murió José Pérez de León, de tan sólo 19 años y oriundo de Nuevo León, y otras 39 personas, en Texas, tampoco fue la caja del tráiler de Victoria, Texas, en donde murieron 17 personas, sino el más reciente del 22 de julio 2017, suceso que le dio la vuelta al mundo, fue en San Antonio, Texas y fueron 13 o 15 los que mueren asfixiados, deshidratados en la caja de un tráiler, otro intento fallido, sin contar los otros cientos que mueren ahogados en el Río Grande (Bravo) o deshidratados en el desierto de Arizona o Nuevo México, de los que ni referencias existen, sólo pálidas y extraviadas cifras, aunado a esto los 10 mil o más prospectos a brincar hacia los USA y que cada mes rechaza la migra , la Border patrol.
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Aquí en estos casos se terminan y acaban los triunfos de la Casta Divina, debería ser una vergüenza nacional, declarar luto nacional por esta tragedia, por estos hombres y mujeres que van en busca de un horizonte que en nuestro país jamás van a encontrar, los campesinos en la pobreza y miseria que ofrece la tierra infértil, los obreros esclavizados en franquicias internacionales, maquilas con salarios de miedo, mientras los gobernadores echan las campanas al vuelo cantando y diciendo que crean empleos, cuando son las esclavizantes factorías extranjeras intocables, las que a su antojo ponen sus fábricas, sus sueldos y generan empleos, el gobierno sólo mantiene su gruesa burocracia, representada esta por una tortuga y que como los cangrejos caminan hacia atrás. La verdad parece a nadie importarle la muerte de estos hermanos mexicanos y recurrir a un cónsul mexicano en cualquier país o en algún Estado de la unión americana es más fácil tener una audiencia con el Papa en el Vaticano, que a un Embajador o Cónsul mexicano en los USA, lo digo a título personal en el año 2014.
No será la última tragedia, ni mucho menos que ante estos sucesos nuestras autoridades en todos los niveles cambien su política social, atendiendo a las clases más vulnerables, poniendo atención en los órganos de justicia, en las pensiones tan raquíticas, miserables y sus trabas para conseguirlas, sobre todo en personas discapacitadas o en la cuarta edad, las limosnas que como ayuda en los programas electoreros se les brinda, como si el dinero fuera de los que reparten o entregan esa cuota que “ipso facto” se encargan de desaparecer la CFE, el gas doméstico y tres o cuatro productos de los llamados canasta básica. Pues “otra más gallero” , diría, Lorenzo Benavides a Pinzón cuando le compraba su gallo de oro, todo en una sociedad impasible, injusta, tolerante, con miles de relaciones agotadas, manipulada e indolente al dolor ajeno, sólo conectada al frío contacto inalámbrico que acrecienta más la soledad en que estamos atrapados, como encerrados y atrapados murieron más de una decenas de personas en esa caja del tráiler en un intento por mejorar su vida y la de sus familiares.
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