Miscelánea. Cleptocracia sin adjetivos

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José C. Serrano Cuevas.
ed. 356, octubre 2018

La cleptocracia es el dominio de los ladrones. Es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y el peculado.

La cleptocracia está constituida por la mezcla de dos elementos indisolubles: la cleptomanía y el poder. La primera a diferencia de lo que mucha gente pueda pensar, es un trastorno que nada tiene que ver con los ladrones típicos. Los ladrones compulsivos en realidad sufren un trastorno del control de los impulsos, no roban porque quieren o por necesidad, sino porque sienten un impulso irrefrenable que los empuja a ello.

En México, esta sintomatología se exacerba en los últimos doce meses de gobierno de una administración municipal, estatal o federal. El ingenio popular la ha bautizado con el mote de “El año de Hidalgo”; la rima que complementa el enunciado hace alusión a fastidiar a la madre de quien deje algo (en las arcas públicas).

Por múltiples razones ha sido rebasado el límite de 365 días. Ahora se dice “El sexenio de Hidalgo”. A la vista van quedando las huellas del latrocinio sistemático cometido por los integrantes del primer círculo del poder. Tal parece, que los cercanos al moderno tlatoani, fueron hechos del mismo barro y cocinados en el mismo molde.

Una figura destaca por encima de sus pares, la cual responde al nombre de Rosario Robles Barlanga, a quien la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República acordó citar a comparecer en su calidad de titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) con motivo de la glosa del sexto informe del presidente Enrique Peña Nieto.

En su comparecencia los legisladores aprovecharán para que la señora explique el desvío millonario de recursos de la que la responsabiliza la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Irán más allá, al proponer que se cree una comisión especial que investigue los desvíos de recursos, el último por 700 millones de pesos que documentó la ASF. Robles Berlanga es reincidente. También participó en la configuración y ejecución de la denominada “estafa maestra”.

Dicen los que saben que Rosario Robles sí podría ser sometida a un juicio de procedencia exprés a fin de quitarle el fuero y llevarla ante las autoridades judiciales por los delitos de los que resultara imputable. O esperar a que concluya su función como secretaria de Estado y dejarle la tarea de investigarla al próximo fiscal anticorrupción. En cualquier caso, Rosario tiene razones para preocuparse, aunque diga que ya fue auditada y resultó limpia.

Psicólogos, psiquiatras, psicoanalistas afirman que como toda conducta impulsiva o adictiva, la conducta de robar queda reforzada por la práctica. Los circuitos cerebrales que regulan esta conducta fortalecen sus conexiones con cada repetición y hacen más probable que ésta aparezca en la situación que los cleptómanos llevan a cabo. Se han dado casos de cleptómanos inducidos por lesiones cerebrales.

Con lo hasta aquí expuesto, se puede intentar una conclusión provisional: la cleptocracia además de significar una conducta antisocial es un serio problema de salud mental de quienes, como actores, están inmeros en ella.