La otra pandemia

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

La violencia, la ignorancia, el desprecio por el orden y las leyes, la falta de credibilidad en el gobierno y la polarización de la sociedad han aparecido todas juntas en un hecho, que de acuerdo con la terminología del internet, se hizo viral desde el viernes pasado.

Esto sucedió en el Hospital General “Las Américas” en Ecatepec, Estado de México: Un grupo de 15 familiares de un enfermo de Covid-19 entraron violentamente al nosocomio agrediendo a médicos, enfermeras y personal de seguridad, porque según ellos, no les daban información sobre su enfermo.

Entraron en estampida, sin importarles contagiarse, algunos sin cubre bocas, hasta donde estaban 20 cuerpos de los fallecidos por Covid-19, grabaron la espantosa escena, y la madre del enfermo abrió la bolsa donde estaba su hijo muerto.

Salieron enfrentando a los trabajadores de la salud, mientras que la madre del enfermo fallecido por el Covid-19, gritaba que la enfermedad no existía y acusaba a los médicos de haberle inyectado algo a su familiar para que muriera.

La respuesta del gobierno del Estado de México fue de antología, según la tarjeta informativa, el hecho sucedió porque en el turno vespertino del nosocomio sólo se cuenta con un médico para la atención de pacientes y en el transcurso de la tarde murieron dos personas y se informó a sus familiares, lo que habría generado el enojo de los demás.

Este violento y riesgoso caso sucedió en Ecatepec, Estado de México, considerado el municipio más violento del Edomex y uno de los más peligrosos del país, pero también es el municipio con mayor número de personas en situación de pobreza y pobreza extrema a nivel nacional, según el Coneval.

Este suceso se da en medio de la relajada actitud del gobierno federal frente a la fase tres de la pandemia del Coronavirus, y cuando un buen número de mexicanos insisten en que las cifras de muertos y contagiados que nos da el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, son maquilladas.

Hay que decir que en algunos estados como Veracruz, Tabasco, Chiapas y otros, no han hecho valer las medidas restrictivas para contener la epidemia, por temor a perder el voto de la población en las próximas elecciones, privilegiando las simpatías electorales por encima de la salud de los mexicanos.

Este caso es ilustrativo para darnos cuenta de la situación de violencia que se está incubando en la república, precisamente cuando vamos a entrar al punto más alto de contagios y muertes de la pandemia en México.

Por eso es menester que el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales se unifiquen nacionalmente para atender lo que podría ser la otra pandemia, la de la violencia, el desorden, el desacato a las leyes y la polarización.

No se puede entender en esta crisis sanitaria, que la población agreda a los trabajadores de la salud, los que exponiendo su vida, tratan de salvar las de sus pacientes. Tampoco es entendible que el gobierno federal maquille las cifras de contagios y el número de muertos, menos aún que nos mienta informando que pronto saldremos de la pandemia, cuando no tenemos claro cómo nos irá sin pruebas y sin los suficientes insumos y equipos de protección, y sin el apoyo y comprensión de todos los sectores sociales de México…

Nota: Artículo publicado en el periódico Zócalo en su edición del 2 de mayo de 2020