México ante la debacle y el abismo

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Luis Fernando Hernández González.

“Una democracia imperfecta sin uso de equilibrios en la gobernanza,  conduce a la implementación del absolutismo o la dictadura “

Cuando se habla que en México se buscaba un cambio de paradigma en el quehacer político, el conjunto social se conducía mediante modelos de carácter ecléctico, asumiendo cambios y transformaciones en todas aquellas variables y factores determinantes de una convivencia de acciones, tanto públicas como privada que de manera gradual regulaba y armonizaba las contradicciones en la sociedad.

Tenía como base fundamental el estado de derecho y el supuesto equilibrio de poderes que permitían auto regularse en una perspectiva de orden y justicia en favor de la organización social en su conjunto, teniendo como piedra de toque a la misma Constitución Mexicana y la observancia irrestricta de su acervo jurídico que de ella  se derivaba.

Al no poder  operar y  entender los mensajes de contradicción  que expresaba  la sociedad en su malestar y no poder encontrar causes para  dar sentido a esa  energía capsulada de fastidio  en el uso del poder institucional de un próximo pasado, habría de venir un embate social  que de forma populista  agudizaría esta situación bajo  el argumento de la satanización  del abuso, la  explotación, corrupción y deshonra,  capitalizada  por un disputa  populismo misma que ofertaba un cambio para los más débiles y abatir con los recursos públicos la pobreza .

Al agudizar las contradicciones de todo tipo ricos contra pobres, conservadores contra liberales, neoliberales  contra socialistas, poderosos contra necesitados, explotando los sentimientos  de incultura y analfabetismo de nuestros rezagos  formativos,  en los que se confrontan estas situaciones  hoy en día en el país; provocando odios y  argumentaciones que  traen como resultado el resentimiento  irreconciliable en la sociedad mexicana, que desafortunadamente cada día envuelve más al ritmo y al trabajo productivo de nuestra nación.

Surgen como consecuencia de  esta difícil  situación social que se presenta una falta de unión y cohesión social que armonice el desarrollo socio-político de México, por tal razón ya se apreciaban  grupos y organizaciones que  se manifiestan por todos los rumboso del país, así, lo vemos entre partidos políticos que buscan agruparse para desplazar a los que tienen el poder,  gobernadores que configuran alianzas  de orden federalista para defender sus intereses estatales,  sindicatos y organismos empresariales que ven incongruencia e implicación jurídica del estado de derecho  y organismo ciudadano que luchan por objetivos específicos en la sociedad o bien aquellos que defienden los derechos humanos y las causas sociales que hoy se ven afectadas por un autoritarismo gubernamental.

Ante esta realidad  que se vive en México, con la que ejerce ella autoridad el mismo  presidente y la pérdida total de pesos y contrapesos, como se ha visto  la actuación absorbente en la imagen pública y operar del mismo López Obrador que lo mismo determina el proceder de los  administradores e impartidores de justicia, que sugiere ante el parlamento senadores y diputados que le manufacturen reglamentos y leyes a modo, con una  pésima conducción de los factores que inciden en la salud y  economía nacional , agréguese que no sabe escuchar y mucho menos atender apreciaciones  sociales, políticas y gubernamentales, descalificando a intelectuales de  hombres y mujeres de claridad en el pensamiento y en la ciencia, con todo ello la sociedad esta impávida, temerosa  y en la incertidumbre total con este presidente con el que no se ve  ni claridad, ni rumbo en la conducción de esta importante nación que es México.

 El ejemplo más obvio es su comportamiento equivoco de servidumbre en política exterior, ante el vasallaje mostrado ante Donald Trump, así como la falta de cordialidad diplomática frente al presidente electo de los mismos EEUU  Joe Biden, a quien ni una sola cortesía le ha prodigado, siendo el candidato electo de esa nación  que absorbe el más alto porcentaje de nuestras transacciones  comerciales, mostrándose López Obrador, escudándose en la añeja doctrina Estrado que permitía guardar cierta neutralidad en cuestiones diplomáticas;   con ello,  ajeno u  omiso al comportamiento de más de 140 naciones  del mundo, que han reconocido el triunfo de este personaje en esta  importante elección.

Con la pérdida del equilibrio político, el país se dirige a una debacle y a un abismo, si los ciudadanos no hacemos conciencia y nos ponemos las pilas para intervenir en defensa de esta nación que es de todos.