¿Regular las benditas redes?

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José Guadalupe Robledo Guerrero

Adrián Rodríguez García fue todo un personaje saltillense hace cinco décadas. Para algunos era simplemente el loquito de la ciudad, para otros fue un filósofo y visionario anarquista. Para Ángel Sánchez, uno de sus biógrafos, “fue el hombre más libre que he conocido”, y para Jaime Martínez Veloz era un moderno Quijote.

Adrián Rodríguez García y Jaime Martínez Veloz

En su vida pública, alrededor de la Plaza de Armas, Adrián repartía octavillas con sus ideas a cambio de unas monedas que le servían para continuar su lucha. Se autonombró Presidente Vitalicio de México, Rector de su mítica Universidad Universo y Economista Non.

Proponía un método para combatir la pobreza y que cada quien tuviera recursos para vivir. Según él, todos deberían tirar a la calle el dinero que les sobraba después de cubrir sus gastos, para que los pobres lo recogieran para cubrir sus necesidades.

Conocí a Adrián a principios de los 80, en esa ocasión le escuché una de sus frases que más me convenció: “Los pendejos no opinan”, pero Adrián no conoció la internet, quizás por eso nunca emitió una consigna para regular a esos a quienes les negaba su opinión. Don Adrián murió el 14 de enero de 1984, desde entonces dejó de sorprendernos con sus arengas contra todo lo que le molestaba, entre ellos los partidos, los políticos, los gobernantes y los pendejos.

Este recuerdo viene a colación, por la regulación que el Gobierno de la cuarta transformación intenta hacer con las “benditas redes”, exaltadas por Andrés Manuel López Obrador al momento de su triunfo electoral, pero luego de que Twitter retirara de la circulación la convocatoria a la insurrección que el expresidente Donald Trump hizo a los estadunidenses, AMLO ya no bendijo a las redes.

Y aunque la dividida partidocracia mexicana no se ha puesto de acuerdo porque se encuentran enfrascados en el proceso electorero, infinidad de mexicanos están convencidos en que se regulen los contenidos de las redes, para evitar que se violen las leyes y los derechos de los usuarios. En algunos países del mundo, sobre todo en Europa, hoy se está discutiendo el tema de regular la internet.

El mismo Mark Zuckerberg, fundador de Faceboock, en un artículo de su autoría publicado en el Financial Times el 17 de febrero de 2020, parte de una obviedad que los fanáticos de ambos lados olvidan intencionalmente: se debe buscar un balance entre la libertad de expresión y la seguridad, privacidad y el cumplimiento de la ley.

Zuckerberg insiste en que elevar la censura bajo el argumento de proteger al ciudadano puede restringir las libertades democráticas. No regular en lo absoluto puede hacer de la internet –como lo es– un paraíso para la pornografía, los pedófilos, terroristas y criminales, o bien una caja de resonancia para los discursos de odio.

En su artículo, el fundador de Facebook hizo una serie de propuestas de regulación a la Comisión Europea, que para tales efectos resumió como un lugar intermedio entre los periódicos que son completamente responsables de lo que publican, y las empresas de telecomunicaciones, que no asumen responsabilidad alguna por los contenidos que corren por las redes.

Lo que plantea Zuckerberg, bien podría ser un buen comienzo para regular el monstruo del libertinaje en que se ha convertido la internet, bajo el principio de que la libertad y los derechos de uno, terminan cuando empieza la libertad y los derechos del otro.

La regulación de los contenidos de la internet, deben considerar no solo la libertad de expresión política, sino privilegiar el respeto y cumplimiento de las leyes y los derechos de los usuarios. Cabe recordar que de acuerdo con la ley mexicana, las plataformas de la internet son empresas
de telecomunicaciones.

Monreal anunció una iniciativa para regular las redes sociales en México.

La propuesta del senador de Morena, Ricardo Monreal, no se limita a prohibir o restringir la censura, sino a crear una regulación para someter a las redes al poder del Estado Mexicano. Por eso amplia la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión para incluir a las redes, las cuales requerirán de autorización para operar
en nuestro país.

La iniciativa del senador Monreal procede de una preocupación legítima sobre un problema real, pero imponer una regulación, solo para evitar el riesgo de que el presidente López Obrador pueda ser censurado, es muy peligroso.

Por eso, en lo personal creo, que la mejor regulación para las redes de la internet, es la que proponía don Adrián Rodríguez García: “Los pendejos no opinan”, y entre estos bien tienen cabida los criminales, los pedófilos, los traficantes de pornografía infantil, y todos los que quieren terminar con la paz, la seguridad, la concordia, el debate político e ideológico, y todo lo mejor que todavía conservamos. Para que tanto brinco, estando el piso parejo”.