José C. Serrano Cuevas.
El pasado 14 de abril, José Revueltas fue recordado en su 45 aniversario luctuoso. El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm) organizó un conversatorio sobre el escritor duranguense, en el que participaron Olivia Revueltas Peralta, su hija, y el periodista Luis Hernández Navarro.
Incursionar en la biografía de José Maximiliano Revueltas Sánchez, equivale a sumergirse en la existencia de un hombre cálido y tenaz, dueño de una inteligencia casi insuperable. Nació en Santiago Papasquiaro, Durango el 20 de noviembre de 1914 (a sólo cuatro años del inicio de la Revolución Mexicana). Falleció en la Ciudad de México el 14 de abril de 1976. Sus restos «descansan» en el Panteón Francés de la Piedad.
Perteneció a una familia de talentosos artistas que, destacaron en diversos ámbitos de la vida cultural mexicana. Su hermano Silvestre fue un importante compositor, perteneciente a la etapa del nacionalismo; Fermín fue un pintor prolífico integrado al movimiento pictórico conocido como estridentismo; Rosaura fue actriz, bailarina y escritora. Su participación más destacada en el cine fue en la película Salt of the earth (La sal de la tierra). Asimismo, su hija Olivia es pianista, intérprete consagrada de Jazz; su nieto Julio es guitarrista.
José Revueltas estudió en el Colegio Alemán hasta el cuarto grado; continuó sus estudios en una escuela pública. Antes de concluir el primer año de secundaria optó por la educación autodidacta. Inquieto como era, incursionó en movimientos sociales que lo llevaron a pasar largas temporadas en prisión, Eso le permitió descubrir su vocación como escritor.
Su literatura abarcó la novela, el cuento, el drama y también (aunque en menor escala) la poesía. Sobre la literatura ofreció múltiples opiniones, así como teorías para el análisis literario. El corpus literario de Revueltas se inicia en 1941 con la publicación de Los muros de agua; en 1943 sigue El luto humano con el que gana el Premio Nacional de Literatura.
A las obras anteriormente citadas siguen Dios en la tierra de 1944 y Los días terrenales, de 1949. En ese año también presenta su obra de teatro El cuadrante de la soledad. En 1956 publica En algún valle de lágrimas. Al año siguiente sale a la luz Los motivos de Caín. De 1960 es Dormir en tierra. En 1964 publica Los errores. Su encarcelamiento en Lecumberri, en el año de 1968, le inspira para escribir El apando, publicado en 1969. En 1974 escribe Material de los sueños, su última obra literaria.
En el conversatorio del 14 de abril, su hija Olivia Revueltas lo describió como un hombre generoso y solidario; recordó que cuando era una niña lo veía y escuchaba sollozar, mientras escribía. Luis Hernández Navarro afirmó que «a pesar de que murió hace 45 años, está más vivo que nunca».