Javier López Medina.
Hernán Cortés quedó prendido del “Nuevo mundo”; el cosmos exótico que descubrió lo transportó a otro universo. Su asombró trascendió el infinito, y en ese momento decidió quedarse a conquistarlo; en vez de saquearlo y explotarlo.
El 12 de febrero de 1519, en acuerdo con el Teniente de Almirante de Cuba, Diego Velázquez; el alcalde de Santiago, Hernán Cortés, salió con doce naves y quinientos españoles a conquistar un Nuevo mundo, para traer oro, perlas y piedras preciosas.
Llegó a Yucatán, recibió sus primeros inciensos y sus primeras batallas; y en la primicia del camino, conoció la parte de Veracruz… y quedó fascinado.
Quedó “prendido”, alucinado, absorto, hipnotizado ante el paraíso perdido. Y tomó una decisión que marcaría la historia de nuestro país, la de España y la del mismo Cortés. Decidió conquistarla para la Corona española, en vez de saquearla. Decidió vivir en el paraíso, llenarse de poder, vestirse de gloria y vivir para la posteridad.
Al ver por primera vez nuestras tierras, no encontró distancia entre el paraíso en el cielo y el paraíso terrenal. Y durante siete años que lo recorrió, nunca hubo palabras que pudieran expresar lo que sus ojos vieron y sus oídos oyeron.
Paisajes indecibles. Volcanes, cordilleras, sierras, tierras llanas, ríos, riveras, las aves, animales salvajes, árboles de todo tipo.
Obras de arte hechas con oro, plata, perlas, piedras y plumas de aves: obras que testificaba Cortés, nadie en el mundo podría hacerlas con igual belleza y con la misma perfección.
Formas de organización del comercio en las grandes ciudades del México antiguo tan desarrolladas, que no existían en España.
Los diseños arquitectónicos de las grandes plazas nunca vistas en otros lados por ellos; las magnas obras de irrigación y de agua potable con distribución de agua salada y agua dulce, únicas en su tipo.
Las casas de los señoríos. Elegantes, fastuosas, llenas de patios, aves, animales salvajes, lugares de descanso, espacios de recreo.
Ropas de algodón con dibujos de animales, flores, figuras geométricas, pintadas con belleza indescriptible.
Chozas, paja, maíz, yuca, ajís, pescado, frijol, gallinas, codornices, guajolotes, corzos, gamos, ciervos, zorros, palomas, tórtolas, codornices, liebres, conejos, leones, tigres; y cuerpos desnudos, o semidesnudos que rememoraban el inicio de la vida.
Los ídolos hechos de piedra, las ceremonias a los dioses, los sacrificios de los viejos y los niños; las creencias del bien y el mal.
En el camino a la Conquista, también conoció la resistencia de los indígenas. Sus estrategias de guerra, sus estratagemas, la generación de “apariencias”. Y el arte del “engaño” como la estrategia sublime de la guerra.
En tan solo unos meses los españoles nos conocieron en el cóncavo y el convexo, en la luz y la sombra, en la opulencia y en la miseria; en la alegría y en la tristeza, en el triunfo y la derrota, en el principio y el fin.
Ese asombro eterno e infinito por el Nuevo mundo, nombrado por Cortés la “Nueva España del mar Océano”, quedó plasmado en cinco cartas, que le escribió al Rey Carlos V. durante siete años.
Esas son las cartas que se presentan en el libro: Hernán Cortés. Cartas de Relación. De la Editorial Red Ediciones.
El texto, está ordenado en los siguientes apartados:
Primera Carta de relación
Segunda Carta de relación
Tercera Carta de Relación
Cuarta carta de relación
Quinta carta de relación
Si atendiéramos algunos temas principales, diríamos:
La primera carta, trata sobre la llegada a Veracruz.
La segunda carta, trata del inicio de la Conquista de Tenochtitlan. Y la derrota de los españoles.
La tercera carta trata de la conquista de Tenochtitlan.
La cuarta carta trata de la ampliación del poder de Cortés dentro de la Nueva España y las luchas internas al interior del bloque del poder.
La quinta carta es la ampliación del poder a otros países que colindaban con la Nueva España y las luchas internas al interior de la fracción hegemónica.
La lectura de las Cartas de relación de Hernán Cortés, nos da la oportunidad de tener un criterio propio sobre la conquista y entrar al debate de los grandes temas nacionales; nos permite cambiar o afirmar nuestra visión sobre este tema de trascendencia histórica.
*Esta reseña se escribe en el marco de los 500 años de la conquista. Que se cumplirán el 13 de agosto del 2021.